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  • Menem y su relación con el Ejército: un análisis de su influencia y legado en la política nacional

    Parana » Informe Digital

    Fecha: 10/08/2025 17:39

    La reciente serie televisiva sobre el expresidente Carlos Menem ha suscitado numerosos comentarios. Dejo a los críticos el análisis del espectáculo; no obstante, no puedo dejar de resaltar la solidez de los actores y de aquellos encargados de la investigación, el guion y la dirección de una serie que navega por una delicada línea de nuestra historia reciente, donde se amalgaman realidad, ficción, drama y comedia. La reflexión del director Ariel Winograd es interesante: “Siempre pensé esta serie como una historia sobre la ambición del poder. Hasta qué punto funciona el poder en la mente de las personas”. Me centraré en Menem, abordando algunos hechos que conozco y que han sido omitidos o distorsionados. Evitaré comentarios sobre su vida personal y sus aspectos políticos y económicos. Mi relación con él, en mi rol de jefe del Ejército (1992-1999), se desenvolvió en un marco de subordinación institucional, comprensión y respeto mutuo. Menem apoyó el proceso de modernización más relevante del Ejército desde el advenimiento de la democracia, que incluyó reestructuración, incorporación de armamento y equipamiento. Esto está documentado en la Memoria del Ejército Argentino 1992/1999 y fue resultado del ejemplar trabajo e iniciativa de generales, oficiales y suboficiales. En la serie no se menciona que entre el 2 y el 4 de diciembre de 1988 se dio el primer levantamiento del coronel Mohamed Alí Seineldín, conocido como “Virgen del Valle” (Villa Martelli). No hubo represión, lo que deterioró la imagen del presidente Raúl Alfonsín y culminó en un pacto con el jefe del Ejército, general Dante Caridi. Fue evidente el apoyo a los rebeldes por parte de sectores políticos, sindicales, empresariales, militares retirados y religiosos, mayormente peronistas. Seineldín fue detenido, asumió su responsabilidad y se puso a disposición del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas; tiempo después reconocería que “durante su detención en el Regimiento de Patricios, el presidente Menem lo consultó sobre importantes designaciones en el área de Defensa y sobre los indultos a militares y al jefe montonero Mario Firmenich… Y que una vez por semana almorzaba con el doctor César Arias, quien era su enlace con el presidente” (García, Prudencio, El drama de la autonomía militar). Menem asumió la presidencia el 8 de julio de 1989, y al día siguiente lo conocí personalmente. En octubre de ese mismo año, Seineldín (en situación de retiro obligatorio) fue indultado. Este levantamiento constituyó una fractura ética y delictiva de los valores militares, abriendo la puerta a un futuro levantamiento que se concretó al año siguiente. Considero que en la serie esto merecería, por lo menos, una pequeña mención. Durante 1990, la situación fue cambiando, y me parece que en el gobierno ya no veían en Seineldín un reaseguro para la democracia. A fines de octubre, él envió una carta al Presidente anunciando sus pasos futuros y su clara marginación de las leyes y reglamentos militares. El Ejército le impuso una sanción disciplinaria de 30 días de arresto a cumplir en San Martín de los Andes. Retomo el 3 de diciembre: durante la madrugada comenzó la última y definitiva chirinada militar, conocida como la Operación “Virgen de Luján”, que resultó en el asesinato en el Regimiento de Patricios del teniente coronel Hernán C. Pita y el mayor Federico A. Pedernera. Seineldín permaneció detenido en el sur. El Ejército informó telefónicamente sobre la situación a Menem, quien respondió: “Hagan lo que tienen que hacer. Tienen todo mi respaldo”. No dio ninguna orden. Ese fue el único contacto con el presidente. En la serie, la escena de un ataque a la Casa Rosada, así como la actitud ridícula y cobarde de Menem y de un supuesto general, es totalmente falsa. El levantamiento fue cruento, anárquicamente conducido, desviadamente ideologizado, y la disciplina se quebró por la intolerancia alimentada por la ambición de algunos que no vestían uniforme, pero nos hicieron vivir la última jornada de luctuosos desencuentros. Reitero que, en esta ocasión, el presidente Menem respaldó a los mandos leales y no admitió negociaciones marginales de sus asesores. Los focos a reprimir fueron siete: Concordia, Villaguay, Olavarría, Boulogne, El Palomar, Patricios y el Edificio Libertador. Las bajas: catorce muertos y más de cien heridos y mutilados. En quince horas se consiguió la rendición incondicional de todos. Seineldín cumplió una dura condena impuesta por la Justicia Militar y Civil; fue indultado por el presidente Eduardo Duhalde en 2003. Es interesante señalar algunos comentarios al respecto. Rodolfo Terragno expresó: “Este alzamiento muestra que cuando se indulta, se refuerza la imagen de impunidad” (Clarín, 5/12/90). Robert Potash afirmó: “Creo que Menem debe haber comprendido que su política de indultos no era lo correcto para resolver el problema del Ejército” (Revista Noticias, 6/12/90). Raúl Granillo Ocampo dijo: “Insistió en que la opinión de Menem era la del fusilamiento de los responsables…” (La Nación, 5/12/90). No puedo confirmar esto. La Comisión Episcopal Argentina declaró: “Otra vez hemos sido perturbados en el camino hacia una verdadera democracia, por una acción irresponsable y una invocación temeraria realizada para amparar acciones injustificables” (Página/12, 5/12/90). Carlos Menem sentenció: “Se acabaron los ‘carapintadas’. Se acabó esta payasada. Se acabó el ‘camello’. Esto fue un intento de golpe de Estado, una locura de individuos que se consideraron mesiánicos” (Crónica, 4/12/90). Prudencio García observó: “Justo es reconocer que en este caso la rebelión fue afrontada con saludable decisión por Menem, y reprimida militarmente por las fuerzas leales con una resolución y efectividad que se echó de menos en los alzamientos ocurridos durante el gobierno del doctor Alfonsín” (O.C., pág. 279). El 3 de diciembre de 1990 marcó un punto de inflexión en nuestra historia y representa la definitiva inserción del Ejército en la esencia de los valores republicanos. *Exjefe del Ejército argentino. Veterano de la Guerra de Malvinas. Exembajador en Colombia y Costa Rica.

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