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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 10/08/2025 02:31
Cristina Kirchner, Mauricio Macri, Alberto Fernández y Javier Milei En el primer año y medio del gobierno de Javier Milei la “deuda estatal neta” del estado nacional cayó en USD 40.170 millones, producto de una caída de la deuda neta en pesos equivalente a 47.498 millones de dólares y un aumento de la deuda en dólares de USD 7.328 millones. A su vez, la evolución de esa cuenta del sector público, que consolida deudas del Tesoro y del Banco Central y tiene también en cuenta los activos de ambos –por eso es un concepto mucho más preciso y afinado que “deuda pública” o “deuda externa”–, no ha sido lineal bajo la gestión mileísta. La reducción del endeudamiento estatal neto ocurrió hasta fines de 2024 y se debió mayormente al “desarme” de los pasivos remunerados del Banco Central (BCRA), pero en 2025 la deuda estatal neta volvió a aumentar. Lo hizo en USD 5.500 millones en lo que va del año. Los datos, elaborados por Pablo Repetto, jefe de investigaciones de la consultora Aurum, que pueden parecer sorprendentes, resultan de la misma metodología que aplicaba la consultora de Gabriel Rubinstein, del ex viceministro de Economía durante la gestión de Sergio Massa al frente del Palacio de Hacienda, durante los últimos 16 meses del gobierno de Alberto Fernández. Esta contabilidad de los activos y pasivos del estado nacional es disonante con el discurso política habitual, pues abarca la deuda en divisas y en moneda local, tanto con organismos internacionales como con acreedores locales o externos, y tiene en cuenta también la evolución de los activos, en especial la variación de reservas del BCRA, conceptos que suelen ser olímpicamente ignorados por el relato kirchnerista sobre la deuda pública, en que la única deuda que parece contar es aquella en divisas y, en particular, con el FMI. Así puede verse que, de diciembre de 2011, inicio del segundo mandato de Cristina Kirchner a junio de este año, el gobierno que más aumentó la “deuda estatal neta” fue el de Alberto Fernández, seguido por el segundo de CFK y el de Mauricio Macri. La actual gestión es la única desde 2011 en que la “deuda estatal neta” registra una disminución en relación a su inicio. En dólares A su vez, como puede verse abajo abajo, el gobierno que más aumentó la deuda neta en dólares fue el de Macri, primero mediante colocaciones en los mercados internacionales y luego con el crédito que recibió en 2018 del FMI (cabe reconocer que el aumento de la deuda inicial en dólares fue en parte para regularizar el default ante holdouts de la segunda gestión de Cristina Kirchner, por el fallo “pari passu” del juez Thomas Griesa). A su vez, el gobierno de Alberto Fernández fue el que más aumentó la deuda en pesos, valuada en su equivalente en dólares, y lo hizo con particular intensidad durante la gestión ministerial de Martín Guzmán, cuyo relato encubría el vertiginoso aumento de la deuda en pesos, acompasado a una creciente inflación y una pelota de “pasivos remunerados” del BCRA, bajo denominaciones pomposas como “financiamiento neto positivo” y “desarrollo del mercado de crédito en pesos”. Acreedores de segunda El desdén por la deuda en pesos con acreedores locales y -en particular- con el sistema bancario, tiene como contrapartida la desvalorización de la moneda local, una suerte de default silencioso. Los gobiernos que la ignoran confiesan, implícitamente, que asumen a sus propios ciudadanos como acreedores de segunda clase. A nivel personal, es como si alguien considerara la deuda que tiene con los bancos e ignorara las ayudas o préstamos de padres, hermanos, suegros, amigos. Son deudas en principio más “manejables”, pero ignorarlas sugiere que, en rigor, no se piensan pagar. Es cierto, a su vez, que la deuda en divisas y con acreedores externos es más compleja de refinanciar y hace necesario reducir sustancialmente la prima de “riesgo-país” de la Argentina para que, a partir de fines de este año o principios de 2026, el gobierno pueda afrontar su calendario de vencimientos y empezar a reducir la deuda con el FMI. De hecho, después de haber recibido desembolsos del organismo por más de USD 14.000 millones desde abril, de acá a diciembre de 2027, fin del actual mandato presidencial, el saldo neto de desembolsos del FMI y pagos de capital e intereses al organismo será negativo para la Argentina en USD 7.200 millones, poniendo más presión sobre las cuentas públicas. Cómo es la medición “Desde hace varios años medimos el nivel de endeudamiento del gobierno en forma neta con el sector privado y Organismos Internacionales. Además, el Estado Nacional tiene un stock de Reservas Netas (el stock de Reservas Brutas, menos encajes, menos swaps) que influyen a la hora de medir los stocks de lo que damos en llamar Deuda