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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 14/08/2025 02:49
Guillermo Antonio Álvarez, "El Concheto", inició su primer raid delictivo a los 18 años Ya era “El Concheto” Guillermo Antonio Álvarez cuando concurría a la escuela secundaria y el apodo le quedó para siempre. Pero más allá del look impecable —peinado a la gomina, lentes, buen aspecto—, detrás de esa fachada, escondía una especie de demonio. Tanto en el Colegio San Patricio de Acasusso como en el Instituto Nuestra Señora de Fátima, en Martínez, vivió coleccionando amonestaciones. Terminó expulsado el día que, como en una vieja escena de circo, incrustó su cortaplumas en el pizarrón como lo hacían aquellos célebres lanzadores de cuchillos que pedían silencio para impresionar al público que colmaba las gradas y aplaudía a rabiar cada acierto en la estocada. Tenía 18 años cuando se lanzó a su primer raid delictivo. Ocurrió entre la noche del 27 y la madrugada del 28 de julio de 1996, fechas en las que se cargó varias muertes. La primera víctima fue Bernardo Loitegui, hijo de Bernardo Loitegui, ex ministro de Obras Públicas de la Nación del gobierno de facto de Alejandro Agustín Lanusse. Le robó su Mercedes Benz con un cómplice y, más allá de que no opuso resistencia, lo ejecutó con dos disparos pese a que estaba presente su hija. Un remisero que lo trasladó al otro día atestiguó luego en el juicio que mientras lo llevaba surgió la noticia y Álvarez comentó sin tapujos lo publicado en los diarios: “A ese tipo lo maté yo. Se retobó y le di plomo”. No fue todo. Luego concurrió con su banda al pub Company, en Belgrano. Lo acompañaban varios marginales, entre ellos: Oscar “El Osito” Reinoso, César Mendoza y Walter Ramón “Oaky” Ponce. Una vez instalados dentro del local desvalijaron a los parroquianos. Todo se complicó cuando apareció en escena el subinspector de la Federal, Fernando Aguirre, que estaba allí disfrutando de su franco. Apenas el oficial lanzó el clásico “¡Alto, policía!”, comenzaron a dispararle a mansalva. El Concheto lo terminó de ejecutar cuando ya estaba tendido en el suelo. En el tiroteo también murió una joven que celebraba su cumpleaños, Andrea Carballido. En la gavilla de Álvarez terminó herido Reinoso y entre todos lo trasladaron mientras huían a la vivienda de su hermana, pero finalmente falleció. El Concheto no aceptó reproches de la familia de El Osito, al contrario, envalentonado les dijo: “Yo intenté salvarlo. Al poli que mató a tu hermano lo cociné a balazos”. Un mes más tarde lo encontraron en la casa de su familia en Acasusso y fue detenido. Durante el allanamiento la policía descubrió en su dormitorio recortes del diario La Nación con noticias de la detención y de los crímenes de Carlos Eduardo Robledo Puch, conocido como “El Ángel Negro”, a quien admiraba. Cuando estuvo preso en el Penal 2 de Gualeguaychú se jactaba de que además de “El Concheto” muchos lo llamaran “El Ángel de la muerte”. Se sentía reconocido en el mundo del delito como su sucesor. “Robo porque me gusta, no por necesidad. El delito me atrae, me seduce, es como enamorarse. O tener la mujer más linda”, desafió a los uniformados mientras lo trasladaban a la cárcel. La cuarta de las muertes que lo enorgullecían ocurrió precisamente en prisión. Sucedió en la vieja cárcel de Caseros, con una faca mató a otro recluso, Elvio Aranda. Robledo Puch, "el ángel negro" a quien "El concheto" quería suceder Robaba por adrenalina, no por necesidad. Él y sus secuaces fueron apodados “La banda de los niños bien” por la apariencia de El Concheto, que vivía a cuerpo de rey. No así sus cómplices, lúmpenes que reclutaba en la villa La Cava de San Isidro, cercana a Acasusso, donde él residía en la zona “concheta”. Su objetivo era asaltar comercios de alta gama: La Biela, Harry Cipriani, Chungo, Café de los Incas, La Parolaccia, Company, Camerún... No le faltaba nada. Su padre era propietario de varios cines y de locales comerciales. Sin embargo, terminó sentenciado en 1998 a prisión perpetua por cuatro homicidios. Pero el 18 de diciembre de 2015 los jueces de la Cámara de Casación Ángela Ledesma y Alejandro Slokar consideraron que la pena establecida no podía exceder los 25 años y resolvieron que el asesino múltiple debía quedar en libertad. El Concheto aprovechó la situación y, ante la justicia, expresó que sentía que había pagado sus culpas y que ansiaba reinsertarse en la sociedad. Se puso de novio y se refugió en Gualeguaychú. Pasaron tres