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Parana » AIM Digital
Fecha: 09/08/2025 08:27
Teotihuacán, que puede significar el lugar donde los hombres se convierten en dioses, fue una cultura precolombina que estaba en ruinas a la llegada de los mexicas a inicios del siglo XIV. Hoy es un complejo arqueológico de gran importancia cerca de la ciudad de México. En la temporada de lluvias de 2003, el agua abundante que cayó en una noche hizo un agujero en el piso del templo de Quetzalcóatl, la serpiente emplumada. Los arqueólogos que trabajaban en el templo descendieron atados a cuerdas por el agujero para explorar el interior. Catorce metros bajo tierra había un túnel, que establecieron que fue construido por los teotihuacanos hace unos 2.000 años. El túnel había sido rellenado por los teotihuacanos; ha llevado años de exploración destaparlo y conocer las intenciones de los constructores. Quetzalcóatl, o la serpiente emplumada, fue una de las deidades más importantes en Mesoamérica. De la cultura teotihuacana que la veneró hay datos de alrededor de 400 años antes de nuestra era; declinó alrededor del 550. Teotihuacán es una palabra compuesta de "dios"; hua: posesivo y can: "lugar", era el lugar de la apoteosis, de hombres divinizados, lo que la marca como un lugar de iniciación, donde los elegidos superaban la condición humana. En su apogeo la ciudad tuvo alrededor de 200 mil habitantes, y era la más poblada de América y más que cualquiera europea de su tiempo. Era una ciudad cosmopolita a la que llegaba gente de diferentes orígenes étnicos atraída por las oportunidades que ofrecía, primero por la agricultura y después por la artesanía y luego por el comercio. El túnel, Tlalocan o camino bajo la tierra, ayuda a entender la historia de la ciudad, destruida y abandonada por los mismos teotihuacanos y mucho después habitada por los aztecas o mexicas. El descubrimiento del túnel ayudó a comprender mejor la historia de la ciudad, que fue destruida y abandonada probablemente por los mismos teotihuacanos y siglos después habitada por los aztecas, que llegaron desde el norte en el siglo XIV El túnel estuvo cerrado durante 1700 años y solo empezó a ser explorado en 2009. Tiene 103 metros de longitud; se descubrió que al final del conducto había un gran espacio abierto que se abre en tres cámaras. Fue usado por los teotihuacanos durante 250 años; después lo clausuraron con muros construidos desde adentro hacia afuera. Según el arqueólogo Sergio Gómez, del túnel se han recuperado más de 100.000 objetos, entre ellos piezas de jade traídas de la actual Guatemala. Hay también turquesa, piedra preciosa azul que quizá provenga del sudoeste de los Estados Unidos y otros objetos que pudieron venir de Oaxaca y de Puebla, lo que indicaría vínculos comerciales y políticos con muchos otros pueblos: También encontraron objetos de hule, por ejemplo 14 pelotas vulcanizadas. El hule no es originario de esa zona, fue traído de Veracruz, Chiapas o Tabasco. La hipótesis original es que habría una tumba de alguien muy importante pero no encontraron ninguna, aunque quizá los restos fueron retirados por los mismos teotihuacanos. Al final del túnel había cuatro esculturas, tres de mujeres y una de un hombre. Las que representan mujeres están vestidas, a diferencia del hombre, que está desnudo Las figuras femeninas son más grandes que la masculina, lo que podría ser un indicio que en Teotihuacán las mujeres tenía un papel importante en la estructura de poder y también en la religión, por estar asociadas a la fertilidad y a la tierra. Las deidades masculinas se vinculan con la guerra. La diferencia entre hombres y mujeres se relaciona con la economía de producción y la de apropiación Los investigadores suponen que las estatuas representan a los fundadores de Teotihuacán, porque serían individuos con el don de geomancia, que interpretaban patrones formados en la tierra o en la arena para determinar dónde se debía erigir la ciudad. En la cosmogonía de Mesoamérica el cosmos se dividía en tres regiones: el cielo, la tierra y el inframundo. El inframundo es un mundo subterráneo, oscuro, frío y húmedo; pero no es solo el sitio de la muerte sino el de la creación, de donde todo surge. Allí habitaban las deidades que mantenían el orden en el mundo. La suposición de los investigadores es que cuando un gobernante moría era bajado al inframundo como señal de que había entregado el poder y su reemplazante bajaba a las profundidades para adquirir su investidura, que no le conferían los dioses, no los hombres. El estudio de este túnel podría ayudar a entender qué función tiene otro túnel que hay debajo de la Pirámide del Sol. La población local de la zona, los habitantes de San Sebastián Xolalpa, mantienen en sus fiestas patronales los rituales que ocurrían bajo el templo. El pasado milenario se funde en una continuidad que vincula la arqueología con la antropología, y roza la magia. La cultura teotihuacana es tan compleja como la griega o la romana. Es muy importante tratarla con rigor científico y no con el desdén que fue la norma en los inicios de la invasión europea y que en cierta medida siguió hasta ahora La idea era que los pueblos indígenas eran tribus no vinculadas entre sí, pero la información proveniente del túnel muestra una sociedad con vínculos económicos globales. Hay referencias de la economía prehispánica y del arte; pero todavía no permiten entender definitivamente cómo funcionaba ese mundo. La conquista fue un genocidio con el que se perdió una riqueza cultural extraordinaria. Los toltecas A pesar del encono con que los españoles trataron de borrar las culturas autóctonas en su afán de dominar y cristianizar, la investigación ha rescatado algo de la cultura tolteca en México, que era también un "centro del mundo", un foco de orientación superior. La Tula (Thule, Tile) legendaria persiste en leyendas europeas de un continente desaparecido, ubicado al norte de Escandinavia; también es el nombre de los ancestros de los esquimales. Tula, por una casualidad extraña, es además el nombre de una ciudad tolteca precolombina, fundada por el dios Quetzalcoatl ("pájaro-serpiente"), que se llamó Tollán y Teotihuacán, el lugar donde están los dioses, y también "el sitio donde los hombres de convierten en dioses". Teotihuacán era para los toltecas el ombligo del mundo, es decir, su centro y origen. Algunos estudiosos han llegado a la conclusión de que los toltecas no eran un pueblo sino una función, es decir, un grupo que tenía la misión de preservar la doctrina. Se trataría de una función similar a la que en otro lugar del mundo cumplieron los caldeos, que no eran un pueblo sino una casta sacerdotal y científica originaria del sur de Babilonia. Es notable la interrelación -y la confusión- entre los diversos significados de Tula, porque a pesar de todo se interrelacionan por el origen ordenador y formador. De la Redacción de AIM.
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