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Parana » Informe Digital
Fecha: 20/08/2025 22:00
“El tiempo se está agotando. El costo de medir, que a veces es objeto de cuestionamientos, es menor que el costo de no hacer nada”. Con estas palabras, Laura Loizeau, de la plataforma Puma, dejó en claro que el agro argentino debe adaptarse rápidamente a un nuevo escenario global. Su propuesta central es que el sector cuente con un “pasaporte climático”, una herramienta que permita mostrar mediante datos verificables cómo se produce, para así ganar credibilidad y mantener abiertas las puertas de los mercados internacionales. Loizeau explicó que la sostenibilidad hoy permea todos los niveles. “Siempre decimos que el planeta está pidiendo con urgencia sostenibilidad en sus tres dimensiones: el impacto social, el impacto ambiental y el impacto económico”, destacó. Además, recordó que tanto gobiernos como empresas deben ser actores activos en este cambio, algo que en Harvard se define como “creación de valor compartido”. Laura Loizeau, de Plataforma Puma: “Siempre decimos que el planeta está pidiendo con urgencia sostenibilidad en sus tres dimensiones: el impacto social, el impacto ambiental y el impacto económico”Fabián Malavolta En su intervención, enfatizó que ya no basta con discursos o buenas intenciones. “Hoy hablamos de sostenibilidad de manera mucho más consciente, sustentada en datos verificables. Y hay varias fuerzas que impactan no solo en el sector agropecuario, sino en todas las actividades económicas vinculadas con los cambios climáticos y con las preguntas sobre cómo se produce”, afirmó. Para el agro, esto implica aprender un nuevo lenguaje: reglamentaciones, fechas y siglas que se vuelven decisivas. “Una vez que uno entiende las siglas, debe aprender a interpretarlas. Además, tiene que estudiar las fechas y su impacto en el agro, así como identificar cómo podemos intervenir positivamente dejando una huella ambiental, social y económica”, explicó. Muchas de estas exigencias provienen de la Unión Europea, que ya ha establecido estándares más rigurosos. Negocios del campo: agricultura regenerativa y trazabilidad, con Laura Loizeau.mp4 La presión también proviene de las grandes compañías. “Las empresas comienzan a trabajar con directivas globales: ya no solo deben reportar sus estados financieros, sino también cómo llevan a cabo sus actividades. Y esto impacta directamente en el sector agrícola”, advirtió. Loizeau subrayó que el agro forma parte del llamado Alcance 3 de emisiones, que incluye a todos los proveedores en las cadenas de valor: “Estamos dentro de la cadena de suministro, y ese es el lugar donde hoy se encuentra el sector agrícola en relación al mundo sostenible”. A esto se suma, destacó, la enorme heterogeneidad de los productores. “Son millones de agricultores en todo el mundo, completamente diversos, incluso cultivando el mismo producto. El desafío que enfrenta la industria de alimentos y bebidas es monumental, porque lo que se planea en una computadora se dificulta enormemente al ejecutarlo en el campo”, reconoció. Laura Loizeau: “Tenemos que monitorear, medir, verificar. Porque no solo cuenta lo que podamos decir, sino que ahora nos están exigiendo que lo demostremos con evidencias”Fabián Malavolta Lo esencial, recalcó, no es cambiar qué se produce, sino mostrar cómo se realiza. “El agro debe demostrar su proceso de producción. No se le pide que modifique el producto que elabora o la cantidad producida. Lo que se exige es que demuestre cómo se hacen las cosas”, afirmó. En ese sentido, mencionó la creación de una plataforma destinada a estrechar la brecha entre el mundo corporativo y los agricultores. “Empezamos a trabajar sobre el concepto de agricultura regenerativa. No se trata de que el producto sea diferente, sino de cómo trabajamos nosotros”, dijo. Y alertó que ahora se exige respaldar las afirmaciones con datos: “Tenemos que monitorear, medir, verificar. Porque no solo importa lo que digamos, sino que ahora debemos demostrarlo con evidencias”. Para cumplir con estas exigencias internacionales, habló sobre herramientas como la digitalización del agro. Ese es el camino hacia el “pasaporte climático”. Explicó: “Si queremos que el agro argentino continúe siendo un líder global, necesitamos que los datos sean creíbles, verificables y certificables, para cumplir con las diversas reglamentaciones y directivas que nos proporcionan acceso a determinados mercados”.
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