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  • Milei congela a Zelenski y espera por el acuerdo comercial con Trump

    » Diariopinion

    Fecha: 15/08/2025 13:57

    Casi todo lo que se supo sobre la comunicación Milei-Zelenski lo contó el ucraniano en un posteo en X, antes Twitter. Los dos presidentes conversaron al mediodía del jueves durante 15 minutos. "Una charla cordial entre dos amigos. Se habló de la posibilidad de una visita de Javier Milei a Ucrania", según la versión mínima que ofreció la Casa Rosada. Milei reposteó el tuit de Zelenski, sin hacer comentarios. El contacto con Volodomir Zelenski cobró relevancia en la víspera de la cumbre entre los presidentes Donald Trump y Vladimir Putin en Anchorage, Alaska, territorio norteamericano que en el pasado perteneció a Rusia (y que lo cedió a EE.UU. en 1867 a cambio de unos insignificantes 7,2 millones de dólares, unos US$ 150 millones de hoy, según un cálculo de la BBC). El futuro de la guerra en Ucrania y acaso también el de Europa dependen en buena medida de ese encuentro. Antes de partir hacia Anchorage, Trump le otorgó a la cumbre "un 25%" de posibilidades de fracasar, pero se ignora qué significan para Trump las nociones de éxito y fracaso. El magnate depositó mayores expectativas en una eventual segunda reunión que incluya a Zelenski, como reclaman sus aliados europeos, en la que se podrían "repartir las cosas". "No es un mal término", dijo a Fox News, porque se hablará de "fronteras y territorios". Zelenski mantuvo el miércoles una videocnferencia con Trump y luego con líderes de la UE. Tras su intercambio con Milei, elogió la desregulación económica y la baja de la inflación en la Argentina y hasta dijo que su país "está interesado en estudiar esta experiencia". Aseguró que Ucrania "necesita una paz justa y garantías de seguridad fiables". Y confió: "Javier está dispuesto a colaborar personalmente para lograrlo". Aunque tampoco sabemos bien qué significado tiene esto último, Milei irá detrás de los intereses de los Estados Unidos, no importa cuál sea la administración, como contó PERFIL. Seducción, abstención Zelenski estuvo en Buenos Aires como invitado especial para la asunción de Milei en diciembre de 2023, cuando la guerra en Ucrania iba para los dos años de comenzada. Desde entonces el contacto entre ambos presidentes fue frecuente. En junio de 2024, Milei participó en Suiza de la Cumbre Global por la Paz, donde expresó su "máximo apoyo al pueblo de Ucrania" y llamó "amigo" a Zelenski, quien lo distinguió con la Órden de la Libertad. El giro de Trump a poco de asumir alteró las cosas para Milei. El presidente norteamericano ensayó una política de seducción hacia Putin (no nos atrevemos a llamarla "apaciguamiento" por sus connotaciones históricas) con el objetivo de un alto el fuego. Su primer movimiento consistió en calificar a Zelenski como "dictador" y afirmar que había sido Ucrania el país que inició las hostilidades. Trump teatralizó la apuesta en el Salón Oval con una bizarra escena de humillación a Zelenski. Lo acusó allí de "querer jugar a la tercera guerra mundial". Trump obligó entonces a Milei a una difícil contorsión: Argentina se abstuvo de votar en las Naciones Unidas una resolución impulsada por países europeos que reclamaba la salida "de inmediato, por completo y sin condiciones" de las tropas rusas del territorio ucraniano, resolución que tuvo el rechazo de EE.UU. Milei habló días después con Zelenski en lo que Presidencia describió como una "cálida conversación telefónica". No hubo menciones al voto argentino en la Asamblea General. Quien no se iba a privar de hacerlas fue Putin: envió un mensaje de agradecimiento a Milei a través del embajador en Buenos Aires en el que destacó el "no apoyo a un comprometido proyecto antiruso" en la ONU. Como se sabe, la estrategia de seducción a Putin fracasó y, envalentonado por su actuación guerrera en Oriente Medio, Trump terminó por emplazar a Moscú para que detenga su renovada ofensiva militar sobre Ucrania. Como se esperaba, esto tampoco funcionó. Trump hizo pública su frustración con Putin y volvió su mirada otra vez sobre Zelenski, a quien reprochó su rechazo a una solución que incluya la cesión de territorios invadidos por Moscú. "Me molestó un poco que Zelenski dijera: ‘Bueno, necesito la aprobación constitucional’. O sea, tiene la aprobación para entrar en guerra y matar a todos, ¿pero necesita aprobación para hacer un intercambio de tierras?", dijo Trump. Nos encontramos finalmente hoy con Putin, sobre quien pesa una orden de detención de la Corte Penal Internacional de La Haya por crímenes de guerra, como invitado a los Estados Unidos por primera vez en casi 20 años. Es difícil predecir cuál será el curso de los acontecimientos en Ucrania con un hombre imprevisible como Trump. Esto parece haber asumido finalmente el Gobierno, que casi invisibilizó el contacto de este jueves de Milei con Zelenski: la Cancillería derivó las consultas a la Casa Rosada y Presidencia respondió, en off the record, con el Whatsapp de 20 palabras que se mencionó en el comienzo. La prioridad de Milei es bien otra. Junto al tradicional apoyo financiero, aguarda un llamado con una invitación de la Casa Blanca: espera coronar allí con Trump un acuerdo de "aranceles recíprocos" que reduzca la tarifa de 10% de base que les impuso a todos sus socios como resultado de su "guerra comercial". De lograrse, no podría ser mayor el contraste con el 50% de aranceles que Trump impuso a Brasil, un aliado histórico de los Estados Unidos en la región, por el juicio contra Jair Bolsonaro. Antes de la entrada en vigencia de las nuevas tarifas, el pasado jueves 7, Trump acordó con aliados como la UE y Japón aranceles de 15% para la mayoría de sus productos, una reducción sustancial respecto de los que amenazó imponerles originalmente. Sin embargo, mantuvo en todos los casos el 50% para el acero y el aluminio, dos productos que exporta la Argentina a EE.UU. De la negociación comercial participan el canciller Gerardo Werthein y el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, embajador Luis María Kreckler. Incluye una cláusula de confidencialidad y una exigencia de larga data de Washington: respeto a la propiedad intelectual de las patentes medicinales y agropecuarias.

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