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Parana » Informe Digital
Fecha: 17/08/2025 11:30
El equipo económico ha decidido adoptar una postura firme para enfrentar un periodo altamente turbulento que comenzará mañana y se extenderá hasta las elecciones en la provincia de Buenos Aires. Durante las próximas tres semanas, el objetivo manifiesto del ministro de Economía es que “no sobre un peso”. Luis “Toto” Caputo luchará para que el dólar oficial se mantenga lo más estable posible en ese transcurso, aunque ello implique altos costos. Para alcanzar este objetivo, se han establecido diversas medidas simultáneas. En primer lugar, se implementará un aumento de los encajes por segunda vez en el mes, lo que generará una fuerte restricción de la liquidez. Esto se traducirá en una menor disponibilidad de dinero para préstamos y probablemente provocará un nuevo incremento en las tasas de interés. A la par, el Tesoro llevará a cabo una nueva licitación de títulos para absorber al menos una parte de los 6 billones de pesos que quedaron sin renovarse en la licitación de la semana pasada, lo que representa casi el 40% del total a vencer. El apretón monetario se viene percibiendo desde mediados de julio, pero se intensificó en la última semana. El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, explicó con claridad por qué se han tomado estas medidas drásticas: “Creemos que la no renovación de vencimientos no se debe a un aumento en la demanda de dinero, sino a los temores propios de un periodo preelectoral. No vamos a permitir que esos pesos se utilicen para desestabilizar”, comentó en un streaming. El estrangulamiento monetario ha sido evidente desde mediados de julio, pero alcanzó su máximo punto la semana anterior. En un contexto de fuerte escasez de pesos, las tasas llegaron hasta el 70% anual, en contraposición a una inflación proyectada que se estima cercana al 20% para los próximos doce meses. El dólar como contracara La consecuencia de estas elevadas tasas fue el desplome del dólar oficial, que descendió de $ 1.380 a $ 1.310, una caída del 5% en dos semanas. Este movimiento se debió a un incremento en la oferta de divisas del sector agropecuario, incentivada por la disminución de retenciones y el aumento de las tasas, que se presentan como una invitación a mantener los pesos en lugar de retornar a la dolarización. Sin embargo, es evidente que el mercado no se encuentra en equilibrio. Un dólar cercano a $1.300 no puede sostenerse únicamente con tasas del 70%. Incluso, el inminente apretón monetario podría llevar las tasas a niveles aún más altos. Se anticipan medidas a corto plazo, diseñadas para transitar el periodo preelectoral que se avecina. Todo esto está relacionado con lo que Caputo denomina “riesgo kuka”, es decir, el temor de los inversores ante la posible vuelta del kirchnerismo al poder. Según su perspectiva, el 100% de la presión cambiaria y el subsiguiente aumento de tasas están vinculados a este riesgo. Las medidas anunciadas están alineadas con esta visión. Por ello, el objetivo crucial es obtener un resultado electoral que brinde claridad a los inversores: esencialmente, el fortalecimiento de La Libertad Avanza y un claro retroceso del kirchnerismo. Elección clave La elección del 7 de septiembre se ha vuelto fundamental para lograr ese objetivo. Una posible victoria de la coalición LLA y el PRO en el bastión kirchnerista probablemente desencadenaría un periodo de euforia en los mercados, lo que provocaría un significativo impulso en los activos argentinos. En este contexto, es sensato esperar una disminución de las tasas, mientras que el dólar se mantendría relativamente estable debido al mayor flujo de fondos que ingresaría al mercado local. Una posible victoria de la coalición LLA y el PRO en el bastión kirchnerista probablemente desencadenaría un periodo de euforia en los mercados. Con este razonamiento en mente, la decisión del equipo económico parece justificada, a pesar de tratarse de medidas extremas. La primera variable que se vería afectada es el ritmo de otorgamiento de crédito, que ha venido aumentando a tasas que duplican la inflación mensualmente. Sin embargo, el stock crediticio sigue representando apenas el 10% del PBI, una de las proporciones más bajas de América Latina y del mundo. Caputo tuvo que optar por el mal menor: un fuerte aumento de las tasas, que es lo que está detrás de la caída del tipo de cambio. El mensaje resulta contundente: es preferible afectar la capacidad crediticia a corto plazo, pero evitando que la turbulencia electoral se perciba en “la calle”. Datos alentadores Los últimos relevamientos sobre la evolución de la inflación muestran un impacto mínimo de la suba del dólar en los precios. La inflación núcleo de julio fue de apenas 1,5%, la cifra más baja desde 2017. Además, las consultoras privadas proyectan que en agosto el índice se mantendría alrededor del 2%. Por ende, el plan consiste en que en la provincia de Buenos Aires se vote en un contexto de estabilidad cambiaria y con la inflación bajo control. Este es un activo importante que el Gobierno puede exhibir, lo cual es crucial para lograr un resultado favorable. No es casual que más de una docena de intendentes kirchneristas se postulen como candidatos en la elección provincial: necesitan maximizar la movilización de votantes, especialmente en el conurbano profundo. Por supuesto, este plan puede fracasar. Y en tal caso, las cosas cambiarían notablemente. El principal obstáculo es atravesar la elección con éxito. Si no se logra un resultado claro, el periodo de incertidumbre se extendería, al menos, hasta la elección legislativa, que está programada para el 26 de octubre, un mes y medio después. En ese escenario, la situación podría complicarse aún más. Mantener tasas muy altas durante demasiado tiempo produce daños colaterales. No se trataría solo de una paralización temporal en el otorgamiento de crédito; también afectaría la cadena de pagos, podría incrementar la morosidad y la actividad productiva se vería perjudicada. Asimismo, el Tesoro enfrentaría complicaciones. Pagar tasas muy elevadas, que al menos triplican la inflación anual, impactará en el costo de endeudamiento del Gobierno y aumentará el ritmo de incremento de la deuda. Este ha sido uno de los logros de este año y medio: avanzar exitosamente en el ritmo de desendeudamiento. Se avecinan semanas decisivas. Las medidas drásticas que se han implementado en el ámbito monetario tienen como único objetivo llegar a las elecciones del 7 de septiembre con la menor cantidad de sobresaltos posibles. Se trata de una apuesta arriesgada, pero, al mismo tiempo, difícil de evitar.
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