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» Clarin
Fecha: 13/08/2025 08:40
En Villa Santa Rita se hicieron un nombre a pura carne y brasas, y hace un mes, A Raja Cincha desembarcó en Caballito, en la zona donde aún perduran casas bajas y alma de barrio, con una fórmula que no falla: porciones gigantes para compartir, precios amigos y ese aroma a asado que se adueña del olfato y no suelta. La carta tiene varios pesos pesados, pero hay cuatro que son palabra santa y funcionan como anzuelo para llenar las mesas: las ribs para compartir, bañadas en salsa y con carne que se despega sola del hueso; el bife de la casa, jugoso y generoso; el vacío al asador, con ese ahumado irresistible; y un brisquet que se deshace con solo mirarlo. La idea es simple: que nadie se vaya con hambre ni con la billetera vacía. En esa esquina todo se sirve para ser disfrutado entre varios, como en las clásicas juntadas de domingo, pero sin que nadie se tenga que preocupar por prender el fuego. Qué comer en A Raja Cincha El nuevo local de A Raja Cincha se encuentra en la esquina de Fragata Sarmiento y Arengreen, en un sector de Caballito que mantiene su aire residencial, aunque en esa esquina el ritmo se acelera gracias al movimiento constante. “Elegimos Caballito porque uno de nuestros amigos, que ahora es socio, encontró el local y nos quemó la cabeza para abrirlo ahí. No era nuestra idea abrir un nuevo local”, cuenta Pablo Simondegui, uno de los socios. La zona, cerca de Plaza Irlanda y de la cancha de Ferro, les gustó por su similitud con el local original de Villa Santa Rita, también en esquina y con una clientela de barrio. “Recién el primero de abril tuvimos las llaves, estuvimos en obra hasta el 7 de julio, que ahí fue la inauguración”, detalla Pablo, recordando los tres meses de trabajo para poner todo a punto. La esquina de A Raja Cincha en Caballito. Esta nueva etapa sumó cuatro socios más, llegando a seis en total, aunque las “cabezas” operativas siguen siendo Hernán, el socio principal, y Gonzalo Belgrano, que se involucra de lleno gracias a su experiencia como comerciante. En esta sucursal, la fórmula que los hizo famosos sigue intacta: porciones “a rajacincha”, como dice Pablo, es decir, abundantes y generosas, a un “precio normal” o “económico”, con la meta de que “la gente se vaya satisfecha”. Una filosofía que sostienen desde hace casi dos décadas y que en Caballito ya empieza a conquistar mesas. El bife de la casa. Foto: Guillermo Rodríguez Adami. La clave para sostener este concepto es no negociar la calidad. La mozzarella es Barraza, las provoletas son Nonna Pía, la carne viene de los mejores proveedores y tanto la barbacoa como los rellenos de empanadas se hacen en la casa. “Podemos perder cualquier cosa, pero no vamos a perder la calidad”, asegura. Y si algo sobra, no hay problema: “todo el mundo se suele llevar la comida envuelta a la casa” gracias a las porciones generosas. Esta fórmula de abundancia a buen precio hace que, a pesar de ser muy nueva ya se llene por las noches y los fines de semana. Es normal pasar por la esquina y ver la vereda abarrotada de personas ansiosas por lograr sentarse a comer. El combo de ribs con papas de la casa es uno de los más populares. Foto: Guillermo Rodríguez Adami. Entrando en detalle, la carta combina lo mejor de la parrilla argentina con guiños a la cocina americana. En el podio de los más pedidos están las ribs de cerdo con barbacoa y el famoso Combo Merakio en honor al actor y youtuber argentino, con papas de la casa bañadas en salsa cuatro quesos, panceta y verdeo ($ 35.000 para compartir). El bife mariposa de 600 gramos con panceta y papas rejilla ($ 35.800), y el brisket ahumado durante ocho horas ($ 39.000 para dos personas). Es una porción de tapa de asado de 600 gramos cocida a la leña, con un toque de barbacoa y papas fritas. La carne adquiere el sabor de la leña y es deliciosa, no hace falta cortarla, se deshace con el tenedor. Entre los clásicos, la empanada de osobuco al Malbec es un “boom” ($ 3.500) y el pastel de papa de osobuco ($ 14.500). La provoleta con salchicha parrillera y huevo frito. Foto: Guillermo Rodríguez Adami. Los cortes clásicos de parrilla están a la par de los cortes estrella, también son muy populares. El asado, por ejemplo, es banderita ($ 26.000 para compartir) y el vacío se prepara al asador cocido a la leña ($ 29.900). Las provoletas tienen su propio capítulo: la de la casa con salchicha parrillera y huevo frito es “una bomba” ($ 13.500); la 1980, con rúcula y panceta, rinde homenaje a las antiguas pizzerías de los dueños ($ 11.500); y la de pulled pork combina queso fundido con cerdo ahumado y barbacoa ($ 12.500). También hay milanesas, minutas, rabas frescas y pastas. Al mediodía, cuatro o cinco menús del día ofrecen una opción “muy económica” por 15.000 pesos, con bebida, postre y café incluidos. El vacío al asador de A Raja Cincha. El cierre dulce es de los que no se negocian. El flan de la casa, mixto y gigante, parece pensado para tres o cuatro ($ 16.500). Y la banana de la casa ($ 6.500) —caramelizada al horno, con dulce de leche y crema— es como un banana split de barrio: sin glamour internacional, pero con la potencia necesaria para dejarte en estado de siesta obligatoria.
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