15/08/2025 12:24
15/08/2025 12:24
15/08/2025 12:24
15/08/2025 12:24
15/08/2025 12:23
15/08/2025 12:23
15/08/2025 12:23
15/08/2025 12:23
15/08/2025 12:23
15/08/2025 12:23
» Derf
Fecha: 15/08/2025 10:41
La psicología identifica a ciertos individuos como “personas esponjas”, quienes absorben todo lo que les pasa a los demás como si fuese propio. Aunque no existe un diagnóstico clínico específico, esta denominación describe una sensación intensa que puede derivar en angustia y agotamiento emocional. La psicóloga Paulina Vargas explica que “este fenómeno trasciende los límites de la empatía. No se trata simplemente de ponerse en el lugar del otro sin perder el propio, sino de una conexión emocional tan intensa que puede llegar a desdibujar los límites personales”. Según Vargas, “ser empático implica comprender las emociones del otro sin necesidad de apropiarse de ellas”. Las personas esponjas suelen sentirse extenuadas tras interactuar con otros. Absorben emociones ajenas, experimentan culpa si no logran ayudar o priorizar a los demás y, a menudo, se olvidan de cuidarse, cayendo en vínculos desequilibrados. Aunque el término “esponja emocional” no forma parte del lenguaje clínico oficial, se relaciona con la categoría de personas altamente sensibles (PAS), propuesta por la psicóloga Elaine Aron en la década de 1990. Se estima que entre un 15% y 30% de la población posee este rasgo, caracterizado por una sensibilidad intensa tanto a nivel emocional como sensorial. Dependiendo del entorno, esta característica puede ser una fortaleza o una carga. Los expertos recomiendan a quienes se reconocen como personas esponjas: Identificar los propios límites emocionales. Observar lo que sienten los demás sin involucrarse de forma absorbente. Marcar límites firmes y proteger la propia energía. Ejercitar la autoconciencia y la autocompasión para diferenciar qué emociones les pertenecen y cuáles no. Reconocer estas dinámicas y establecer límites claros permite que la empatía sea saludable y sostenible, evitando el desgaste que provoca absorber continuamente las emociones ajenas.
Ver noticia original