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CABA » Plazademayo
Fecha: 16/08/2025 10:13
Un equipo de investigación del INTA Concordia avanza en el estudio del comportamiento de tres especies de moscas de la fruta que afectan a los frutales del litoral argentino. El objetivo: comprender sus dinámicas de interacción y competencia para diseñar estrategias de manejo integrado más eficaces y sostenibles. En la región del río Uruguay, la producción frutícola enfrenta una creciente amenaza por parte de distintas especies de moscas que comprometen la calidad de los cultivos y generan importantes pérdidas económicas. La situación se agravó en los últimos meses por los elevados niveles de la mosca del Mediterráneo (Ceratitis capitata), lo que llevó al Senasa a declarar la alerta fitosanitaria hasta julio de 2025 en los departamentos Concordia y Federación, en Entre Ríos, y en Monte Caseros, Corrientes. Frente a este panorama, investigadores del INTA Concordia estudian cómo interactúan tres especies clave: la mosca del Mediterráneo, la mosca sudamericana (Anastrepha fraterculus) y la mosca de alas manchadas (Drosophila suzukii). “Estas especies no solo dañan directamente la fruta, sino que también limitan el acceso a mercados internacionales exigentes en materia fitosanitaria”, explicó la investigadora Valeria Viana. Comportamiento y competencia entre especies El estudio combina observaciones a campo con experimentos en laboratorio. En total, se monitorearon 32 especies frutales en la región y se identificaron ocho hospederos en los que las tres especies pueden coexistir, aunque con distinta prevalencia. Según Viana, la mosca sudamericana fue más común en níspero, ubajay y ciruela; la del Mediterráneo, en guayaba, mburucuyá y durazno; mientras que la de alas manchadas predominó en zarzamora y arándano. Además, se llevaron a cabo ensayos para evaluar la competencia larval. Los resultados mostraron que el aumento en la densidad de larvas de Drosophila suzukii reduce significativamente la supervivencia de las otras dos especies. “Cuando aumentamos la densidad larval de D. suzukii, la tasa de supervivencia de C. capitata y A. fraterculus disminuyó al 20–35%”, detalló la investigadora. Selección de frutos y control natural Otro aspecto clave de la investigación fue el estudio del comportamiento de oviposición, es decir, cómo eligen las hembras los frutos para depositar sus huevos. En condiciones experimentales, las tres especies evitaron frutos previamente infestados, lo que explicaría por qué rara vez se encuentran las tres en un mismo fruto. “Este comportamiento sugiere un mecanismo natural de partición de recursos que facilita la coexistencia”, agregó Viana. Hacia un manejo integrado y sostenible Los resultados del estudio ofrecen información clave para mejorar las estrategias de control de estas plagas. “Conocer cómo compiten estas especies y cómo eligen los frutos para ovipositar nos da herramientas valiosas para desarrollar nuevas técnicas de manejo integrado”, sostuvo la investigadora. Entre las recomendaciones más destacadas se encuentran el monitoreo constante de las poblaciones, la colocación de trampas, el retiro de fruta caída y la observación del entorno productivo en su totalidad, incluyendo frutales silvestres o en patios vecinos que puedan actuar como refugios para las moscas. “La competencia entre hembras, la calidad del fruto y la presencia de hospederos alternativos son factores que deben considerarse al momento de tomar decisiones de manejo. No se trata solo de controlar, sino de comprender para actuar con mayor eficacia”, concluyó Viana. El trabajo del INTA Concordia demuestra que un enfoque científico basado en el conocimiento del comportamiento de las plagas puede marcar la diferencia en la protección de los cultivos y la sostenibilidad de la producción frutícola en la región.
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