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» Elterritorio
Fecha: 13/08/2025 19:26
Evelyn (13) y Mariano Ferreyra (21) fueron sepultados uno al lado del otro, despedidos por sus tíos, abuelos y compañeros de escuela. Flores, retratos, abrazos y dudas colmaron el ambiente de luto en La Piedad. Paola Vieira (45), madre de éstos y sobreviviente de la masacre en el barrio San Lorenzo, despertó con la trágica noticia, y por una descompensación pasó a terapia intensiva. miércoles 13 de agosto de 2025 | 12:11hs. Foto: Marcos Isaac. Un sol cálido acompañó entre tanto pesar a los familiares, amigos y vecinos de la familia masacrada en el barrio San Lorenzo, que este miércoles finalmente fueron despedidos, en un ambiente donde coincidieron abrazos, rezos, sollozos y flores. Quienes estimaban a Evelyn (13), Mariano (21) y José Ferreyra (47) acompañaron y lloraron sus restos una última vez, en un salón velatorio sobre avenida Lavalle. Mientras tanto, la conmoción y la falta de respuestas se perciben por igual entre los presentes. “Es indescriptible lo que pasó, fue algo inusitado”, atinó a decir Pablo, amigo de la familia Ferreyra, a El Territorio. Para muchos, los detalles del macabro hecho parecieran ser sacados de una película: Evelyn y Mariano fueron víctimas de homicidio, se presume, en manos de su propio padre, quien después de lo sucedido decidió quitarse la vida. Entre el estupor, familiares confiaron a este medio que es difícil encontrar palabras: “Estamos muy mal, apenas podemos hablar”, compartió Florencio Vieira, abuelo de los hermanos fallecidos. Los restos de Evelyn, Mariano y José fueron acompañados por una multitudinaria procesión, silenciosa pero que acaparó todo el tránsito de la avenida Almirante Brown hasta llegar al cementerio La Piedad. Los hermanos -que habrían sido atacados entre la tarde y noche del domingo 10 de agosto- fueron sepultados uno al lado del otro, con ofrendas florales y retratos que inmortalizan sus rostros y quiénes fueron. La adolescente cursaba el primer año del nivel secundario en el Instituto Universo, mientras que el mayor realizaba terapias en un centro de atención en Posadas, ya que tenía una discapacidad motriz severa. La escena es por demás fatídica, y es que ese lunes por la mañana -una vez arribada la Policía en la vivienda que compartían sobre calle Cedros- la noticia de que hubo un homicidio no tardó en llegar y allegados a los hermanos comenzaron a preguntar. Hoy, acompañados de sus padres, los amigos de “Marianito” y Evelyn los despidieron con profundo dolor. Mientras que también pensaron y recordaron a Paola Vieira, madre de los chicos quien actualmente permanece internada en terapia intensiva, todavía en shock por lo ocurrido. Dolor de madre Florencio Vieira, abuelo de las víctimas, comentó con voz quebrada que “todavía seguimos mal, no sabemos qué decir”. Para él, los motivos detrás de lo ocurrido estarían en la negativa de parte de Ferreyra de separarse e irse de la casa: “Ella se quería separar y él no, y bueno. Para mí es por eso que hizo esto”, resumió. Al mismo tiempo, confirmó que su hija Paola -embarazada de 12 semanas- ya había iniciado los trámites de divorcio. Contó a El Territorio que “Paola está despierta, despertó el martes a la noche y hablamos un poco. Se enteró de esto y está muy mal, muy en shock, por eso se descompensó hoy”. “Es indescriptible” Pablo y Susana son un matrimonio amigo de la familia Ferreyra, y aunque conocían poco al capataz de construcción -que se investiga decidió matar a sus hijos, atacar a la madre de éstos y a su cuñado, para después quitarse la vida- el dolor pesa por igual y la necesidad de acompañar durante la inhumación los movilizó esta mañana. “No podemos juzgar qué pasó ese día, no sabemos ni por qué lo hizo, es algo sobre lo que no tenemos respuestas”, pudo decir Susana a este medio. Pablo seguía igual de conmocionado: “Es indescriptible lo que pasó. Es algo inusitado”. Reconoció que, apenas enterado de lo ocurrido, prefirió no ir hasta el lugar del crimen. “Quise esperar a los peritos, a ver qué decían. Y hoy decidimos estar acá y acompañar a los hermanos de Ferreyra”. La pareja coincidió en que no hay motivos claros que expliquen o justifiquen el por qué de macabro hecho: la Justicia investiga que los chicos fueron ultimados con un machete, ambos en la zona del cuello. La más chica falleció consecuencia de gran pérdida de sangre, y el mayor por la profundidad de la lesión que casi le llega a la columna. “Él amaba a su familia, a sus hijos, vivía por ellos, realmente no entendemos ni vamos a saber qué fue lo que pasó”, consideró consternada la mujer. “Sólo esperamos que ella (Paola) esté bien. Ahora queda acompañar a la familia como se pueda”, concluyó Pablo.
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