meses y volvió a las andadas. Fue acusado de robarle plata a un colombiano que acababa de retirar de una compañía financiera, una típica salidera bancaria. Para colmo lo encontraron en Buenos Aires pese a que no podía salir de Entre Ríos. A los tres meses de recuperar la libertad, fue acusado de robarle a un colombiano, a la salida del un banco Le revocaron el beneficio y la Corte Suprema de Justicia ratificó la condena a reclusión perpetua más la accesoria por tiempo indeterminado. Sus antecedentes e informes psicológicos y psiquiátricos también lo condenaban. Los peritos dijeron que estaban ante “un narcisista, un psicópata perverso”. Y eso le fascinaba porque repetía que así lo habían calificado también a Robledo Puch. Durante la pandemia del coronavirus, en abril de 2020, firmó junto a otros tres internos el acuerdo con los representantes del Ministerio de Justicia de la Nación, que frenó un motín en la cárcel de Devoto, donde permanece encerrado y donde consiguió recibirse de abogado y llevar adelante su propia defensa. Y empezó a dar una batalla que le dio resultados. En noviembre de 2023, la Corte Interamericana de Derechos Humanos declaró al país responsable de las violaciones de distintos derechos en perjuicio del “Concheto” Álvarez, durante el proceso penal al que fue sometido en 1999 por el Tribunal Oral de Menores (TOM) 1 de la Capital Federal. Concluyó que, a raíz de diversas conductas desplegadas por ese Tribunal, “Argentina es responsable por la violación de los artículos 8.1 (garantías judiciales), 8.2 (presunción de inocencia), 8.2.c (derecho del inculpado al tiempo y los medios adecuados para la preparación de su defensa), 8.2.d (derecho del inculpado a designar abogado defensor de su confianza), 8.2.e (derecho a la defensa técnica eficaz), 8.d.f (derecho de la defensa a interrogar a los testigos presentes en el tribunal) y 25.1 (protección judicial) de la Convención Americana sobre Derechos Humanos”. Además declaró “la responsabilidad del Estado por la violación del artículo 8.2.h (derecho a recurrir el fallo ante juez o tribunal superior) de la Convención Americana, en relación con los artículos 1.1 y 2 (obligación de adoptar disposiciones de derecho interno) del mismo instrumento”, según el organismo en un comunicado difundido en ese momento. Los peritos dijeron definieron su perfil como de “un narcisista, un psicópata perverso” El fallo no solo ordenó que el Estado argentino realice una “revisión amplia de la sentencia dictada en su contra y de la condena impuesta, en coherencia con la garantía del derecho a recurrir el fallo ante juez o tribunal superior”. También dictó que se pague “las cantidades fijadas en la sentencia por concepto de indemnizaciones por daños materiales e inmateriales”. Por eso, el Gobierno nacional deberá abonar una indemnización al múltiple homicida Guillermo Antonio “Concheto” Álvarez. Así lo estableció el Decreto 577/2025, publicado este miércoles en el Boletín Oficial, en cumplimiento de dicha sentencia dispuesta por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). El Estado reconoce así la obligación de pagarle once mil dólares estadounidenses (USD 11.000) a Álvarez por concepto de daños material e inmaterial, tal como ordenó el tribunal internacional. La decisión surgió tras el fallo emitido por la CIDH el 24 de marzo de 2023 en el caso “Álvarez vs. Argentina”, que ordenó al Estado nacional indemnizar al condenado por múltiples homicidios. Según el decreto presidencial, el monto dispuesto incluye 1.000 dólares por daño material y 10.000 dólares por daño inmaterial, sumas “fijadas en equidad”, en favor del reclamante. El texto detalla que la medida cuenta con la intervención del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, el Ministerio de Economía y el Ministerio de Justicia, que actuaron dentro de sus respectivas competencias. El fallo bajo el expediente “Álvarez vs. Argentina” fue registrado formalmente en el país con la publicación del decreto firmado por el presidente Javier Milei, el Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, el ministro de Economía, Luis Caputo y el embajador Gerardo Werthein. El gasto requerido para cumplir esta medida será imputado a la Jurisdicción 91 - Obligaciones a cargo del Tesoro, según indica la normativa oficial. Un nuevo botín para “El Concheto” Álvarez, quizás hoy, a sus 47 años, el de mayor estímulo, goce o excitación en el desafío constante que propone su vida delincuencial.
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