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» Misionesparatodos
Fecha: 18/08/2025 05:45
En abril de 1993, tres ingenieros en ciencias de la computación —Jen-Hsun Huang, Chris Malachowsky y Curtis Priem— fundaron en Silicon Valley la empresa que cambiaría para siempre el mundo de los gráficos y, más tarde, de la inteligencia artificial: NVIDIA. El nombre combina “INVIDIA”, palabra latina que significa “envidia”, y el acrónimo “NV”, abreviatura de new vision (“nueva visión”). La idea nació mientras almorzaban en un restaurante de San José, California, y su objetivo inicial era claro: diseñar un chip capaz de ofrecer gráficos 3D realistas en computadoras personales. Ese mismo año, la compañía logró 20 millones de dólares en financiación de capital de riesgo, respaldo clave para salir a la bolsa seis años después, en 1999. Ese año, además, recibió un contrato histórico: Microsoft le encargó el hardware para la consola Xbox, con un adelanto de 200 millones de dólares. Durante la década siguiente, NVIDIA se consolidó como un actor central en la industria de chips para consolas, trabajando también con Sony en el procesador gráfico de la PlayStation 3. Sin embargo, sus ambiciones pronto fueron más allá del entretenimiento. En 2003, colaboró con la NASA en una simulación fotorrealista de Marte y se convirtió en proveedor de unidades gráficas para Audi. El éxito vino acompañado de controversias. En 2006, el Departamento de Justicia de EE. UU. la citó por presuntas maniobras de prácticas desleales. Aun así, en 2007 la revista Forbes la nombró “Empresa del Año”. Tres años después, afrontó una demanda colectiva por fallos en chips móviles, inicialmente negada por la compañía. A lo largo de los años, NVIDIA creció con adquisiciones, apostó por la computación móvil y desarrolló tecnologías avanzadas para vehículos. Su gran salto llegó con la apuesta por la computación paralela, que no solo le permitió recuperarse de tropiezos, sino que la colocó en la vanguardia de un campo emergente: la inteligencia artificial. En 2020, intentó comprar Arm Ltd. por 40.000 millones de dólares, pero la operación se desplomó en 2022 por objeciones de reguladores en todo el mundo, preocupados por el dominio que sumaría NVIDIA al combinar sus chips con las licencias de Arm, presentes en dispositivos como el iPhone, el iPad, el Amazon Kindle y numerosos automóviles. Ese mismo año, su inversión en IA comenzó a rendir frutos. Se supo que ChatGPT de OpenAI, que desató una carrera global por la inteligencia artificial, funcionaba sobre 10.000 procesadores NVIDIA, catapultando su popularidad. La compañía pasó entonces a ser objeto de nuevas investigaciones en la Unión Europea, China y otros países, en un contexto de creciente inquietud por el impacto social, cultural y laboral de la IA. En julio de 2025, NVIDIA marcó un hito histórico: se convirtió en la primera empresa en alcanzar una capitalización bursátil de 4 billones de dólares. La cifra solo es superada por el PBI de cinco países —Estados Unidos, China, Alemania, Japón e India— y refleja el papel crucial de sus chips en algoritmos de IA y centros de datos de todo el mundo. Con el avance de la inteligencia artificial, el control de chips como los de NVIDIA y de las “tierras raras” —32 minerales esenciales para su fabricación, la mayoría en China— se ha vuelto un factor geopolítico de primer orden. Parte de este dominio se debe a sus núcleos H200 (y anteriormente los H100), altamente eficientes y veloces en el procesamiento de datos requeridos por las nuevas IA. La demanda es tan alta que la empresa no logra cubrirla y algunos clientes enfrentan meses de espera. Con una cuota de mercado del 92% en el segmento de gráficos en 2025, NVIDIA se proyecta hacia un futuro dorado. El único riesgo en el horizonte: que las tensiones por el control de tecnologías y contratos de chips entre China y Estados Unidos escalen fuera de control.
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