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» Clarin
Fecha: 14/08/2025 08:33
Aunque la información alrededor de la crianza parece se multiplica a través de diferentes plataformas (redes sociales, libros, medios de comunicación y demás), siempre quedan dudas por aclarar, ya sean clásicas o novedosas. Qué debemos saber actualmente sobre el rol de los abuelos, la crianza como acto político, las peleas entre hermanos, la elección del “juguete perfecto”, el primer teléfono celular y las consultas sobre su origen en niños y niñas adoptados o concebidos por técnicas de fertilización asistida. Aquí, un fragmento de 100 nuevas preguntas y respuestas sobre crianza respetuosa (Planeta), el libro más reciente de la médica pediatra Carla Orsini, que responde éstas y otras preguntas. 1- ¿Criar es un acto político? Sí, todos nuestros actos son políticos, pues somos seres políticos. Somos seres políticos porque vivimos en sociedad. En los últimos años se asoció lo político a lo corrupto, a un rol de Estado, a un descontento y a un partido político. Pero lo político –la palabra deriva de polis, las ciudades-Estado en la antigua Grecia– es lo ciudadano, lo público, lo social, los asuntos que nos vinculan. El problema es confundir lo político con lo partidario. La política es la base de la convivencia. Todo acto es político, toda opinión es política, toda decisión es política. La política implica relaciones entre personas, y el relacionarse es algo primordial en la crianza. Criar no es un acto privado, sino un hecho social, porque es donde nacen las interrelaciones y los vínculos. La crianza es la base de la sociedad. Por eso maternar es político, paternar es político y criar es político, además de una responsabilidad del Estado en tanto garante de niñas, niños y adolescentes como sujetos de derecho. Carla Orsini: "Maternar es político, paternar es político y criar es político". Foto: Alejandro Guyot. 2- ¿Es importante que nuestros hijos/as conozcan su origen si son adoptados o fueron concebidos por técnicas de fertilización asistida? Este es aún un tema tabú, incluso fuente de conflicto familiar, porque entran en juego miedos y fantasías. Si bien cada familia decidirá cuándo y cómo comunicar, lo que se recomienda es, sobre todo, evitar mentir, que prime la honestidad y que el niño/a crezca sabiendo, con un desarrollo acorde a su edad, cuál es su origen genético/biológico. Conocer los orígenes es parte del derecho a la identidad y a conocer la propia historia, garantizado en nuestro país por la Convención sobre los Derechos del Niño de la ONU (1988). Responder preguntas con honestidad y sinceridad, y buscar ayuda si la necesitamos evita que en una familia se generen secretos, supuestos, ideas fantasiosas y tensiones. Que un niño/a se entere por otras personas sobre su origen genético/biológico puede hacerlos/as sentir engañados/as por quienes son los depositarios de su mayor confianza. A veces no surgen preguntas o no saben qué preguntar, por eso es necesario generar el espacio para hacerlo, desde libros al respecto hasta el acompañamiento de profesionales de la salud. Y acompañar luego sus deseos de saber más sobre el proceso de adopción o las técnicas de reproducción asistida, recalcando que estaremos acompañando siempre esa necesidad. 100 nuevas preguntas y respuestas sobre crianza respetuosa (Planeta), el nuevo libro de la médica pediatra Carla Orsini. Foto: Alejandro Guyot. 3- ¿Los abuelos tienen la obligación de ayudar en la crianza? ¡Claro que no! En la mayoría de las familias, los abuelos –sobre todo las abuelas– tienen un rol crucial en las tareas de cuidado y suelen ser la única red para muchas familias. Pero esto no significa obligatoriedad, sino que debe ser una decisión y un deseo. Vivimos en una época donde jubilarse ya no está al alcance de todos y dejar de trabajar puede no ser opción, esto hace que muchos abuelos y muchas abuelas no puedan cuidar a sus nietos/as por más que lo deseen. También puede pasar que no quieran, que tengan una vida social activa o que quieran seguir trabajando. De todas maneras, lo que debería primar es el deseo y también tener en cuenta que por más que exista ese deseo, puede resultar una tarea agotadora para los abuelos/as de edad más avanzada. Por otro lado, sabemos que los vínculos no se pueden forzar. Hay familias que viven con sus abuelos/as o en el mismo terreno, con lo cual el cuidado de los más chicos se da con mucha naturalidad, y de generación en generación; otras en las que no existe relación o es muy esporádica. En el medio, infinidad de realidades posibles y todas deben ser respetadas. 