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  • La reducción de las retenciones potencia la renta agrícola, aunque la presión impositiva sigue siendo abrumadora

    Parana » Informe Digital

    Fecha: 11/08/2025 18:37

    CÓRDOBA.- La reducción permanente de las alícuotas de retención para diversos productos del campo “mejora la rentabilidad agrícola, pero no revierte la elevada presión tributaria”, indica el último informe del Ieral, de la Fundación Mediterránea. Se destaca que la presión tributaria total varía entre el 53% y el 112% de la renta, dependiendo de la zona de producción, lo que resulta en márgenes netos que oscilan entre US$31,6 y US$60,5 por hectárea, según la ubicación y la tenencia. El análisis del economista Franco Artusso considera casos representativos para ilustrar la heterogeneidad del sector, enfocándose en la zona núcleo (sudeste de Córdoba, sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires) y la extrapampeana (norte de Córdoba, Santiago del Estero y otras áreas del centro-norte del país), así como en la modalidad de campo propio y arrendado. En todos los casos, se asume una escala de 500 hectáreas con una rotación de cultivos del 50% soja y 50% maíz. Se plantea que el 90% de la soja producida en cada establecimiento se exporta, mientras que este porcentaje es del 70% para el maíz. Según esa simulación, para los productores propietarios, el margen neto (ingresos menos costos e impuestos) mejora en US$60,5 por hectárea en la zona núcleo y en US$47,5 por hectárea en la zona extrapampeana. Para los arrendatarios, la mejora es de US$31,6 por hectárea en la primera y de US$40,3 en la segunda, aunque en este último caso la recomposición solo resultaría en una reducción de pérdidas (de US$68 negativos a US$28 negativos, siempre por hectárea). Para productores propietarios, la mejora en el margen neto (ingresos menos costos e impuestos) es de US$60,5 por hectárea en la zona núcleo y de US$47,5 por hectárea en la zona extrapampeana La recaudación por retenciones disminuye un 22% en comparación con el escenario sin desgravación de la alícuota, pero la recaudación tributaria total (entre la Nación y las provincias) se reduce proporcionalmente menos, entre un 9% y un 15% debido a un incremento en la recaudación de Ganancias y, en menor medida, de otros tributos como Ingresos Brutos y cheque. En este contexto, las provincias captarían entre US$6,2 y US$14,6 adicionales por hectárea (un incremento del 12% al 21% según la zona), mientras que la Nación perdería entre US$37 y US$60,7 por hectárea (una merma del 15% al 18%). Este análisis excluye el caso del productor arrendatario de la zona extrapampeana, dado que los números no resultarían viables para la producción. La carga tributaria total (porcentaje de la renta generada que el productor no puede apropiar debido a los impuestos) disminuyó entre 6 y 14 puntos porcentuales tras la reducción de las retenciones. No obstante, “seguirá siendo muy elevada, entre el 53% y el 70% para propietarios y arrendatarios de la zona núcleo, y entre el 68% y el 112% en la zona extrapampeana. En todos los casos, supera el 50%, lo que implica que, en dólares por hectárea, el productor continuará perdiendo más en impuestos de lo que logra conservar como ingreso neto”, advierte Artusso. Para los arrendatarios, la mejora es de US$31,6 por hectárea en la zona núcleo y de US$40,3 en la extrapampeana, respectivamente, aunque en este último caso la recomposición solo serviría para reducir pérdidas (de US$68 negativos a US$28 negativos, siempre por hectárea) El economista aclara que, aunque la simulación simplifica una realidad diversa incluso dentro de una misma zona (al asumir ciertos niveles de eficiencia, esquemas de rotación, etc.), el resultado de una carga tributaria superior al 100% para arrendatarios en la zona extrapampeana refleja una preocupación recurrente en el sector: “Los impuestos convierten en inviable la actividad en zonas marginales, con menor productividad y mayor distancia a los puertos, especialmente si se debe pagar alquiler. Sin embargo, si el proceso de desgravación de las retenciones continúa, muchas de estas tierras podrían volverse rentables y reactivar la expansión de la frontera agrícola”. Ante el escenario descrito, los márgenes agrícolas proyectados para la campaña 2025/26 se estiman en US$467 por hectárea para productores propietarios en la zona núcleo y en US$170 por hectárea para arrendatarios en esa misma región. En tanto, son de US$149 por hectárea para dueños y de US$28 por hectárea para arrendatarios extrapampeanos. En comparación con las últimas ocho campañas -y asumiendo rendimientos teóricos constantes- los márgenes estimados resultan ser inferiores en US$103, US$54, US$49 y US$23 por hectárea, respectivamente. El supuesto de rendimientos constantes busca aislar el impacto de factores climáticos o sanitarios sobre la rentabilidad —como la sequía de 2023 o la “chicharrita” en 2024—, de modo que las comparaciones reflejen únicamente cambios en precios, costos e impuestos. Así, los valores estimados no representan la rentabilidad efectiva de los productores. Las principales diferencias entre zonas se deben a la productividad del suelo (rendimientos), las distancias a puerto (costos de transporte) y los requerimientos específicos de insumos y labores según la ubicación (costos directos).

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