Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Sobre el testamento de San Martin. ¿Por qué legó el sable a Rosas?

    Colon » El Entre Rios

    Fecha: 17/08/2025 09:30

    Como es sabido, el general José de San Martin, Libertador de tres repúblicas sudamericanas, falleció en Bolugne Sur Mer (Francia) el 17 de agosto de 1850. Algunos años antes, más propiamente, el 23 de enero de 1844, redactó, de su puño y letra, en París, una nota, expresión de lo que sería su "última voluntad". Por Bernardo Salduna Asociación "Justo J. de Urquiza, Concordia, Entre Ríos Ha quedado en la historia y ha sido objeto de controversia la cláusula tercera: "el sable que me ha acompañado en toda la guerra de la Independencia de América del Sud le será entregado al General de la República Argentina don Juan Manuel de Rosas, como una prueba que, como Argentino, he tenido al ver la firmeza con que ha sostenido el honor de la República contra las injustas pretensiones de los extranjeros que tratan de humillarla". Se ha interpretado que tal actitud de San Martin se motivó en relación a la batalla de la Vuelta de Obligado, contra la flota anglo francesa. Sin embargo, esto no parece verosímil, porque dicho combate ocurrió el 20 de noviembre de 1845, y el testamento sanmartiniamo es de más de un año atrás. El tema pareciera más bien remitirnos al bloqueo francés al puerto de Buenos Aires, ocurrido en 1838. El mismo se originó porque el gobierno de Francia protestaba porque no se concedía a sus ciudadanos el mismo privilegio que Rosas otorgaba a los ingleses, relativo al cumplimiento del servicio de milicias. San Martin, negándose a participar en conflictos políticos internos de su patria, habíase radicado en Francia. Temeroso que el conflicto desembocara en una guerra, se apresuró a escribir a don Juan Manuel de Rosas, ofreciendo sus servicios "en el lugar que se le destinara", ya fuere como general o simple soldado. Extrañamente, Rosas le contesta que no cree que vaya a haber guerra, no estima justificado que el Libertador afronte las dificultades de "un largo viaje de mar" (argumento, por lo menos curioso, para oponer a un militar que había cruzado varias veces los Andes). Y que cree que don José podrá ser mucho más útil a su Patria quedándose en Europa. Impresiona como que el dictador porteño no tuviera mayor interés en la presencia de San Martin en el Río de la Plata. Más adelante, ha de estallar el conflicto entre el gobierno de Buenos Aires y los de Francia e Inglaterra. No se trata de un episodio de conquista; tanto el gobierno francés, como la Corona británica, aunque ambos imperios colonialistas, saben que el eventual apoderamiento del territorio rioplatense significaría una empresa muy costosa en hombres y dinero. Las propias instrucciones del rey de Francia don Luis Felipe rezan: "nunca pantalones azules (los de los soldados franceses) en tierra". No, los intereses anglo francés son distintos: es simplemente una empresa comercial: se trata de comprar y vender mercadería en los puertos y ciudades sobre el río Paraná sin pasar por las "horcas caudinas" del puerto y la aduana de Buenos Aires. Les conviene a los comerciantes ingleses y franceses, pero también a los habitantes del Litoral y del Paraguay, ahogados y expoliados por el monopolio porteño, que viene de la Corona española, y que la dictadura rosista mantiene y, aún más, endurece. La información de todo este conflicto le es brindada al General San Martin por la embajada de Rosas en París, donde trabaja quien, con el tiempo, será yerno de Rosas. De ahí que, magnificando la significación de los sucesos, San Martin llegue a considerar la lucha como "de tanta trascendencia como nuestra emancipación de España". En ese sentido, resulta natural el legado del sable. Que sólo demuestra la coherencia y conducta del ideal sanmartimiano ante un conflicto de intereses que, sólo en apariencia, podía asimilarse a la gesta por la independencia americana. Cosa extraña: ante la muerte del Libertador, en 1850, el gobernador de Buenos Aires don Juan Manuel de Rosas, no le rinde homenaje ni decreta duelo. Sí lo hace el gobernador de Entre Ríos, don Justo José de Urquiza. Fuente: El Entre Ríos

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por