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Concordia » Despertar Entrerriano
Fecha: 15/08/2025 15:50
Así lo afirmó el director de Fundación Eco Urbano y alertó sobre el deterioro del río Paraná y la falta de una ley que proteja los humedales. El director ejecutivo de la Fundación Eco Urbano, Horacio Enríquez, volvió a encender la alarma sobre la crítica situación ambiental que atraviesa el río Paraná y sus humedales, a partir de los últimos estudios que evidencian el alto nivel de contaminación en sus aguas. Destacó el reciente informe presentado por la Fundación Humedales Wetlands International, que “confirma lo que los ambientalistas y ecologistas venimos advirtiendo desde hace años: nuestros humedales, los riñones del planeta por su función depuradora, están amenazados por décadas de acumulación de contaminantes industriales, agroquímicos, fertilizantes, residuos urbanos y el fenómeno de los microplásticos”. El referente ambiental subrayó que el Paraná forma parte de la segunda cuenca más importante de Sudamérica, la Cuenca del Plata, que abarca más de tres millones de kilómetros cuadrados. Sin embargo, “ya no es el mismo río de hace décadas, su caudal natural ha disminuido drásticamente, y esa capacidad de diluir y depurar contaminantes hoy está comprometida”, señaló. Enríquez recordó que investigaciones recientes detectaron altos niveles de glifosato en la cuenca del arroyo Las Conchas, “considerada la más contaminada de la región”. Y añadió: “Si a eso le sumamos los incendios, la deforestación en el Amazonas que altera los regímenes de lluvias y la presión productiva sobre las islas, el panorama es más que preocupante”. “Este informe nos dice que los riñones del planeta, nuestros humedales están amenazados por la contaminación, es una realidad y confirma lo que se viene diciendo desde hace años”, reafirmó. El ambientalista cuestionó que aún no exista una ley nacional de presupuestos mínimos para proteger estos ecosistemas clave. “Los humedales no solo depuran el agua, también capturan gases de efecto invernadero y generan biodiversidad. Son valiosísimos, fundamentales para la vida y es deber del Estado protegerlos”, sostuvo. Además, vinculó el deterioro ambiental con un modelo productivo extractivista que “avanza sobre bosques, montes y selvas” y que, al trasladar el ganado a las islas, provoca un daño adicional. “Nuestros ecosistemas no son infinitos; la suma de impactos presiona sobre un recurso que parece enorme, pero es limitado”, advirtió. Un llamado a la acción Enríquez reclamó políticas públicas firmes de control y monitoreo sobre las industrias y el sector agropecuario, así como acciones concretas desde las ciudades ribereñas para reducir su impacto. “En Paraná tenemos arroyos convertidos en cintas transportadoras de basura y un basural a cielo abierto que contamina los humedales del oeste. Además, enviamos los líquidos cloacales crudos al río desde siempre, confiando en que lo depura solo, pero el río ya no es el mismo”, advirtió. “Los entrerrianos tenemos una larga historia de cuidado y defensa de nuestro río. Pero debemos pensar qué pasaría si, con el caudal actual mucho más reducido, se profundizara el dragado y el calado para convertir al Paraná en una simple autopista líquida que abarate los costos logísticos de las grandes multinacionales. Tenemos que ponernos firmes y exigir a los dirigentes políticos que asuman su responsabilidad frente a estos temas clave. En Argentina no se habla de cambio climático ni de la crisis ambiental. En lugar de debatir estos asuntos centrales, seguimos promoviendo el extractivismo y entregando nuestros bienes comunes. Debemos informarnos, hablar de esto y presionar desde los ámbitos locales y provinciales para que, de una vez y para siempre, el río Paraná, uno de los humedales más extensos e importantes del planeta, sea protegido por ley”, sostuvo finalmente Enríquez. Fuente: El Once
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