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  • Del Potro volvió a ser feliz en Nueva York: jugó con Fonseca y vencieron a Roddick y Michelsen en una nueva edición de «Stars at the Open»

    » Derf

    Fecha: 22/08/2025 14:40

    Y un día, Juan Martín Del Potro volvió a jugar un partido en el Arthur Ashe, ese estadio en el que aquella inolvidable noche del 14 de septiembre de 2009, venció a Roger Federer, cumplió su sueño de chico de coronarse en el US Open y conquistó el primer y único Grand Slam de una carrera que se cortó demasiado pronto por las lesiones. El tandilense, de 36 años, fue una de las figuras de una nueva edición de «Stars at the Open» (Estrellas en el Abierto), que animó la tarde-noche de este jueves en Nueva York como aperitivo para la acción del último Grand Slam del año, que arrancará el domingo. Con la joven estrella brasileña Joao Fonseca de compañero, el argentino derrotó por 11 a 9 a la dupla estadounidense que formaron Alex Michelsen y Andy Roddick, ex número uno del mundo y campeón del certamen en 2003, en el segundo match tie break del evento -antes Venus Williams y John McEnroe vencieron a Andre Agassi y Coco Gauff y después Gael Monfils y Elina Svitolina, a Flavia Pennetta y Flavio Cobolli-. Y aunque los dos jugadores activos hicieron los mayores esfuerzos, fueron los dos «jubilados» quienes se robaron el show. Con remera, pantalón y zapatillas azul-lavanda de la conocida marca con el logo del cocodrilo, vincha blanca y un raquetero rojo, Del Potro ingresó al estadio, con una sonrisa enorme y acompañado de Fonseca. Como ocurre cada vez que pisa una cancha de tenis, no importa en qué lugar del mundo, el público lo recibió con una ovación. Y él levantó la mano izquierda y les agradeció el cariño. «Esta es mi casa. Estoy feliz de estar de vuelta y de tener la chance de jugar con un futuro campeón como Joao ante este hermoso público», dijo el argentino, retirado oficialmente desde fines del año pasado luego de esa emotiva exhibición que jugó con Novak Djokovic en Parque Roca. «Es un placer estar acá con Juan Martín. Espero divertirme», se animó a decir, tímido, Fonseca, que se dio el gusto de compartir la cancha con dos grandes del tenis justamente en el día de su 19° cumpleaños. Mientras Delpo y el brasileño, quien celebró en febrero su primer título ATP en Buenos Aires, dejaban sus cosas en el banco, aparecieron en escena sus rivales. «Este es un día especial», confesó Roddick, vestido todo de negro. Y rápidamente advirtió: «Ya no soy bueno jugando al tenis». El peloteo previo ya les robó algunas risas a la gente. Sobre todo cuando, justo antes de que comenzara el encuentro, Del Potro señaló una de las esquinas de la cancha, la más cercana adonde estaba parado, y le dijo a Fonseca: «Este solo es mi lugar». El resto del court, se entendió, lo debía cubrir el brasileño. Arrancó el partido y enseguida se armó un duelo de derechas entre el argentino y Roddick, un espectáculo que todos disfrutaron. Todos menos el ex número 1, quien tras recibir cuatro o cinco veces unos de los drives más poderosos de los últimos tiempos, se quejó: «Esto no es bueno para mí». El público estalló. ¿Qué dijo Delpo? Que lo haga el chavito pic.twitter.com/enKXod3u8G — US Open Tennis (@usopen) August 22, 2025 Andy, igual, se llevó ese intercambio. Y después del partido, celebró entre risas: «Mi actuación fue mediocre. Pero sí gané mi primer mano a mano de derecha con Del Potro, algo que venía buscando desde hace 20 años». «Erré una derecha después de mucho tiempo, porque la pelota de Andy viene muy rápido», reconoció Delpo. Apenas habían pasado minutos y los «veteranos» ya empezaban a acusar el cansancio. Y el tandilense aprovechó la concentración de su rival, inmerso en el peloteo, pararse fuera de la cancha y dejar que Fonseca se hiciera cargo. El brasileño, con su frescura y su juventud, hizo correr a Andy por toda la línea de fondo -tanto que el estadounidense terminó sentado en uno de los carteles del costado, recuperando el aliento- pero perdió el punto. Entonces, se dio vuelta y miró a Juan Martín levantando los brazos como pidiéndole explicaciones. Y un ratito después, se vengó. Come for the Wii tennis, stay for the classic @delpotrojuan forehand pic.twitter.com/M6RJudkHyA Porque cuando estaba por sacar 5-4, le pidió al argentino que se colocara bien adelante para ensayar una «formación australiana». El argentino lo miró diciendo «No me vas a hacer agachar». El brasileño le contestó que sí y la Torre de Tandil se arrodilló frente a la red, en el centro de la cancha, haciendo un gesto de dolor. Todos los aplaudieron por el esfuerzo. El partido era parejo porque Fonseca y Michelsen corrían y golpeaban todo lo que no corrían ni golpeaban sus compañeros. Pero Delpo y Roddick se encargaban del show. Y demostraron en algunos puntos que la magia está intacta, a pesar del paso del tiempo y de los años sin jugar -el argentino disputó un solo partido oficial (en el Argentina Open 2022) entre su última lesión en la rodilla, en junio de 2019, y la despedida de noviembre pasado en Buenos Aires-. Con el marcador 4-6 abajo, Roddick conectó una derecha cruzada de otro planeta, que hizo que Michelsen exclamara «Oh, Dios mío» y se tomara la cabeza. Y se dio por satisfecho. Levantó las manos, dijo «Ya está, gracias» y se fue a buscar una nena de la tribuna para que tomara su lugar. El ingreso de la invitada especial -que no desentonó para nada y hasta ganó un punto- desconcentró a todos. Y tras la reanudación, hubo una breve discusión. «Sacás vos», le dijo Del Potro a Michelsen. «No, yo saqué», respondió el estadounidense. «Sacá de nuevo», insistió el tandilense. Y, mientras la gente celebraba ese curioso ida y vuelta, reanudaron el juego. A long match point decides it in favor of Team South America! pic.twitter.com/lHNfYJXvsS El momento de Del Potro llegó en el 6-6, cuando Michelsen le tiró dos pelotas al fondo consecutivas. El tandilense devolvió las dos de derecha y la segunda fue un passing de drive ganador, de esos que solían volver locos a los rivales y que esta vez dejó parado a Roddick. El estadio se llenó de aplausos, Fonseca levantó los brazos para celebrar a su compañero. Y Roddick, con un sonrisa cómplice, le pidió que «desacelerara un poco». Así, entre ratitos de buen tenis, algún punto interesante y muchas risas e charlas distendidas entre los cuatro protagonistas, se pasó el partido. Y el show dejó a todos contentos. A la gente, porque se dio el lujo de ver a un par de enormes ex campeones otra vez en acción en el Arthur Ashe. A Fonseca y Michelsen, que compartieron cancha con esos dos referentes de sus infancias. Y a Roddick y a Del Potro, que volvieron a sentir el amor de los fanáticos. «Volver a jugar ante esta gente es asombroso para mí», aseguró Delpo antes de tomar su raquetero y despedirse una vez más de ese escenario en el que hace casi 16 años cumplió un sueño y en el que este jueves fue otra vez protagonista.

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