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  • El frío daña tu piel: claves para cuidarla si es sensible

    » Clarin

    Fecha: 09/08/2025 14:44

    El invierno viene con un conjunto de factores que afectan directamente a la barrera cutánea: el frío intenso, el viento, los ambientes interiores muy calefaccionados y los cambios bruscos de temperatura. “Esto provoca pérdida de agua, alteración en la estructura de los lípidos cutáneos (componentes grasos que ayudan a retener la humedad) y mayor fragilidad frente a agresiones externas. Las pieles sensibles necesitan productos sin fragancias ni alcohol, que aporten lípidos y agua: cremas con ceramidas, ácido hialurónico o manteca de karité. Foto: Freepik Diversos estudios han demostrado que en estas condiciones disminuye la hidratación, se liberan mediadores inflamatorios y se incrementa la sensibilidad cutánea”, explica Lucía Mac Donald, médica dermatóloga y jefa de Residentes del Servicio de Dermatología del Hospital Italiano Central. Para quienes tienen piel sensible, este impacto es aún mayor, ya que reacciona con facilidad ante estímulos externos. “Además de sufrir sequedad o descamación, puede tender al enrojecimiento, tirantez e incluso, en casos más severos, a presentar irritación y síntomas como prurito y ardor”, advierte la dermatóloga Cristina Pascutto, asesora científica Eau Thermale Avène. Las zonas más vulnerables son las mejillas, el contorno de los ojos, los labios y el área alrededor de la nariz, aunque en algunos casos también se observan brotes y enrojecimiento en cuello y escote. La piel sensible, además, suele estar asociada a ciertas afecciones como rosácea y dermatitis atópica, que frecuentemente se agravan durante los meses fríos. En este contexto, adaptar la rutina de cuidado es fundamental para evitar el deterioro de la barrera cutánea y preservar su equilibrio natural. La dermatóloga Santos Muñoz, asesora de La Roche-Posay y CeraVe, señala con énfasis que resulta prioritario entender la importancia que juega la barrera cutánea y aprender a cuidarla. Crema con fórmula que incluye un extracto bioactivo, que refuerza la función barrera y reduce la pérdida de agua a lo largo del día. Fotos: gentileza marcas “Una piel sensible necesita fórmulas dermatológicamente testadas y bien toleradas. Durante el invierno, cuando la barrera cutánea está más comprometida, es aún más importante evitar ingredientes potencialmente irritantes o sensibilizantes”, advierte María Fernanda Lasa, dermatóloga asesora de Mesoestetic®. Se recomienda optar por fórmulas suaves, sin fragancias ni alcohol. Por la mañana y la noche, la limpieza debe ser lo más gentil posible, con emulsiones o geles sin jabón. También conviene reducir la frecuencia de exfoliaciones y evitar el agua muy caliente, que puede acentuar la resequedad, advierte Muñoz. Mejora la hidratación. optimiza el aspecto juvenil de la piel y potencia la luminosidad desde el interior. Foto: gentileza marcas “El cuidado fundamental en esta época del año tendrá que ver con la hidratación, pero también será el momento para la reestructuración, favoreciendo la renovación celular superficial epidérmica y estimulando la producción de colágeno y elastina”, explica Pascutto. La piel necesita productos más ricos, que aporten agua y lípidos. Las texturas en crema o bálsamo suelen ser más efectivas que los geles o lociones livianas. Se recomienda aplicar una crema rica en lípidos, con activos como ceramidas, manteca de karité o ácido hialurónico, que ayudan a retener el agua y reforzar la barrera. “Otros activos sugeridos son: urea (en bajas concentraciones) mejora la hidratación y favorece la función de barrera; pantenol y alantoína, que calman, suavizan y favorecen la regeneración. También vitaminas como la A, que estimula la renovación celular y la E, que actúa como antioxidante y protege frente a agresiones externas”, detalla Mac Donald. Se deben evitar los retinoides o ácidos exfoliantes, a menos que sean formulados específicamente para pieles sensibles y bajo supervisión médica. Este parche invisible para manchas multiobjetivo ayuda a reducir la apariencia de las imperfecciones y las marcas posteriores al acné. Fotos: gentileza marcas Aunque las pieles sensibles requieren mayor cautela, el invierno es una buena época para realizar algunos tratamientos dermatológicos, siempre con indicación y seguimiento profesional. “Uno de los tratamientos más efectivos y seguros para tratar la piel es la Luz Pulsada Intensa (IPL), una tecnología médica no invasiva que mejora visiblemente la piel y da resultados naturales desde las primeras sesiones”, explica la dermatóloga Milagros Alcorta. La hidratación profunda también cumple un rol clave. Además de los métodos clásicos, hoy existen opciones más innovadoras que integran varios tratamientos. “Oxy-geneo, por ejemplo, combina ultrasonido, radiofrecuencia y masajes para hidratar y renovar la piel de manera suave y segura”, explica la doctora Priscila Dzigciot, directora médica de BACE, Spa de Estética y Belleza. Antes de realizar cualquier procedimiento, es fundamental hacer una consulta previa con el dermatólogo. “La incorporación de cremas y serums con activos específicos, junto con el uso diario de fotoprotección, un tratamiento médico personalizado y una alimentación equilibrada, conforman una estrategia integral que puede mejorar significativamente el aspecto, la salud y la tolerancia de la piel durante los meses de invierno”, reconoce la dermatóloga Alcorta. Reparador para contorno de ojos con ácido hialurónico, cafeína y silicio. Ayudan a mejorar el aspecto, hidratan y revitalizan esta zona tan delicada. Foto: gentileza marcas

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