100 nuevas preguntas y respuestas sobre crianza respetuosa (Planeta), de Carla Orsini. Foto: Alejandro Guyot. 4- ¿Cuál es el juguete perfecto? ¡El que se comparte! Puede ser un tupper, una caja o un control remoto, una ramita, una botella: lo que estimule la creatividad, la imaginación y el juego compartido. Mientras menos haga el juguete, más hará el niño. Estamos muy bombardeados por el marketing y gastamos hasta lo que no tenemos por nuestros hijos/as, pensando que así serán más felices o más inteligentes. Pero ellos y ellas en realidad necesitan poco de todo eso: lo que verdaderamente necesitan y valoran es el tiempo compartido. Eso no se compra, y es lo que escasea cada vez más. Compartimos poco tiempo, trabajando horas infinitas para poder llegar a fin de mes. Eso nos genera culpa y pensamos que comprando objetos podemos compensar. Pero el juguete, en realidad, es el vehículo. De nada sirve si no hay otro para interactuar. Brindemos a nuestros hijos e hijas experiencias y tiempo compartido, el que podamos, pero con entrega y atención. Ese es también un regalo perfecto. 5- ¿Hay que intervenir cuando se pelean entre hermanos? Es casi inevitable que los hermanos se peleen, y no está mal. Las peleas entre hermanos nos preparan para resolver conflictos y encontrar soluciones; en pocas palabras, nos preparan para el mundo real. Que los adultos intervengamos o no depende de qué tipo de pelea se trate. No es lo mismo algo banal que pueden arreglar solos si los dejamos, a una pelea donde haya contacto físico y puedan lastimarse, la cual requerirá una implicación activa de los adultos. Intervenir constantemente y, sobre todo, “tomar partido” siempre por alguno de ellos (suele ser por los más pequeños), no los ayuda; al contrario, estarán esperando que alguien siempre resuelva por ellos. Y los mayores pueden sentir resentimiento hacia algo que ven como un favoritismo. Carla Orsini: "Las peleas entre hermanos nos preparan para resolver conflictos". Foto: Alejandro Guyot. Es importante escuchar siempre todas las campanas y versiones, observar lo que está sucediendo y prestar atención a quienes ceden más frecuentemente, intentar ser objetivos y justos. Dar a cada quien lo que necesita, idealmente con momentos de exclusividad, y promover momentos y juegos compartidos entre hermanos puede ayudar. Si las peleas son frecuentes, suelen terminar con golpes o insultos, o sentimos que no podemos manejar la situación, la recomendación es buscar orientación profesional para que nos ayude a tener recursos para resolver conflictos. 6- ¿A partir de qué edad es apropiado que tengan su propio teléfono celular? Una pregunta obligada en el consultorio y en las redes es cuál sería la mejor edad para el dispositivo propio. Siempre cito a una referente en el tema, la doctora Silvina Pedrouzo, presidenta de la Subcomisión de Tecnologías de Innovación y Comunicación de la Sociedad Argentina de Pediatría: la doctora hace la analogía con el momento en que están listos para manejarse solos por la calle, algo que suele coincidir con el ingreso a la secundaria. Es curioso cómo la calle nos asusta y cómo supervisamos su “salida solos al mundo”, pero naturalizamos su salida al mundo digital. Los niños y las niñas suelen tener celular propio mucho antes de que pensemos siquiera en la posibilidad de que vuelvan solos del colegio. Para Carla Orsini, la llegada del primer celular suele coincidir con el ingreso a la secundaria. Foto: Alejandro Guyot.
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