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Concordia » Libre Entre Rios
Fecha: 09/08/2025 23:32
Compartilo con La obligatoriedad de las licencias anuales para el personal de la Policía de Entre Ríos ha sido anunciada con el objetivo de resguardar el derecho al descanso. Sin embargo, esta medida, que busca armonizar el bienestar del personal con las exigencias del servicio, ha generado un profundo malestar “puertas adentro” de las dependencias, reavivando el debate sobre las condiciones laborales y la salud mental de los agentes en la provincia. ¿Descanso Garantizado o Tensión Creciente? Las licencias policiales Entre Ríos se han convertido en el centro de un controvertido debate en la provincia. El Ministerio de Seguridad y Justicia de Entre Ríos, a través de la Resolución N° 255 (también referida como 0225/25), ha dispuesto el otorgamiento obligatorio de las licencias anuales ordinarias para todo el personal de la Policía provincial, correspondientes al año 2025. La medida, oficializada el 8 de agosto de 2025 y difundida por el ministro Néstor Roncaglia, se enmarca en la Ley N° 5654, que regula el Régimen del Personal Policial de Entre Ríos, y sus artículos 100°, 102°, 103° y 105°, además de la Resolución DP N° 563/97. El gobierno provincial enfatiza que el objetivo es asegurar el derecho al descanso y la recuperación psicofísica de los agentes tras un año de tareas exigentes, sin comprometer la normal prestación del servicio ni la seguridad ciudadana. La planificación de estas licencias estará a cargo de la propia fuerza, buscando un cronograma que no afecte el despliegue operativo. Sin embargo, esta disposición ha encontrado resistencia y generado críticas significativas entre los propios agentes. Fuentes policiales consultadas por “El Entre Ríos” desestiman que la medida sea una solución de fondo, argumentando que la Ley 5654/75 ya consagra el derecho al goce de licencias. El trasfondo de esta resolución es alarmante: se produce tras una serie de suicidios de agentes en la provincia, que ya suman al menos seis en lo que va del año 2025, lo que ha encendido las alertas sobre las presiones y el impacto en la salud mental de los efectivos. Licencias policiales en Entre Ríos: la salud mental en el foco El malestar se profundiza al revelar situaciones cotidianas dentro de las dependencias. A pesar de la normativa, muchos policías tienen prohibido tomarse licencias en períodos clave como las vacaciones de verano e invierno, bajo la excusa de “afectar el servicio”. Cuando las licencias son otorgadas, se produce una severa sobrecarga de trabajo para el personal que debe cubrir a sus compañeros. Un ejemplo claro es el de un oficial que, para que un colega se tome 15 días, debe cubrir sus propios 7 días de guardia más los 14 del otro, resultando en turnos de 21 días consecutivos, y viceversa a la vuelta del compañero. Licencias policiales obligatorias en Entre Ríos generan debate sobre bienestar y servicio. Analizamos la medida y sus efectos. Además, la problemática de la salud mental se agrava por el manejo institucional. Cuando un suboficial expone un problema de salud mental, la respuesta inmediata no es el acceso a profesionales, sino el inicio de una licencia, la entrega de la pistola reglamentaria y la quita de “códigos de riesgo y peligrosidad”. Esto se traduce en una disminución salarial considerable y la imposibilidad de realizar horas adicionales, generando una disyuntiva cruel: o se sinceran los problemas personales con el riesgo de afectar gravemente el ingreso, o se ocultan para mantener el sueldo íntegro, acumulando los inconvenientes sin resolverlos. El ministro Néstor Roncaglia ha reconocido la grave situación, afirmando que “el policía es un ser humano que cumple una función especial que genera mucho estrés y se lo debe acompañar, no es supermán que todo lo puede”. Desde el Ministerio de Seguridad y Justicia, se ha destacado la existencia de un equipo de asistencia permanente y una línea telefónica abierta las 24 horas para la comunidad policial, con el objetivo de que los agentes no sientan “miedo a consultar”. Sin embargo, las voces críticas y los trágicos casos de suicidio, que en lo que va del año ya suman cinco policías jóvenes de entre 22 y 30 años en Entre Ríos, evidencian que las medidas actuales aún no logran mitigar la profunda crisis de bienestar que atraviesa la fuerza policial entrerriana, en una provincia que ya registra una de las tasas de suicidio más altas del país. La obligatoriedad de las licencias anuales es un paso hacia el reconocimiento del derecho al descanso, pero la implementación efectiva y el abordaje integral de las condiciones laborales y la salud mental de los policías de Entre Ríos requieren soluciones más profundas que aborden la sobrecarga, la precarización y la contención psicológica real.
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