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  • El último pedido de Anas Al-Sharif al mundo antes de ser asesinado: "No olviden a Gaza" - PLAZA DE MAYO

    CABA » Plazademayo

    Fecha: 11/08/2025 10:58

    El periodista palestino Anas Al-Sharif fue asesinado en un ataque aéreo israelí en Gaza. Antes de morir, dejó un conmovedor testamento que ya conmueve al mundo: “Si estas palabras llegan a ustedes, es porque Israel ha logrado matarme y silenciar mi voz”. “No olviden a Gaza… y no me olviden en sus oraciones”, escribió el periodista palestino Anas Al-Sharif en su último mensaje al mundo. Horas después, fue asesinado por una bomba lanzada por el ejército israelí sobre una tienda de campaña que utilizaban reporteros como centro de trabajo, cerca del hospital Al-Shifa. Tenía 28 años. Murió junto a su colega Mohammed Qreiqea y otros miembros del equipo de prensa, en un ataque que las autoridades israelíes no han negado y que múltiples organizaciones internacionales consideran un crimen de guerra. Conocido por su cobertura ininterrumpida desde el corazón de la Franja de Gaza durante más de 22 meses, Al-Sharif fue una de las voces más firmes en denunciar el genocidio contra el pueblo palestino. Desde los callejones del campamento de refugiados de Jabalia hasta los hospitales colapsados y los escombros de las ciudades arrasadas, su cámara, su voz y su compromiso nunca se silenciaron… hasta ahora. Un testamento desde la muerte La madrugada del 11 de agosto, tras confirmarse su asesinato, fue publicado en sus cuentas oficiales un mensaje póstumo que había dejado preparado ante la posibilidad —casi certeza— de que Israel atentara contra su vida. “Si estas palabras llegan hasta ustedes, sepan que Israel ha logrado matarme y silenciar mi voz”, comienza el mensaje, escrito con claridad, fe y valentía. En él, deja en manos del mundo no solo el dolor de su pueblo, sino también la responsabilidad moral de no olvidar, de no ser cómplices del silencio. A lo largo de su carta final, Al-Sharif expresa el dolor que lo atravesó como periodista, como hijo, como padre y como exiliado. “He vivido el dolor en todos sus detalles… nunca dudé en transmitir la verdad sin distorsión ni falsificación, para que Allah sea testigo contra quienes guardaron silencio.” Palestina como herencia En su mensaje, Anas deja testamento de algo mucho más grande que una historia personal: “Les encomiendo a Palestina, la joya de la corona del mundo musulmán, el latido del corazón de todo ser libre en este mundo.” Con sus palabras, se despide de su hija Sham y de su hijo Salah, a quienes apenas pudo ver crecer; de su madre, a quien agradece sus oraciones; y de su esposa, Bayan, que resistió con él a la distancia el horror de la guerra. “Se mantuvo firme como el tronco de un olivo que no se doblega”, escribe. Pero más allá de lo íntimo, el mensaje de Al-Sharif resuena como un grito colectivo: el de los miles de palestinos desplazados, masacrados, silenciados. “Sus cuerpos puros fueron aplastados bajo miles de toneladas de bombas y misiles israelíes, destrozados y esparcidos por los muros.” Periodismo bajo ataque La muerte de Al-Sharif se suma a la de 232 periodistas asesinados en Gaza desde el inicio de la ofensiva israelí en octubre de 2023, según datos de la ONU. Su asesinato marca una nueva etapa de represión sistemática contra la libertad de prensa, donde los chalecos con la palabra “PRESS” se han convertido en objetivos, no en protecciones. El Instituto Watson de la Universidad de Brown advierte que los reporteros locales son hoy los más expuestos en los conflictos armados. En Gaza, el 80% de los periodistas muertos tenía entre 21 y 40 años, y la mayoría ejercía sin garantías ni respaldo internacional. Un mensaje que no puede ser ignorado Anas Al-Sharif, periodista, padre, militante de la verdad, sabía que podía morir en cualquier momento. Por eso, dejó escrito su mensaje con la serenidad de quien ha cumplido con su deber: “Testifico ante Alá que estoy contento con Su decreto… cumplí mi promesa y nunca la traicioné.” Hoy su voz ya no está en Gaza, pero su mensaje sigue recorriendo el mundo. En una era de complicidades mediáticas y censura, su testamento es una denuncia y también una promesa: la de no dejar que el olvido sea la última bomba lanzada sobre su pueblo.

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