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» tn24
Fecha: 10/08/2025 12:04
Abuelos, tíos y amigos de la familia muchas veces se convierten en parte fundamental de una trama afectiva que sostiene, estimula y cuida. El desarrollo del cerebro es el resultado de la interacción entre factores genéticos y ambientales. La primera infancia constituye un período crucial en este proceso, ya que durante esta etapa el cerebro es especialmente sensible a las influencias del entorno. Cuando se piensa en dicho entorno, muchas veces se piensa exclusivamente en el rol de las madres y padres. Sin embargo, cada vez está prestándose más atención al valor que las redes de cuidado pueden tener en el desarrollo de los niños. Abuelos, tíos, vecinos, docentes, amigos de la familia y adultos cercanos que acompañan en la vida cotidiana, muchas veces se convierten en parte fundamental de una trama afectiva que sostiene, estimula y cuida. Un estudio realizado en el Área Metropolitana de Buenos Aires mostró que el 70% de las parejas deja a sus niños al cuidado de un familiar, mientras que solo un 21% recurre a niñeras rentadas, algo que se da en el nivel socioeconómico más elevado y asciende al 29% entre las parejas más jóvenes. Este relevamiento, llevado adelante por la consultora Kantar en febrero de 2025, incluyó 300 casos de hombres y mujeres mayores de 21 años, padres, madres o cuidadores de niños de 0 a 6 años. Otros estudios recientes destacan, por ejemplo, que a nivel global, el cuidado infantil por parte de los abuelos es cada vez más común. Esta red parece ser particularmente significativa en países de ingresos bajos y medios. Algunos expertos proponen incluso entender la crianza como un proceso cooperativo que va más allá de la díada parental, integrando una red de apoyo extendida que incluye familiares, vecinos y maestros.
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