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  • Advierten que explorar el fondo de los ríos podría revelar más daños ambientales que especies

    Gualeguaychu » El Dia

    Fecha: 16/08/2025 00:50

    Científicos del Conicet, junto al Schmidt Ocean Institute, realizaron una expedición denominada “Talud Continental IV” en el cañón submarino de Mar del Plata a más de 3.900 metros de profundidad. Los llamativos animales que protagonizaron los videos y la pasión de los especialistas generaron entusiasmo en el público con cada nuevo ejemplar descubierto. Desde el inicio de la misión, los especialistas identificaron más de 200 especies, muchas de ellas nunca antes observadas vivas en su ambiente natural. Seres como esponjas carnívoras (que se alimentan de crustáceos), peces bioluminiscentes, transparentes o fantasmas que nadan en completa oscuridad, rayas de aguas profundas, calamares gigantes, peces trípode, estrellas de mar abisales (como la famosa estrella “culona”), cangrejos de profundidad, pepinos de mar, entre muchos otros, fueron streameados en vivo desde YouTube, para todo el mundo. Puede interesarte Está claro que el río Gualeguaychú no tiene la profundidad del océano investigado, pero, ¿qué encontraría una expedición similar en nuestras aguas? Ahora ElDía dialogó con el naturalista Gustavo Puente y con Norberto Oldani, exinvestigador del Conicet, para conocer lo que hay más allá de nuestras orillas. Oldani inicia el diálogo con una aclaración técnica que derrumba la ilusión de “poner una cámara” en cualquiera de los ríos de la zona: “Un río no es como el océano: es de aguas oscuras, tiene sedimentos y carga orgánica, por lo que, con una cámara, no se vería nada. Por ahí se podría utilizar otra técnica. El ultrasonido, por ejemplo, la cual, a través de cálculos matemáticos, se podría reconstruir mapas de especies en los diferentes estratos del ambiente acuático”. En cuanto a la salud de los ríos de nuestra provincia, confesó que no se encuentran en buen estado. Tomó un ejemplo claro: “El río Uruguay está sumamente castigado. Hay constantemente floraciones algales que no deberían ocurrir y tienen consecuencias ambientales delicadas: son causantes de una falta de oxígeno que hace que se mueran los peces. Es un indicador inequívoco de que está muy contaminado. La principal causa es materia producida por las personas, que viene de afuera del río: efluentes cloacales, desechos de los basurales, lavado de los campos”. Gustavo Puente tampoco fue optimista: “Desde el punto biológico, el fondo del río seguramente está totalmente alterado, mucho más que lo que puede estar el fondo del océano. Tenemos problemas antrópicos (producido o modificado por la acción humana) tremendamente impactantes y nadie se da cuenta”. Y agregó otro de los inconvenientes que complica a estos ambientes que es la falta de retención hídrica: “Todos queremos que el agua de lluvia en las ciudades corra por los desagües hasta el río lo antes posible. Esto tiene un impacto tremendo, no sólo en caudal de agua (imaginemos todos los metros cuadrados de superficie que salen rápidamente por el cemento), sino en el arrastre de contaminantes. Hay todo un universo ecosistémico en los fondos de río que las personas desconocen, pero hacer una exploración en profundidad en Gualeguaychú es pura hipótesis. No se puede decir qué es lo que hay, pero sí pensar los cambios que nosotros mismos provocamos”. Puede interesarte Además, planteó la comparación de lo que podemos observar ahora, con la situación del sistema años atrás. “Si esto lo hubiésemos planteado hace un siglo, tendríamos un panorama totalmente diferente. Hoy, en el fondo del río, tenemos elementos que no tenemos que tener y, por lo tanto, se convirtió en un lecho diferente. Está alterado por infraestructuras, por la actividad agrícola: cada vez es más común que se planteen dragados. El impacto que eso tiene es difícil de describir. Los mismos ríos nos están dando indicadores biológicos de que esto no va más, no hace falta mucha tecnología para verlo”. Oldani, en la misma línea, retomó el tema de las especies que habitan las aguas de la zona: “Tenemos una idea distorsionada de lo que es el río porque lo vemos con pocos peces, con agua deteriorada y con poca fauna asociada. Eso ha sido consecuencia de no cuidarlo. Tenemos muy pocos recaudos con el Uruguay y el Paraná, y ya podemos hablar de pobreza extrema en estas cuestiones. Se está rompiendo el equilibrio que presentan. Hemos llegado a deteriorar el corazón del ecosistema. Hay una especie de pez que vive en toda esta cuenca, que es la que soporta la mayor presión de pesca y es la responsable de que haya toda la diversidad (surubí, dorado, pacú, manguruyú y bagre, entre muchas otras) y, sin embargo, está disminuyendo a niveles catastróficos: el sábalo”. Además, destacó que el inconveniente no era la llamada “pesca de subsistencia”, sino los grandes acopiadores sin medir las consecuencias, ni tener en cuenta los períodos de reproducción: “Esto se puede ver en la pérdida de la talla de las especies. Es un problema en el cual los funcionarios tienen mucho que ver”. Como solución, Oldani sugiere que se debe tomar conciencia de los riesgos que se corren y el futuro de las aguas: “El trabajo más importante es concientizar”. Coincidentemente, Puente dejó una reflexión sincera, pero que resume su pensamiento: “Es buena idea explorar qué es lo que hay en el fondo del río, pero luego de conocerlo, con seguridad nos daríamos cuenta de que lo más importante es haberlo cuidado”.

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