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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 14/08/2025 02:46
La experiencia de acoso se asocia a mayor riesgo de infarto en mujeres, según un estudio publicado en Circulation (Imagen Ilustrativa Infobae) El impacto del estrés postraumático derivado de experiencias de violencia se manifiesta en la salud cardiovascular de las mujeres, según una investigación publicada en la revista Circulation. El estudio, desarrollado a lo largo de dos décadas, revela que quienes atravesaron episodios de acoso o requirieron una orden de alejamiento tienen un mayor riesgo de sufrir infartos y accidentes cerebrovasculares frente a quienes no vivieron estas situaciones. Estrés postraumático, un mecanismo subestimado para el riesgo cardiovascular La angustia generada por el acoso deja huellas en la salud cardiovascular femenina, advierten especialistas (AP) El estrés postraumático tras episodios de violencia o amenaza permanece activo a través de síntomas como angustia psicológica, hipervigilancia y trastornos del sueño, según estos expertos. Este estado de activación prolongada altera el sistema nervioso y el correcto funcionamiento de los vasos sanguíneos. El estudio apunta que “la sensación de inseguridad puede afectar tanto al cuerpo como a la mente”, en palabras de Harmony R. Reynolds, profesora de cardiología en la Universidad de Nueva York. La investigación publicada coincide con evidencias previas sobre el vínculo entre experiencias de estrés vital extremo y deterioro de la salud cardiovascular, y resalta el efecto duradero que puede tener la violencia ejercida sobre las mujeres, ya sea directa o indirectamente. El acoso como origen de ansiedad persistente Las investigadoras recomiendan que el historial de violencia forme parte de la evaluación médica en mujeres (Freepik) El acoso figura entre las formas más frecuentes de violencia interpersonal. Según los datos nucleados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, una de cada tres mujeres experimentó acoso en algún momento de su vida. No todas las situaciones suponen contacto físico, pero sí generan una percepción de peligro constante y obligan a cambios drásticos, como mudanzas o restricciones en la vida cotidiana. En este sentido, la obtención de una orden de alejamiento representa una medida legal para los casos que se consideran de mayor gravedad. El estudio describe que casi el 12% de las participantes reportó acoso y el 6% recurrió a una orden de restricción a lo largo de su vida. Rebecca B. Lawn, investigadora principal de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, sostuvo: “El acoso suele considerarse una forma de violencia que no implica contacto físico, lo que puede restarle gravedad. Sin embargo, nuestros hallazgos sugieren que no debe minimizarse”. Lawn insistió en que resulta fundamental mirar más allá de los factores de riesgo convencionales y considerar el historial de experiencias violentas como variable clave en la atención cardiovascular. Principales hallazgos y datos numéricos El estudio señala que la violencia interpersonal no debe minimizarse al evaluar riesgos cardiacos en mujeres (Imagen Ilustrativa Infobae) La investigación incluyó a 66.270 mujeres de entre 36 y 56 años, integrantes del Nurses’ Health Study II, y analizó su salud entre 2001 y 2021. Ninguna participante había sufrido enfermedad cardiovascular al inicio del estudio. Los resultados informan que el 3% de las mujeres desarrolló enfermedad cardíaca o accidente cerebrovascular en esas dos décadas. Quienes informaron acoso exhibieron un 41% más de riesgo de presentar enfermedad cardiovascular, mientras que quienes solicitaron una orden de alejamiento enfrentaron un 70% más de probabilidades de padecer este tipo de afecciones. Las asociaciones entre acoso, órdenes de alejamiento y patologías cardíacas se mantuvieron firmes tras ajustar factores como hábitos de vida, medicamentos, maltrato infantil y síntomas depresivos autodeclarados. Apoyo social, contexto y limitaciones El apoyo social es clave para mitigar los efectos físicos y mentales del estrés derivado del acoso (Imagen Ilustrativa Infobae) El respaldo social emerge como un elemento que puede reducir el daño físico y mental producido por el estrés postraumático. “Es útil contar con personas de confianza con quienes hablar, ya sean familiares, amigos o profesionales”, explicó Reynolds para Circulation. El entorno social y la posibilidad de acceso a recursos se vuelven determinantes para la salud futura de las mujeres afectadas. El estudio aclara que la muestra se compuso mayoritariamente de mujeres blancas no hispanas, y los datos sobre acoso y salud se recogieron a través de autoinformes. Esta característica dificulta extrapolar los resultados a todas las poblaciones, aunque las autoras recalcan que “los antecedentes de violencia, incluido el acoso, son más comunes entre las mujeres de minorías raciales o étnicas y las de bajos ingresos”, según datos previos. Implicancias en salud y próximos pasos Alrededor del 3% de las mujeres estudiadas desarrolló enfermedad cardíaca o accidente cerebrovascular durante el seguimiento (Imagen Ilustrativa Infobae) Los hallazgos invitan a profesionales y autoridades sanitarias a incorporar la historia de acoso y síntomas de estrés postraumático en las evaluaciones de riesgo cardiovascular, así como a visibilizar la necesidad de mayor capacitación para el personal médico. “También necesitamos aumentar la conciencia sobre los posibles daños a la salud que puede causar la violencia y brindar ayuda y recursos a las mujeres”, indicó Lawn. La investigación finaliza al subrayar que el abordaje de la salud cardiovascular femenina requiere considerar la violencia interpersonal y el estrés como variables centrales, junto con los factores de riesgo tradicionales.
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