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» Comercio y Justicia
Fecha: 20/08/2025 21:31
Especialistas advierten que en Argentina se registran 40 mil muertes súbitas al año y destacan la importancia de capacitar a la comunidad en maniobras de RCP y uso de desfibriladores. Mientras, la Legislatura cordobesa debate la adhesión a la normativa nacional Por Carolina Klepp La muerte súbita, definida como un fallecimiento inesperado en una persona aparentemente sana, sigue siendo una de las principales causas de mortalidad por enfermedad cardiovascular en el mundo. Aunque su incidencia aumenta con la edad, no distingue generaciones: adolescentes, adultos y adultos mayores pueden verse afectados, y en todos los casos, la prevención y la acción inmediata son fundamentales. En Argentina, se estiman alrededor de 40 mil casos anuales de muerte súbita. La incidencia crece a partir de los 45 años, sobre todo en hombres, mientras que en mujeres se observa con retraso de aproximadamente una década. En adolescentes y jóvenes, la causa suele estar relacionada con arritmias graves o cardiopatías congénitas, muchas de ellas heredadas, como señala el médico Fabio Mennitte, de la Secretaría Red Nacional de RCP y Prevención de Muerte Súbita de la Federación Argentina de Cardiología (FAC). Los signos de alerta pueden ser sutiles. Desmayos, palpitaciones, mareos o dolor torácico, sobre todo durante la actividad física, son señales de alarma que no deben ignorarse. También es crucial tener en cuenta los antecedentes familiares de muerte súbita, ya que una historia de episodios similares en parientes jóvenes puede indicar riesgo elevado. Muchos adolescentes parecen completamente sanos, incluso deportistas de alto rendimiento, pero pueden presentar una arritmia grave que desencadena un paro cardíaco repentino. El control periódico del corazón es una herramienta clave para prevenir estos episodios. Chequeos cardiológicos que incluyan consulta clínica, electrocardiograma, ecografía cardíaca y pruebas de esfuerzo permiten detectar factores de riesgo que podrían pasar desapercibidos. Además, mantener hábitos de vida saludables -actividad física regular, alimentación equilibrada, control del estrés, sueño adecuado, evitar el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol- puede reducir significativamente la probabilidad de sufrir un evento cardíaco. Según los especialistas, hasta ocho de cada diez episodios podrían prevenirse mediante la adopción de estas medidas. Reanimación cardiopulmonar La educación en reanimación cardiopulmonar (RCP) y la disponibilidad de desfibriladores automáticos externos (DEA) constituyen otro pilar central. En la Argentina, la Ley 27.159 establece la obligación de contar con al menos un DEA en espacios públicos y privados de acceso masivo, junto con personal capacitado y señalización adecuada. “Cada segundo cuenta”, subrayó Martín Fasan, médico del ICBA. “Si se actúa rápidamente con RCP y se utiliza un DEA, las probabilidades de supervivencia aumentan de manera considerable, pudiendo llegar hasta un 50 o 70% cuando la intervención es temprana y efectiva”. La RCP no requiere conocimientos médicos previos. Incluso niños desde los 11 años pueden aprender a realizar compresiones torácicas efectivas. Desde la FAC se promueven capacitaciones comunitarias que forman instructores de RCP para multiplicar estos conocimientos en escuelas, clubes, universidades y empresas. La combinación de prevención, educación y disponibilidad de equipamiento salva vidas y reduce el impacto social de un suceso que, aunque estadísticamente poco frecuente en jóvenes, genera gran conmoción cuando ocurre. Por último, los expertos destacan la importancia de que la sociedad en su conjunto esté preparada para actuar ante una emergencia. Identificar si una persona está consciente, verificar su respiración, activar los servicios de emergencia, realizar RCP y, si es posible, usar un DEA, son pasos que pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte. ¿Adherirá Córdoba a la norma nacional? La Comisión de Salud de la Legislatura de Córdoba debatió la adhesión de la provincia a la Ley Nacional 27.159, que busca prevenir muertes súbitas en espacios públicos y privados de acceso público. La iniciativa fue presentada por los legisladores Juan Pablo Peirone, Daniel Juez, Nancy Almada, José Bría, Walter Gispert y Gloria Pereyra, y recibió el respaldo de especialistas invitados. Entre ellos estuvieron Marcela Altamirano y María Losada, de la Sociedad Argentina de Cardiología distrito Córdoba; Julio Godoy, de la Secretaría Nacional de RCP y la Asociación Civil Argentina Reanima; y Diego Patrito, de la Asociación de Primeros Auxilios, Búsqueda y Rescate. Durante la reunión, se resaltó que en Argentina se producen unas 40 mil muertes súbitas al año y se subrayó la necesidad de capacitar a la comunidad en maniobras de reanimación y uso de desfibriladores externos automáticos (DEA). “La sociedad debe saber reanimar”, señaló Peirone.
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