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  • El fentanilo politizado

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 16/08/2025 06:31

    Javier Milei Con un discurso tan vibrante como polarizador, Javier Milei dio el puntapié inicial a la campaña bonaerense. Ocurrió en La Plata, este jueves, sobre un escenario violeta intenso. La exposición no tuvo fisuras. Impecablemente guionada, más allá de las espontáneas acotaciones que sumó el Presidente, apuntó a un blanco excluyente: Axel Kicillof. El gobernador de la provincia de Buenos Aires pasó en el relato preelectoral a encarnar al kirchnerismo puro y duro, el enemigo a vencer. Una batería de feroces descalificaciones personales amenizó la ajustada descripción del penoso estado en el que se encuentra la provincia bajo la gestión peronista. No hubo insultos directos, de eso se encargó el coro libertario que acompañó la movida, pero sí caracterizaciones oprobiosas, de las que bulean al oponente sumando calor y color para la popu. zombies, termos, cabezas de pulpo, entre otras delicadezas. La emblemática frase del “Nunca más” fue oficializada como eje de la contienda. La “apropiación cultural” de la consigna que, al menos hasta aquí, era un elemento unificador del sentir nacional, cayó en las insondables profundidades de la grieta. “Nunca más al maldito kirchnerismo…a la corrupción…al estatismo”. Un mantra que se repetirá en la larga misa preelectoral. Ya sobre el final, la homilía polarizante de Milei introdujo un tema maldito: el fentanilo. El Jefe de Estado denunció el “encubrimiento atroz a un eterno socio kirchnerista por la causa del fentanilo”. ¿Les parece que el Juez que tiene la causa sea justo el hermano del ministro de Salud de Kicillof?, preguntó Milei. Las repercusiones no se hicieron esperar y ocuparon la agenda mediática desplazando las vibraciones del discurso presidencial que estuvo, hasta el fentanilo, absolutamente ajustado a un prolijo libreto que describió sin concesión alguna los daños ocasionados por los K a la provincia más populosa del país. Un comunicado desde la cuenta de la Vocería Presidencial, que fue subido a redes a poco de terminar el acto, emplazó al juez a “meter preso” al Ariel García Furfaro, el dueño del laboratorio investigado, bajo la amenaza de ser recusado. El magistrado no tardó en responder: “Le recuerdo al Sr Presidente su obligación constitucional de abstenerse de interferir en una causa penal en curso…suficientes omisiones y dificultades ha debido superar la investigación hasta ahora como para que, sobre ello se pretenda politizar un trabajo bien hecho. Respeto por las víctimas y las instituciones.” “Estamos ante la mayor tragedia sanitaria de nuestra historia”, sumó Pablo Javkin, intendente de Rosario, en cuya ciudad se produjo el mayor número de muertes. La politización de la causa del fentanilo en contexto de campaña es un arma de doble filo para el Gobierno. La decisión de instalar en la primera línea de fuego una cuestión tan sensible expone no solo las responsabilidades penales de García Furfaro y sus eventuales socios políticos, sino también las inconsistencias de lo actuado en los últimos meses por los organismos encargados de velar por la seguridad sanitaria de todos. El Gobierno queda atrapado en una situación difícil. Los principales impulsores de la causa son los familiares de las víctimas que activan a lo largo y a lo ancho del país para conocer la verdad acerca de esta tragedia. Muchos de ellos confían en la investigación que lleva adelante el juez. La recusación de Kreplak podría demorar peligrosamente la causa, cuando los alcances del estrago aún se desconocen y el riesgo de la aparición de nuevos casos está todavía en curso. La identificación y persecución penal de los responsables es urgente y necesaria pero hoy es prioritario que el Estado se dedique a contener y acotar los efectos de la tragedia. El asunto del fentanilo contaminado en el centro de la agenda también abre un debate urgente acerca de la necesidad de un Estado eficiente con capacidad para controlar lo que se produce a través de las agencias y organismos especializados. Los recortes implementados en la ANMAT por el ministro de Desregulación del Estado podrían constituir una de las eventuales razones que condujeron a que esta situación se fuera de las manos. “El ANMAT me decía que revisaba el fentanilo. Si no hubiera estado el ANMAT, yo hubiera hablado con mi médico y me hubiera cuidado mejor”, fue el amañado argumento de Federico Sturzenegger en orden a