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Parana » Informe Digital
Fecha: 12/08/2025 09:52
La licitación de bonos anunciada por el Tesoro para mañana se ha convertido en una operación de gran relevancia para el desarrollo del plan financiero y cambiario. No solo por el monto que se busca refinanciar, cercano a 15 billones de pesos, sino también porque los inversores están ansiosos por observar qué señal de tasas ofrecerá el equipo económico tras el notable aumento de las últimas semanas. Se anticipa que los inversores no refinanciarán la licitación en su totalidad, dado que bancos y empresas presentan una necesidad apremiante de pesos. Además, el Tesoro ha limitado las Lecap a tasa fija que se podrán suscribir antes de las elecciones legislativas. El máximo a renovar será de 7 billones de pesos, con vencimiento en septiembre. De este modo, se busca evitar una concentración excesiva de pagos a pocas semanas de los comicios legislativos, programados para el 26 de octubre. Se espera que para estos plazos más breves se mantengan las actuales tasas de mercado, en torno al 45% anual. La incógnita radica en si habrá espacio para reducir, aunque sea mínimamente, los rendimientos en pesos para los plazos más largos, dado que el impacto en las cuentas públicas es significativamente mayor. Entre los bonos elegibles, se encuentra un BONCER a corto plazo (que vence el 31 de octubre) que también podría captar una demanda considerable. En contraste, los bonos dólar linked probablemente recibirán menos suscripciones, ya que no se prevé un fuerte aumento del tipo de cambio oficial. A última hora, se sumaron varios bonos ajustados por tasa TAMAR (plazo fijo de más de $ 1.000 millones) con vencimientos escalonados hasta febrero de 2026. Sin embargo, la posible inyección de pesos que resulte de la licitación debería ser limitada para prevenir que ese dinero se destine al dólar. Precisamente en las últimas semanas, el Gobierno promovió un notable incremento de los rendimientos en pesos para evitar un mayor salto cambiario. Desde la última semana, este objetivo se ha logrado, y el tipo de cambio ha retrocedido de $ 1.380 a $ 1.335. No obstante, el costo de conseguirlo ha sido un fuerte aumento de las tasas, lo que afecta a todo el ecosistema: el Gobierno debe pagar más en intereses, las empresas enfrentan costos más altos al buscar capital de trabajo, y para las familias esto significa un aumento en el costo de endeudarse, como en el caso de un préstamo personal o un crédito hipotecario. Los límites para bajar las tasas El margen para reducir tasas es limitado, especialmente porque se prevé un aumento en la demanda de dólares en las semanas previas a las elecciones bonaerenses. Para los inversores, estas elecciones, que se llevarán a cabo el 7 de septiembre, son cruciales, ya que medirán la fortaleza de la alianza La Libertad Avanza-PRO en un territorio donde el kirchnerismo tiene mayor influencia. El Gobierno se juega mucho en busca de una victoria en este distrito, lo que podría aliviar las tensiones entre inversores. No son pocos quienes opinan que la presión cambiaria y el aumento de las tasas de interés están relacionados con el nerviosismo que precede a estos comicios, adelantados casi un mes y medio respecto a la contienda esperada en las elecciones legislativas a finales de octubre. Quedan menos de cuatro semanas, y lo que ocurra el primero de septiembre es fundamental. En esa fecha coinciden los pagos de sueldos con la proximidad de la elección bonaerense, por lo que es muy probable que surjan nuevas tensiones sobre el tipo de cambio. En este contexto, cualquier reducción de tasas deberá hacerse con cautela para evitar un impacto inmediato en el dólar.
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