10/08/2025 19:04
10/08/2025 19:03
10/08/2025 19:03
10/08/2025 19:02
10/08/2025 19:02
10/08/2025 19:01
10/08/2025 19:01
10/08/2025 18:54
10/08/2025 18:54
10/08/2025 18:54
Parana » Informe Digital
Fecha: 09/08/2025 17:52
El Hilli Episeyo será el primer barco licuefactor en comenzar a operar en Argentina. Argentina se incorporará en 2027 al selecto grupo de países exportadores de gas natural licuado (GNL), junto a Australia, Qatar, Estados Unidos y Malasia, entre otros. La producción se llevará a cabo desde seis buques situados frente a las costas de Río Negro, que estarán conectados a los yacimientos de Vaca Muerta a través de nuevos gasoductos. El desarrollo del GNL ofrece una oportunidad concreta para incrementar la producción local de shale y, al mismo tiempo, mitigar los históricos problemas de escasez de divisas, el acceso restringido a financiamiento internacional y el estancamiento del crecimiento económico que persiste desde hace catorce años. Esta semana, el consorcio Southern Energy (SESA), conformado por Pan American Energy, YPF, Pampa Energía, Harbour Energy y Golar LNG, confirmó su decisión final de invertir en el segundo buque de licuefacción, “MK II”, en Río Negro. Este anuncio se suma al del buque “Hilli Episeyo”, lo que representa una inversión superior a USD 15.000 millones durante los 20 años de operación de ambas plantas flotantes. Ambos barcos, de propiedad de la empresa noruega Golar, tendrán una capacidad conjunta de producción de 6 millones de toneladas por año (MTPA) de GNL, lo que equivale a casi 27 millones de metros cúbicos diarios de gas natural destinados a exportación. Según el presidente de YPF, Horacio Marín, estos buques constituyen la fase I del proyecto “Argentina LNG”. La primera planta flotante comenzará a operar en el último cuatrimestre de 2027, mientras que el segundo buque se integrará a finales de 2028. Aunque el valor de las exportaciones dependerá del precio internacional, se estima que Argentina podría superar los USD 20.000 millones en ventas entre el inicio de las operaciones y 2035, convirtiendo el GNL en una fuente significativa de ingreso de divisas. El consorcio prevé crear 1.900 puestos de trabajo directos e indirectos durante la fase de construcción. La consolidación de esta etapa requiere de una infraestructura y financiamiento sin precedentes. Southern Energy planea construir un gasoducto de 36 pulgadas destinado a abastecer al MK II y al Hilli Episeyo, utilizando inicialmente la capacidad remanente del Gasoducto San Martín. Las opciones en estudio incluyen que un “midstreamer” ejecute el ducto cobrando tarifas de peaje, o bien, una licitación directa. La decisión sobre este aspecto se tomará antes de fin de año, y la financiación combinará aportes de capital de los socios con crédito internacional, lo que podría generar mayores ingresos de divisas. El proyecto no se limita a la primera fase. YPF lidera, junto a otras compañías globales, dos etapas adicionales. El “Argentina LNG 2”, en colaboración con Shell, contempla comenzar la producción en 2029 con dos buques en Río Negro, aportando 12 MTPA de GNL. El “Argentina LNG 3”, en alianza con la italiana ENI, prevé, desde 2028, incorporar otros dos buques con igual capacidad. Para ambas fases, YPF proyecta la construcción de un mega gasoducto de 48 pulgadas, que sería el más grande de la región y cuya licitación se prevé como máximo para mediados del próximo año. Según Wood Mackenzie, Vaca Muerta representa el mayor proyecto de hidrocarburos no convencionales fuera de Norteamérica y se destaca por la continua expansión de su capacidad exportadora y productiva. Por su parte, Rystad Energy anticipa que estos desarrollos de FLNG alcanzarán su máxima capacidad hacia finales de la década de 2030. YPF lidera la realización del proyecto Argentina LNG, que busca monetizar los recursos de gas de Vaca Muerta y convertir al país en un exportador energético confiable a nivel mundial, con el objetivo de generar exportaciones superiores a 30.000 millones de dólares para 2030. El marco político y regulatorio local también ha influido en el posicionamiento del país para atraer estos flujos de inversión. El Gobierno argentino ha impulsado en el último año y medio medidas de flexibilización cambiaria y eliminación de restricciones al ingreso de capital extranjero, además de fomentar incentivos sectoriales enfocados en proyectos de alta tecnología, recursos críticos y desarrollos energéticos, como el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI).
Ver noticia original