Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • La trascendencia de Hugo Pratt, el genio italiano-porteño creador de ‘Corto Maltés’

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 20/08/2025 20:39

    Hugo Pratt, creador de Corto Maltés, murió el 20 de agosto de 1995, hace 30 años “Pratt nunca fue en busca del éxito, solo le interesaba contar sus historias porque él era realmente la historia”. Con esta frase, el ilustrador Milo Manara sintetizó la esencia de Hugo Pratt, el creador de Corto Maltés, al cumplirse 30 años de su muerte. La declaración, recogida por el Corriere del Véneto, no solo revela la personalidad del artista, sino que también ilumina el impacto de su obra: un legado que trascendió el cómic para instalarse en la alta literatura y en la cultura popular global. La figura de Corto Maltés, el marino aventurero de orígenes tan diversos como su propio creador, se ha convertido en un mito literario. La historia se cuenta así: hijo de una prostituta de Gibraltar y un marinero de Cornualles, Corto encarna el romanticismo, la pasión y la incertidumbre existencial. Su biografía ficticia, minuciosamente construida por Pratt, lo sitúa en el centro de los grandes acontecimientos del siglo XX: desde la guerra de los Bóxers en China hasta la Patagonia, pasando por encuentros con personajes históricos como Jack London y un joven Stalin. Corto Maltés recorre escenarios históricos y culturales de todo el mundo en sus aventuras La relación entre autor y personaje es tan estrecha que la cronología de Corto parece un espejo de la biografía de Hugo Pratt. Nacido en Rimini -la misma ciudad costera de Federico Fellini- en 1927, pero criado en Venecia, creció en un entorno familiar de orígenes múltiples: abuelo inglés, abuela turca, madre judía sefardí emigrada de España. Esta diversidad cultural marcó su visión del mundo y su obra. A los 10 años, viajó a África con su familia, donde su padre, oficial del ejército colonial italiano en Abisinia (actual Etiopía), fue capturado por los británicos y nunca regresó. Antes de morir, le dejó a su hijo un ejemplar de La isla del tesoro de Stevenson con una dedicatoria: “Verás que un día tú también encontrarás tu isla del tesoro”. Tras la guerra, Pratt regresó a Venecia y, junto a un grupo de amigos, fundó la revista Asso di Picche (As de Picas) dando inicio a su carrera profesional en el cómic. Su trayectoria lo llevó a Londres entre 1959 y 1960, donde colaboró con escritores británicos en historias de guerra para la agencia Fleetway Publications. Sin embargo, el giro decisivo llegó cuando, a los 22 años, se trasladó a Argentina junto al “Grupo Venecia”, contratado por el Sindicato Surameris para la Editorial Abril. Allí, su nombre sufrió una transformación: de “Ugo” a “Hugo”, una adaptación que lo acompañaría el resto de su vida y que consolidó su identidad internacional. La diversidad cultural de Hugo Pratt marcó su obra y la biografía de su personaje Hugo Pratt en Argentina Durante casi dos décadas en Argentina, Pratt vivió una etapa de intensa creatividad. Produjo historietas como Ray Kilt, El Sargento Kirk, La Legión Extranjera, Ernie Pike, Lord Crack, Wheeling, Capitán Cormorant, Ann y Dan, Ticonderoga, y se consolidó como un dibujante de referencia. Además de su labor como docente en la Escuela Panamericana de Arte de Buenos Aires, exploró otras facetas: expuso pinturas, actuó en fotonovelas, cazó jabalíes y pumas, cantó en trenes y tocó en locales nocturnos para subsistir. Aunque en ese periodo no abordó temáticas argentinas en sus cómics, absorbió la cultura local, que más tarde se reflejaría en obras como Y todo a media luz y El Gaucho. La influencia argentina también se proyectó en la vida de Corto Maltés, quien, en las historias de Pratt, recorre la Patagonia, se cruza con bandidos como Butch Cassidy y Sundance Kid, y regresa a Buenos Aires en varias ocasiones. La cronología del personaje lo lleva a escenarios tan disímiles como China, Italia, Marsella, Túnez, Nueva Orleans, la India, Brasil, el Amazonas, Saint Kitts, Belice, Maracaibo, Barbados, Venecia, Dublín, Stonehenge, Yemen, Somalia, Etiopía, Mongolia, Rodas, Suiza y, finalmente, la mítica Atlántida. Incluso se le atribuye participación en la Guerra Civil Española como miembro de las Brigadas Internacionales, antes de desaparecer de la escena en 1936. La etapa argentina de Pratt impulsó su creatividad y consolidó su identidad internacional El regreso de Hugo Pratt a Italia en 1963 marcó el inicio de su consagración internacional. En 1967, junto al editor Florenzo Ivaldi, lanzó la revista Sgt. Kirk, donde debutó la historia La balada del mar salado y, con ella, el personaje de Corto Maltés. El éxito fue inmediato y rotundo: la publicación se convirtió en un fenómeno mundial, y Corto pasó a ser un héroe de masas, con millones de ejemplares vendidos. La notoriedad llevó a Pratt a París, donde publicó en la revista PIF y consolidó su estatus como uno de los grandes del cómic europeo. Durante más de 25 años, Hugo Pratt llevó a Corto Maltés por los rincones más remotos del planeta, hasta la última aventura en Mü, la ciudad perdida. La creatividad de Pratt no se limitó al cómic: su estilo inconfundible dejó huella en la publicidad —desde coches de Fórmula 1 hasta mochilas de la marca Invicta—, en carteles de películas y en portadas de discos de artistas como Paolo Conte, Sergio Endrigo, Kadja Nin, Lio y Sylvie Courvoiseur. Umberto Eco reconoce la trascendencia cultural de Corto Maltés y la obra de Hugo Pratt La muerte de Hugo Pratt en Lausana (Suiza), el 20 de agosto en 1995, no significó el final de Corto Maltés. Aunque Manara confesó que nunca aceptó la invitación para continuar las historias del personaje —“Ciertamente nunca dibujaré a Corto Maltés”—, la saga siguió viva gracias a los autores españoles Juan Díaz Canales (guion) y Rubén Pellejero (dibujo), responsables de los álbumes Bajo el sol de medianoche, Equatoria y El día de Tarowean. La trascendencia de Hugo Pratt y su obra se refleja en el reconocimiento de figuras como Umberto Eco, quien solía decir: “Cuando quiero relajarme, leo un ensayo de Engels; si quiero una lectura más comprometida, leo Corto Maltés”. Con Pratt, el cómic dejó de ser un género menor y se integró en la alta cultura, abriendo un nuevo horizonte para la narrativa gráfica. [Fotos e ilustraciones: Palazzo delle Papesse;CONG S.A.]

    Ver noticia original

    También te puede interesar

    Examedia © 2024

    Desarrollado por