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Gualeguaychu » El Dia
Fecha: 22/08/2025 02:15
La lucha por los derechos de las personas con discapacidad es un problema que viene insistiendo a lo largo del tiempo. Gilda Krinkovich, madre de un joven con discapacidad y prestadora del sistema, emprendió una caminata de cientos de kilómetros desde Concordia hasta Buenos Aires para hacer visible lo que define como una emergencia que el Estado no atiende. Esta mañana dialogó con Ahora Cero Radio. “Caminé desde Concordia a Capital Federal por la lucha en discapacidad, para reclamar por los derechos de las personas con discapacidad en la Argentina”, relató. En total fueron 365 kilómetros a pie durante siete días. En Buenos Aires, entregó un petitorio a la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), y luego continuó caminando hacia Casa Rosada. Según cuenta Gilda, la caminata fue una experiencia difícil, pero muy grata. “Después del tercer día ya tenía ampollas en los pies y en la entrepierna. Enfermeras que tenían hijos con discapacidad me dieron antibióticos, familias me abrieron las puertas de sus casas. Me sentí muy querida y muy cuidada”, recordó emocionada. Puede interesarte Lo que más la marcó fue la solidaridad recibida: “Pensé que al llegar a Buenos Aires iba a encontrarme con lo mismo: un gobierno que te abre las puertas para escucharte. Pero no me pasó. La hospitalidad la encontré en la gente común, que me dio amor y afecto cuando más lo necesitaba”. Más allá de ser prestadora, Gilda es madre. Su hijo, Iker, tiene 19 años y es autista. “Él hizo tratamiento desde los 2 años, recién empezó a hablar a los 7. Hoy estudia en la facultad y es quien me da fuerzas todos los días. Siempre me dice: ‘Vos me enseñaste a defender mis derechos’. Y eso me empuja a seguir”, contó. Con esa fuerza, asegura que seguirá poniendo el cuerpo: “Lo hice en la gestión anterior, en la anterior y en esta también. Porque buscamos un país más justo para quienes no pueden levantar la voz. Los papás no somos eternos y queremos que el día que no estemos los derechos de nuestros hijos se respeten”. Krinkovich denuncia que la discapacidad está en emergencia hace años y que la situación se agravó con la falta de diálogo del actual gobierno. “Al principio nos escucharon, después se blindaron. Los aranceles están congelados desde el año pasado. Un acompañante terapéutico cobra entre 2.000 y 3.000 pesos la hora. Es un sueldo miserable”, criticó. Además, advirtió que los pagos a los prestadores sufren retrasos extremos: “En julio algunas maestras integradoras cobraron marzo. Yo, el 14 de julio cobré una prestación de octubre de 2020, cinco años después. Esto pasa en todo el país y pone en riesgo las prestaciones porque no funcionamos a pila”. Otro de los puntos críticos es la pensión no contributiva. “Hoy una persona con discapacidad cobra 270.000 pesos por mes. Con eso no alcanza para cubrir necesidades básicas. Y el programa Incluir Salud no funciona”, explicó. También señaló la falta de inclusión laboral real: “Muchos jóvenes con discapacidad son tomados por lástima, les pagan 30.000 pesos y después los dejan. Nadie puede vivir con eso”. Puede interesarte Pese a la dureza de la realidad, Gilda asegura que no se rendirá. “Nunca salimos a romper nada. Siempre luchamos con nuestras historias, con la verdad y con la justificación de por qué son necesarias las prestaciones. El mensaje es claro: aunque nos vean como un colectivo vulnerable, estamos fuertes y no vamos a bajar los brazos”, afirmó. Después de que en Diputados se pudiera revertir el veto presidencial, el gobierno decidió judicializar el tema. “Que lo hagan, pero nos van a tener en la calle, como siempre. Porque con la discapacidad no te vas a meter. Se trata de nuestros hijos, de su salud y de sus derechos”. concluyó Gilda.
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