justificar su postura a favor de reducir al máximo el organismo. Importa saber que los médicos no disponen de facultad alguna para analizar las drogas que suministran los laboratorios autorizados. Muchísimo menos, en el caso de los medicamentos que son de exclusivo uso en el ámbito hospitalario. Todo muy forzado. Las explicaciones dadas por el Ministerio de Salud de la Nación han sido hasta aquí insuficientes. No se alcanza a explicar porque, habiéndo detectados “deficiencias significativas, clasificadas como críticas y graves” en la producción del laboratorio HLB Pharma no se ejecutó la prohibición de seguir produciendo los fármacos hasta tres meses después. Son varios los funcionarios nacionales que ahora están en la mira. El fentanilo es un potente fármaco opiáceo sintético. Está aprobado por el ANMAT para su uso como analgésico y anestésico. Es 100 veces más potente que la morfina y 50 veces más que la heroína. Solo se comercializa para uso hospitalario. En Estados Unidos se lo considera como causante de una crisis humanitaria grave. Su uso con fines recreativos ha causado miles de muertes. En los primeros 200 días de la segunda Presidencia de Trump, las autoridades estadounidenses reportaron un aumento del 25 % en las incautaciones de fentanilo respecto al año anterior. No es una novedad la utilización del fentanilo en la narrativa política. En un episodio muy reciente apareció mencionado en medio de la guerra arancelaria entre EEUU y China. Trump justificó la suba de aranceles al país asiático en una represalia por su condición de principal productor de la sustancia y sus precursores químicos. El gobierno de Pekín acusó a EEUU de utilizar el “fentanilo” para llevar adelante una guerra comercial injusta. Llevar el relato hacia la polarización en su versión más extrema, algo que parece hoy imperativo para LLA, permite imaginar los escenarios políticos por venir. En ningún caso, cualquiera que sea el resultado electoral, es de esperar algún espacio para la debate, ni búsqueda de consensos. La estrategia política de concentrar la elección en dos opciones antagónicas reduce el debate en todas sus formas y debilita a las terceras fuerzas. La identificación con un lado u otro de la grieta pesa más que cualquier propuesta. La realidad, en sí misma compleja, resulta simplificada. Se está a favor o en contra. Es “pasta o pollo”. La campaña en la provincia de Buenos Aires, prevista para el 7 de septiembre, queda solapada desde este domingo con la campaña nacional. Más allá de sus particularidades, las dos elecciones quedarán absolutamente nacionalizadas. En ambas, el candidato es Milei. El resultado de la desdoblada elección bonaerense tendrá impacto en la elección nacional, por eso es clave la lectura que se dará a los resultados en la mismísima noche del comicio. Una lectura que, a la vez, dependerá de los números que los dos espacios dominantes obtengan. El que se imponga en el conteo general se declarará ganador, más allá de los resultados parciales. Y ese dato impactará de manera rotunda en la elección subsiguiente. Considerando que se vota de manera simultánea en ocho secciones electorales y que las dos más populosas son la Primera y la Tercera, es clave lo que pase en estos distritos. Casi todas las encuestas coinciden en algo: La alianza La Libertad Avanza aventaja a Fuerza Patria por unos cinco puntos en la Primera y Fuerza Patria saca una considerable ventaja del orden de los 15 puntos en la Tercera. Será en el interior provincial dónde la dos fuerzas mayoritarias compitan por la compensación. No habrá medidas de gobierno que traigan alivio, ni promesas seductoras las que atraigan al electorado. Milei sigue apostando a la “batalla cultural” y se mantiene firme en sus posiciones para controlar el déficit. Trabaja para sostener los vetos a las leyes. Aún sin tener garantizado el cortafuego del tercio de “héroes” que necesita en el parlamento no da marcha atrás. En el caso de la crisis en el sector de la discapacidad aseguró que no soltará un peso hasta que no analice y dé de bajas todos los casos de pensiones por invalidez que han sido mal otorgadas. Los justos tendrán que adelantar el pago a cuenta de los pecadores. Los tiempos de la gestión y el control no acompañan a los de la motosierra y el recorte de gastos. Las acusaciones de falta de empatía no alcanzan a interpelar a Milei. Muy por el contrario la batalla cultural incluye la reivindicación deliberada de la crueldad como marca política.

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