Estatal Neta”, explicó Repetto a Infobae. En el último año, precisó, el Tesoro consolidó un ahorro en forma de depósitos en el BCRA, de los que el cálculo solo consideró los depósitos en pesos acumulados en el Central, pues los depósitos en divisas extranjeras en la entidad están incluidos en el stock de Reservas Brutas y no son descontados para llegar el stock de Reservas Netas. Estos cálculos se realizaron con datos oficiales cuando se contaba con información a la fecha, más estimaciones en base a fuentes como la Secretaría de Finanzas, el Banco Central y el reciente “Staff Report” del FMI. El primer nivel de desagregación incluye la deuda en moneda extranjera del Tesoro con organismos, la deuda en divisas con el Sector Privado y el stock de atrasos o deuda con holdouts. En cambio, no se incluyen pasivos contingentes, como el fallo de la jueza Loretta Preska por más de USD 17.000 millones entre capital e intereses por la mala praxis oficial durante la expropiación de YPF. A partir de 2024, aclaró Repetto, se tomó la deuda en dólares del BCRA por el stock de Bopreales (un bono a pagar en dólares con que el gobierno empezó a ordenar el stock de deuda comercial del país, que el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner había dejado en casi USD 50.000 millones) y también la deuda en “Repos” conseguidos entregando Bopreales como colateral. Luego, de esa deuda se detraen los encajes en dólares y el canje de monedas con China. La suma de deuda en moneda extranjera del Tesoro más la deuda por Bopreales menos el stock de Reservas Netas en moneda extranjera determina la “Deuda Estatal Neta en Moneda Extranjera”, explicó Repetto, que consideró luego la deuda estatal neta en pesos medida el dólar oficial. Eso incluye la deuda del Tesoro en pesos con el sector privado basada en una estimación a partir de datos de la Secretaría de Finanzas, la deuda en pesos del BCRA, que antes comprendía Lebacs, Leliqs, y Pases Pasivos entre la deuda más destacada, y los depósitos en pesos del Tesoro en el BCRA, que en parte son contrapartida del aumento del stock de la deuda en pesos. Recién entonces se puede calcular la “variación de la deuda estatal neta” de diferentes períodos presidenciales, empezando por la segunda gestión de Cristina Kirchner e incluyendo algunas estimaciones para el segundo trimestre de 2025, pues los datos oficiales desagregados por tipo de acreedor entre privado e intra sector público llega solo hasta el primer trimestre. En definitiva, del ejercicio sobre variación de la deuda estatal neta se desprende que en lo que va del gobierno de Milei ha habido una caída de la deuda estatal neta del orden de los USD 40.200 millones, concentrada en el segmento de la deuda en pesos. La caída del stock de deuda neta en pesos fue de casi USD 47.500 millones mientras que la deuda neta en dólares creció unos USD 7.300 millones, sobre-explicada por el aumento de la deuda con organismos internacionales y la emisión de BOPREALES, compensada en parte con una mejora del stock de Reservas y la diminución del stock de deuda con acreedores privados tras el pago de capital de enero de 2025. Cabe aclarar además que Repetto consideró dentro del aumento de la deuda en pesos del Tesoro el costo de la capitalización de intereses de las Lecaps que, como no se refleja en la contabilidad base caja del Sector Público Nacional como intereses, implica un aumento del stock de la deuda. Gestión Milei Teniendo en cuenta los datos desde 2011, dice Repetto, el período de Milei se destaca de los anteriores por la caída del nivel de endeudamiento. “Es una muy buena noticia entonces que en términos nominales el Estado argentino por primera vez en mucho tiempo haya reducido el nivel de deuda con el sector privado, aunque también debemos señalar que la dinámica de caída fue más profunda hasta fines de 2024 cuando la disminución había alcanzado los USD 45.700 millones por lo que en el primer semestre de 2025 hubo un incremento de la deuda estatal neta de USD 5.500 millones”, dijo. El economista e investigador destacó la complementariedad del financiamiento local y externo. “Cuidar el mercado de deuda doméstica te da mucha flexibilidad. Brasil tiene deuda en moneda extranjera muy baja porque consigue financiamiento local en reales. Así es más difícil que tengas Sudden Stop (freno brusco del crédito, como le pasó a Macri en 2018, forzándolo a correr al FMI)“, señaló. “Emitir en tu propia moneda te permite tener un prestamista de última instancia propio, algo valioso. Acá durante mucho tiempo se pagaron amortizaciones de bonos (Boden 2015, Bonar 2024) con caída de reservas y destrucción del activo del BCRA. Incluso ahora, pensar que la deuda bajó, pero ignorar el crecimiento de la deuda en el primer semestre es hacerse trampa jugando al solitario”, concluyó.
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