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» La Capital
Fecha: 11/08/2025 16:00
Hay cada vez más opciones en el mercado. Un profesional de la nutrición analiza por qué es habitual la toma de multivitamínicos y qué implica la suplementación En los últimos años, el uso de suplementos nutricionales ganó gran popularidad, al punto que actualmente son un boom. No solo entre los deportistas o personas con condiciones médicas específicas sino también entre la población general. Productos con mezclas de numerosos ingredientes prometen cubrir las necesidades diarias e incluso mejorar el bienestar físico, mental y estético. Frente a esta tendencia, cabe preguntarse: ¿Quién debe decidir su consumo? ¿Pueden reemplazar a una alimentación equilibrada? ¿Es necesario tomarlos? ¿Cuáles son los nutrientes necesarios en cada etapa de la vida? "En condiciones normales, una persona sana que lleva una alimentación variada y balanceada no necesita suplementos. Sin embargo, en la práctica clínica cotidiana , es frecuente observar déficits nutricionales vinculados a estilos de vida acelerados, dietas restrictivas, patologías específicas o etapas de la vida con requerimientos aumentados. En esos casos, los suplementos pueden ser útiles, pero siempre deben formar parte de un abordaje individualizado y supervisado" , analizó el licenciado en Nutrición y profesor universitario Santiago Ricci quien se refirió al consumo cada vez más masivo de suplementos, la necesidad de que sean supervisados por un profesional, los beneficios y también algunos riesgos cuando el uso no es el adecuado. La evaluación corre por cuenta de un profesional de la salud, como un licenciado o licenciada en Nutrición, quien a través de la anamnesis (historia clínica), la evaluación clínica y los estudios bioquímicos puede determinar si existe alguna deficiencia específica o un riesgo aumentado. Autoprescribirse suplementos sin conocer el estado nutricional puede ser innecesario o incluso contraproducente. >>Leer más: Magnesio: una experta aclara para qué sirve y cómo tomar este particular mineral ¿Qué pasa con los suplementos que tienen muchos nutrientes distintos? La tendencia de "todo en uno" responde a una lógica de consumo práctico pero desde la nutrición clínica preferimos ajustar el tipo, dosis y duración del suplemento según la necesidad puntual de cada persona. ¿Y entonces, por qué se recurre cada vez más a los suplementos? Eso antes no ocurría... Lejos de emitir una crítica, la creciente aceptación puede entenderse como el reflejo de un contexto social que no siempre favorece los tratamientos nutricionales que se sostienen en el tiempo. Vivimos con ritmos acelerados, múltiples demandas y un acceso desigual a la alimentación saludable. Las personas, aun teniendo conciencia sobre su salud, no siempre tienen el tiempo, los recursos o el acompañamiento profesional para sostener una intervención nutricional basada en la educación alimentaria, la planificación y el cambio de hábitos. En ese escenario, los suplementos aparecen como una solución rápida y accesible: un sobre diario que promete cubrir necesidades complejas en segundos. Esta lógica de "optimización del bienestar" también responde al auge del autocuidado, la biotecnología y el marketing del bienestar. No necesariamente es algo negativo, pero sí requiere una mirada desde la salud pública y la práctica profesional. citrato de magnesio mineral Es indudable que la industria de los suplementos nutricionales ha crecido muchísimo... Exacto. Existen productos que combinan múltiples vitaminas, minerales, extractos, proteínas, probióticos y prebióticos en una sola dosis diaria que se instalan con fuerza en el mercado y ganan la atención de una población cada vez más interesada en “sentirse bien” y “prevenir” enfermedades. Uno de los puntos que merecen especial atención es la composición probiótica de estos productos. Sabemos que los probióticos —microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren beneficios a la salud del huésped— tienen efectos comprobados sobre la microbiota intestinal, el sistema inmunológico, la absorción de nutrientes y hasta el estado de ánimo. Sin embargo, no todos los probióticos son iguales. Las cepas específicas tienen acciones concretas y su eficacia depende del contexto clínico y del objetivo de uso. ¿En otoño e invierno necesitamos más vitaminas? ¿Se cubren con la alimentación? En épocas de frío es común que baje el consumo de frutas y verduras frescas, afectando el ingreso de vitamina C, D, zinc, entre otros. También hay menor exposición solar, lo cual repercute en los niveles de vitamina D. En esos casos, si bien se recomienda reforzar la alimentación con alimentos de temporada, puede ser necesario un suplemento, pero solo si el profesional lo considera necesario. ¿Qué nutrientes son clave según la etapa de la vida? En la infancia y adolescencia: calcio, hierro, vitamina D, yodo y zinc. En mujeres en edad fértil: hierro, ácido fólico y vitamina B12. En el embarazo y lactancia: ácido fólico, hierro, omega-3 y vitamina D. En mujeres postmenopáusicas y hombres mayores de 60 años: calcio, vitamina D, vitamina B12 y proteínas. Estas necesidades pueden ajustarse con la alimentación, pero si hay déficit, el suplemento cumple una función terapéutica específica. ¿Es un desafío para los profesionales el tema de la "moda" de la suplementación? Lo es. Podemos pensar que con el estilo de vida actual: tiempos acelerados, alimentación desorganizada, estrés crónico, dificultad para planificar comidas nutritivas y escasa adherencia a tratamientos nutricionales se crea un terreno fértil para que los suplementos aparezcan como soluciones rápidas, prácticas y accesibles. En este contexto, los suplementos no deberían ser demonizados, pero sí utilizados con criterio. Son herramientas que pueden ser beneficiosas, especialmente en poblaciones con requerimientos aumentados (niñez, embarazo, adultez mayor, enfermedades crónicas) o con déficits comprobados. Sin embargo, como dije, deben ser recomendados y evaluados por profesionales, priorizando siempre la alimentación como base de la salud.
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