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  • Simulacro revela que Singapur jugaría un papel clave ante un bloqueo chino a Taiwán

    Parana » Informe Digital

    Fecha: 09/08/2025 04:38

    Durante dos jornadas de abril, con la organización del International Institute for Strategic Studies (IISS), un grupo compuesto por 40 funcionarios, exmilitares y académicos de la región Asia-Pacífico simuló en un hotel de Singapur un escenario de crisis: la imposición de un bloqueo aéreo y marítimo por parte de las fuerzas de China sobre la isla de Taiwán, con cerca de un millón de ciudadanos del sudeste asiático atrapados en territorio taiwanés, según fuentes consultadas por la agencia de noticias Reuters. El ejercicio, que incluyó la participación en roles de gobiernos y autoridades de países como Singapur, China, Taiwán, Estados Unidos, Indonesia, Vietnam y Filipinas, situó el debate en torno a una hipotética operación de evacuación masiva en un contexto hostil. Durante la simulación, los participantes exploraron respuestas unificadas a través de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y mantuvieron negociaciones bilaterales con representantes ficticios de Estados Unidos, China y Japón para establecer corredores seguros. Ningún plan avanzó hasta que, a última hora, la delegación de Singapur ofreció liderar un puente aéreo, fundamentando su propuesta en el acceso privilegiado a campos de aviación y aeronaves en Taiwán, gracias a su histórica presencia militar en la isla. El ejercicio fue suspendido sin especificar cómo Singapur habría negociado el corredor con Beijing ni los aspectos logísticos clave involucrados. Las discusiones pusieron de relieve que los países asiáticos consideran imprescindible coordinar acciones para proteger a sus ciudadanos ante el riesgo de escalada regional, aunque Singapur se destacó como el único actor con capacidad tangible de ejecución, según los testimonios recopilados. Esta preparación se vuelve aún más relevante considerando que aproximadamente 940,000 ciudadanos del sudeste asiático se encuentran en Taiwán, mayoritariamente indonesios, vietnamitas y filipinos, de acuerdo con datos de la Agencia Nacional de Inmigración de Taiwán. El Ministerio de Defensa de Singapur negó haber participado oficialmente en el simulacro y optó por no comentar sobre sus capacidades en escenarios de crisis relacionados con Taiwán. Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores chino reiteró su oposición a cualquier relación oficial o militar entre terceros países y la isla, afirmando no tener conocimiento del ejercicio. El contexto geopolítico regional se tensa aún más debido a la competencia estratégica entre Estados Unidos y China por la influencia en Asia-Pacífico. Semanas después del simulacro, el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, advirtió sobre la “inminencia” de una posible acción militar china sobre Taiwán durante una conferencia en Singapur, en medio de un aumento de operaciones conjuntas aéreas y navales del Ejército Popular de Liberación alrededor de la isla. El régimen chino respondió acusando a funcionarios de la administración Trump, incluidos Hegseth, de exagerar la amenaza para justificar posturas provocadoras, mientras sostiene su política de considerar a Taiwán como parte de su territorio y no descarta el uso de la fuerza para su reunificación. El presidente Lai Ching-te reafirmó que el futuro de Taiwán solo corresponde a sus habitantes, en un clima de creciente presión militar y diplomática. Singapur sobresale en la región por la continuidad y discreción de su presencia defensiva en Taiwán desde 1975 a través del Proyecto Starlight, que permite la rotación anual de hasta 3,000 efectivos en tres campamentos en el sur de la isla. Este despliegue, rara vez reconocido públicamente por Singapur, se mantiene a pesar de la oposición china, ya que representa un elemento clave para la capacitación y observación regional de las Fuerzas Armadas de Singapur. De acuerdo con analistas y agregados militares, estos vínculos otorgan a Singapur una posición singular en caso de crisis, pero también podrían convertir a su contingente en Taiwán en una herramienta de negociación ante una ofensiva china. Otros países del sudeste asiático, como Filipinas e Indonesia, carecen de la infraestructura y acuerdos informales necesarios para una evacuación expedita o cooperación militar con Taiwán, a pesar de contar con planes de contingencia, según fuentes gubernamentales consultadas por Reuters. La tensión regional se agudizó recientemente cuando el presidente filipino Ferdinand Marcos afirmó que, por razones geográficas, Filipinas no podría mantenerse al margen si Washington y Beijing entraran en conflicto por Taiwán, lo que provocó una protesta diplomática por parte de China. Simultáneamente, este jueves se detectaron movimientos de tres embarcaciones de la Guardia Costera china cerca de las islas Batanes, al norte de Filipinas, lo que llevó a aumentar la vigilancia aérea y marítima filipina en la zona. El propio Lai denunció un “desafío sin precedentes al orden internacional basado en normas” tras una incursión de 47 aeronaves chinas el jueves, de las cuales 32 cruzaron la línea media del estrecho de Taiwán y penetraron en la Zona de Identificación de Defensa Aérea taiwanesa, según el Ministerio de Defensa Nacional (MDN) de Taiwán. Funcionarios chinos calificaron las manifestaciones de Lai como belicistas y lo acusaron de propiciar la ruptura de lazos a través del estrecho. El pulso diplomático, militar y de inteligencia en torno a Taiwán continúa intensificándose, mientras la región sigue de cerca la evolución de los preparativos de evacuación y los mecanismos para evitar una posible escalada con consecuencias globales. (Con información de AFP, EFE y Reuters)

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