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  • El acercamiento del sudeste asiático al BRICS

    » Clarin

    Fecha: 12/08/2025 08:35

    El sudeste asiático es una de las regiones más dinámicas del mundo en cuanto a desarrollo económico, con países como Indonesia, Vietnam y Malasia teniendo crecimientos anuales del PBI de 5% a 6% durante los últimos 15 años. Además de ser un escenario crucial en la disputa geopolítica y geoeconómica entre EE.UU. y China. En este contexto, se viene notando un acercamiento de estos países al BRICS. Esto debe ser comprendido por Argentina, por razones tanto económicas como de política exterior. Estos tres países están entre los 10 destinos más importantes para nuestras exportaciones, y entre los 8 más importantes en cuanto a superávit comercial. Del punto de vista de la política exterior estos países, con un pasado colonial relativamente reciente y aún fresco en la memoria de sus élites políticas, dan gran importancia a mantenerse libres e independientes. Así, Indonesia exhibe una política exterior “libre y activa”, mientras Malasia pone en práctica una política exterior independiente y equidistante de las grandes potencias. Y Vietnam, por su parte, implementa la “diplomacia del bambú”, que puede “doblarse pero no quebrarse” ante las grandes potencias. Por otro lado, son países que buscan diversificar sus relaciones para preservar o expandir sus grados de autonomía relativa, y evitar así ceder ante la diplomacia coercitiva de las grandes potencias: EE.UU. y China. Para esto, Indonesia procura mantener una equidistancia pragmática entre estas dos potencias, y diversificar activamente sus relaciones con países como India, Japón, Brasil, Reino Unido, Turquía, UAE, Egipto, ASEAN y ahora con la UE. Vietnam busca no depender de EE.UU., China y Rusia, diversificando sus relaciones con países como Japón, Corea, los del ASEAN y Europa. Malasia sigue una estrategia similar y pragmática de diversificación, también sumado a una equidistancia entre Washington y Beijing. Los tres países intentan así limitar el poder de las grandes potencias en sus relaciones bilaterales, poder que Raymond Aron definió como “la capacidad de una unidad política de imponer su voluntad sobre otras unidades”. La diversificación de sus relaciones internacionales, parece ser el motivo de estos tres países para querer acceder al BRICS. Así, Indonesia es miembro desde enero del 2025, y Malasia y Vietnam han sido admitidos como socios, un primer paso hacia convertirse en miembros. El BRICS, que manifiesta una continua insatisfacción con el orden global liderado por EE.UU., es comúnmente definido como representante del “Sur Global”. Pero en realidad, según el analista Sarang Shidore, el BRICS es una coalición entre el “Este Global” (China y Rusia) y el “Sur Global”. En este contexto, el ingreso al BRICS les permitiría acercarse más a países como India, Brasil, la UAE y otros del “Sur Global”. En un mundo que tiende a ser multipolar, el razonamiento parece ser la diversificación y no uno de pertenencia a un bloque determinado. Del punto de vista de la política internacional, algunos observadores creen que esta expansión de BRICS puede diluir el poder de China y Rusia dado el mecanismo de consenso en la toma de decisiones. Sin embargo, otros ven en estas incorporaciones un fortalecimiento internacional de China. En realidad el ingreso de estas tres naciones al BRICS puede verse como una continuación de la estrategia del llamado “hedging”, común a los tres países. Esta consiste en no depender de ninguna potencia exterior —en particular China o EE.UU.—, mientras se busca mantener vínculos positivos con el mayor número de países posible. Buscan así cubrir sus apuestas (realizar el “hedge”) ante potenciales amenazas, y futuros cambios políticos. Así, si las potencias buscan la hegemonía, para Shidore, estos países prefieren la “hedge-monía”. Esto se evidencia al ver que al mismo tiempo Indonesia ya negocia su ingreso al la OCDE —club de los países desarrollados—, Vietnam quiere iniciar el proceso de admisión, y Malasia ya está en conversaciones preliminares. Este proceso de acceso al BRICS está ocurriendo en paralelo a la imposición de las nuevas y “negociadas” tarifas arancelarias impuestas por el gobierno Trump, justamente el tipo de coerción bilateral que estos países buscan evitar. Las tarifas eran inicialmente de 32% para Indonesia y fueron bajadas a 19%. En el caso de Vietnam, la inicial era de 46% y fue reducida a 20%. Para Malasia se impuso una tarifa de 19%. En las negociaciones se incluyeron concesiones a EE.UU. como el 0% de tarifas a productos norteamericanos importados, ventas de aviones y energía norteamericanas, permitir mayores niveles participación accionaria en empresas de energía y financieras, y hasta la reducción de subsidios a pescadores locales. En la opinión de Anwar Ibrahim, primer ministro de Malasia: “esto no es una tormenta pasajera”. Sin embargo, los tres países del sudeste asiático no pueden ignorar que mantienen intereses comunes en el campo militar con los EE.UU., que impactan sus relaciones bilaterales. Estos son evitar la hegemonía militar china en la región, y mantener la libre navegación en el Indo-Pacífico.

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