15/08/2025 03:51
15/08/2025 03:51
15/08/2025 03:50
15/08/2025 03:50
15/08/2025 03:49
15/08/2025 03:48
15/08/2025 03:47
15/08/2025 03:47
15/08/2025 03:46
15/08/2025 03:43
» Derf
Fecha: 15/08/2025 01:31
En tiempos de rutinas cargadas y mil estímulos, muchas personas abandonan el cuidado facial por falta de tiempo, ganas o constancia. Sin embargo, el secreto no está en sumar más productos, sino en armar una rutina breve, realista y efectiva que se pueda sostener en el día a día. El primer paso es definir qué necesita tu piel. No es lo mismo una seca que una grasa o una sensible. Un buen punto de partida es observarla al natural, sin productos ni maquillaje, y prestar atención a cómo se siente: ¿tirante? ¿oleosa? ¿con rojeces o brotes? Si tenés dudas, una consulta con dermatólogo siempre suma. La rutina básica —la que podés mantener incluso en días agotadores— incluye tres pasos clave: limpieza, hidratación y protección solar. A la mañana, lavá tu cara con un limpiador suave, aplicá una crema o gel hidratante y luego un protector solar de amplio espectro, idealmente con FPS 30 o más. A la noche, repetí la limpieza y la hidratación. Nada más. Y nada menos. ¿Querés sumar un extra? Podés incorporar un sérum con vitamina C para la mañana o uno con ácido hialurónico o niacinamida para la noche. Pero recordá: más importante que sumar productos es ser constante con lo básico. También es clave no exigirse de más. Hay días en los que solo vas a poder lavarte la cara y ponerte crema. Está bien. La constancia imperfecta vale más que el abandono por frustración. Y con el tiempo, vas a notar la diferencia: una piel más luminosa, suave y saludable. La belleza sin apuro no tiene que ver con tendencias ni con fórmulas mágicas, sino con el cuidado diario, sencillo y amable. Un mimo que te das, todos los días, a tu ritmo.
Ver noticia original