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» tn24
Fecha: 21/08/2025 14:35
Ariel García Furfaro, dueño de un grupo de laboratorios y con antecedentes por un violento intento de homicidio, quedó detenido junto a su familia por la presunta elaboración de lotes de fentanilo adulterado que habrían provocado la muerte de 96 pacientes. Hoy será indagado por la Justicia. La historia de Ariel García Furfaro parece sacada de un guion de cine criminal, pero es real y vuelve a escribirse con un capítulo oscuro. El empresario farmacéutico, dueño de HLB Pharma Group SA, Laboratorios Ramallo SA y Droguería Alfarma SRL, se entregó en las últimas horas a la Policía de Seguridad Aeroportuaria tras una orden de detención dictada por el juez federal Ernesto Kreplak. Se lo acusa de ser uno de los responsables en la elaboración de al menos dos lotes de fentanilo contaminado, vinculados con la muerte de 96 pacientes en distintos puntos del país. No está solo: también fueron arrestados su madre, su abuela y sus dos hermanos, quienes habrían tenido roles activos en la red de laboratorios que dirigía. Todos esperan ser indagados en las próximas horas. La trama familiar expone hasta qué punto el negocio farmacéutico, manejado de manera privada, pudo haber derivado en una tragedia sanitaria de proporciones inéditas. Pero García Furfaro no es un desconocido para los tribunales. En septiembre de 2002 ya había sido recluido en la Unidad Penal N°9 de La Plata, tras ser condenado a siete años de prisión por tentativa de homicidio: prendió fuego a un empleado de uno de sus restaurantes, quien sobrevivió con el 65% del cuerpo quemado. Durante su estadía en prisión estudió abogacía y logró recibirse. Al poco tiempo, consiguió la liberación de un célebre compañero: Aníbal González Igonet, alias “El Loco del Martillo”, considerado en ese entonces el preso más antiguo del país y condenado como asesino serial de mujeres. Veintitrés años después, García Furfaro vuelve a estar tras las rejas. Esta vez, las acusaciones lo vinculan con un negocio mucho más grande y con consecuencias letales: el envenenamiento de medicamentos que, de confirmarse, habría segado la vida de casi un centenar de personas. El caso promete convertirse en uno de los expedientes judiciales más resonantes de la década, donde confluyen antecedentes violentos, poder empresarial y un entramado familiar bajo sospecha.
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