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Fecha: 20/08/2025 03:03
Betina Anzilutti, abogada y magíster en accesibilidad y diseño de ciudades inteligentes, habló en el programa Digamos Todo para brindar un panorama que ayude a entender la discapacidad desde la mirada inclusiva que brinda la accesibilidad agregando el dato de que la mayoría de las personas por algún golpe sufre de una capacidad restringida por algún yeso, venda o similar que lo hace entender lo difícil que justamente es el diseño de muchos de los entornos que nos acompañan cotidianamente. Según datos que compartió Anzilutti, en Latinoamérica viven 85 millones de personas con discapacidad y, en el mundo, más de un billón, es decir, entre el 15% y el 20% de la población mundial. Sin embargo, si se suman las personas con capacidad restringida —como adultos mayores, embarazadas, personas con obesidad, accidentados temporales o madres con cochecitos—, esa cifra se eleva a más de dos billones de personas. “Todos, en algún momento de la vida, atravesamos una situación de discapacidad” expresó. Al hablar de hotelería, Bettina fue contundente: “No, no son accesibles”. Aunque grandes cadenas la convocan para asesorías, Anzilutti dijo que aún queda mucho por mejorar. Detalles como la altura de la cama, la densidad de la alfombra, el tipo de mantel en un restaurante o la necesidad de que las alarmas de emergencia incluyan señales visuales y no solo sonoras, son aspectos básicos que muchas veces no se cumplen. En el sector gastronómico, Bettina destacó un dato alarmante: solo el 2% de los restaurantes en Latinoamérica ofrecen menús en braille. Además, subrayó que la accesibilidad no se limita a rampas o ascensores: también abarca el ruido ambiental, la disposición de las mesas y la facilidad de circulación. Anciluti insistió en que la accesibilidad va más allá de la discapacidad. Un ejemplo claro lo mostró en un estudio realizado en Madrid, donde incluso jóvenes sin limitaciones físicas preferían usar la rampa antes que las escaleras. “El cerebro siempre elige lo más fácil”, explicó. Asimismo, remarcó que la accesibilidad no es solo física (rampas, ascensores, veredas), sino también cognitiva o intangible. Esto incluye desde la facilidad para comprender las instrucciones de un cajero automático hasta la claridad de los prospectos médicos. Según cifras que compartió, el 58% de los latinoamericanos no comprende las instrucciones de un cajero automático, y uno de los textos más difíciles de entender es el de los prospectos de medicamentos. Finalmente en relación al Turismo, la magister en accesibilidad se lamentó por el retroceso argentino en esta materia en relación a otros países. «El 72% de las personas con discapacidad en Latinoamérica, aún teniendo tiempo y dinero, decide no viajar por miedo a no encontrar condiciones de accesibilidad. Esto representa no solo una barrera social, sino también una oportunidad perdida para la industria turística y gastronómica de la región». Además, alertó sobre el retraso de Argentina respecto de otros países de Latinoamérica: “en 40 días recorrí Panamá, Honduras y México, y con dolor digo que estamos muy atrás”.
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