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» Misionesopina
Fecha: 09/08/2025 04:18
Durante un tiempo, muchos seres humanos creyeron que el "fin del mundo" llegaría con el año 2000. Otros temían un colapso informático conocido con el nombre de Y2K que ocurriría cuando las computadoras cambiaran del año 1999 al 2000. Los más optimistas esperaban ver autos voladores. Nada de eso ocurrió. En los primeros meses del nuevo siglo, Argentina atravesaba una severa crisis económica y social. Aquel espejismo llamado "convertibilidad" que el entonces presidente Carlos Menem, y su ministro de Economía, Domingo Cavallo, habían inventado a comienzos de la década del '90, y que mantenía la paridad entre el peso y el dólar, se mostraba agotado. Agonizaba. Pero Fernando de la Rúa, el entonces flamante presidente, no tenía la menor intención de abandonar ese esquema. A medida que la recesión que se profundizaba y las tasas de desempleo aumentaban, crecía también el descontento social, en especial en los jóvenes. En medio de ese clima de desilusión, el rock nacional representaba un espacio de pertenencia para ellos y funcionaba como una válvula de escape y un termómetro de la sociedad. Mientras Los Redondos se despedían de los escenarios, otras bandas como La Renga, Los Piojos, Bersuit Vergarabat y Los Caballeros de la Quema estaban en la cima de su popularidad, llenando estadios y convocando a miles de seguidores que se identificaban con sus letras cargadas de crítica social y compromiso. Calamaro lanzaba un disco para el Guinness, Divididos se daba el gusto de grabar en Abbey Road, Attaque 77 se reinventaba sin perder su identidad, y grupos como Catupecu Machu y El Otro Yo saltaban del under a la masividad. En medio de aquella crisis económica que terminaría por estallar en mil pedazos en diciembre de 2001, todas esas bandas alumbraron durante el 2000 discos que lograron colarse en la lista de los imprescindibles del rock nacional. Momo Sampler (Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota) Es el décimo y último disco de Los Redondos. Lanzado el 17 de noviembre de 2000, Momo Sampler se distingue por una notable experimentación sonora, en la que la banda exploró la música electrónica y el uso de samplers, un camino que ya había tomado en su trabajo anterior, Último bondi a Finisterre (1998). El Indio Solari y Skay Beilinson se encargaron de casi todas las grabaciones, que se llevaron a cabo en el estudio Luzbola de Parque Leloir, propiedad del cantante. El resto de los músicos casi que no participó del disco. "Templo de Momo", "La murga de la virgencita" y "Una piba con la remera de Greenpeace" son las canciones del disco que más se destacan. El Salmón (Andrés Calamaro) En un contexto de enorme crisis para la industria discográfica, con la piratería en auge y un abrumador derrumbe en las ventas, Calamaro decidió nadar contra la corriente y lanzar un disco quíntuple. El Salmón, un box set de 103 canciones (4 horas y 51 minutos de música), vio la luz el 24 de octubre de 2000 y, hasta ahora, es el disco en español más largo de la historia. La concepción del álbum surgió de una etapa de caos, insomnio y toxicidad por parte del músico, quien se dedicó a componer y grabar de forma casi incesante en un periodo de tiempo relativamente corto (se dice que llegó a componer hasta diez canciones en un solo día). El resultado fue una obra visceral y desbordante, que abarca una amplia gama de estilos, desde rock y pop hasta covers de tango y folklore, reflejando un proceso creativo sin filtros ni convencionalismos, en el que Calamaro simplemente dejó fluir su inspiración. La obra fue recibida como un acto de rebeldía artística y de total libertad. Canciones urgentes y de baja fidelidad que reflejan la espontaneidad del momento. "El salmón", "Tuyo siempre" y "OK perdón" son los tracks más representativos del álbum. La Esquina del Infinito (La Renga) Es el quinto disco de estudio del trío de Mataderos, se grabó en los estudios Del Abasto y contó con la producción de Ricardo Mollo, guitarrista de Divididos, quien ya había trabajado con la banda en los dos trabajos previos, Despedazado por mil partes (1996) y La Renga (1998). Fue lanzado el 11 de agosto de 2000. Considerado por muchos fanáticos y críticos como una de las obras cumbres de la banda, La esquina del infinito cuenta con el sonido de hard rock que siempre caracterizó a La Renga, aunque también marcó el inicio de una etapa de mayor madurez musical y consolidación en el panorama del rock argentino. "Panic show", "Arte infernal" y "En el baldío" son las canciones que más sobresalen. Verde Paisaje del Infierno (Los Piojos) Lanzado el 27 de octubre de 2000, el quinto álbum de estudio de la banda de El Palomar marcó un punto de quiebre. La producción del disco fue un proceso largo y complejo, que se extendió por más de seis meses, en una quinta de Paso del Rey. Durante este período, Los Piojos debieron echar a su histórico baterista, Daniel Buira, por una traición a su compañero Tavo Kupinski. Finalmente, Sebastián Cardero se hizo cargo de los parches. Grabado en los estudios Panda, el disco fue producido por Andrés Ciro, aunque también contó con la colaboración de Alfredo Toth (productor de Ay ay ay, Tercer arco y Azul) y Ricardo Mollo, líder de Divididos. La tapa del disco está inspirada en el Infierno de La Divina Comedia, la obra de Dante Alighieri, aunque de algún modo expresa el infierno por el que debió atravesar la banda cuando estalló el conflicto interno en la tranquilidad natural de Paso del Rey, y al mismo tiempo la tensión social que se iba profundizando en medio de la recesión económica del gobierno de Fernando de la Rúa. Verde Paisaje no solo fue un éxito comercial (vendió más de 50.000 copias en solo dos meses), sino que también es considerado un trabajo clave en la discografía de la banda de Ciudad jardín. "Luz de marfil", "Vine hasta aquí" y "Ruleta" son las canciones que más se destacan. Narigón del Siglo (Divididos) Lanzado el 15 de marzo de 2000, el sexto álbum de estudio de Divididos fue grabado en los legendarios estudios Abbey Road de Londres, lo que le aportó una calidad sonora excepcional y una mística especial. En aquel momento, además de Ricardo Mollo y Diego Arnedo, la banda estaba conformada por Jorge Araujo en batería. El álbum, cuyo verdadero título es Narigón del siglo, yo te dejo perfumado en la esquina para siempre, se convirtió rápidamente en un éxito, impulsado por temas que hoy son clásicos de la banda y del rock nacional, como"Par mil", "Spaghetti del rock" y "Vida de topos". Narigón... no solo fue un éxito comercial, sino que también representó una etapa de madurez artística para el trío, que supo reinventarse y sonar tan afilado como en sus comienzos. Hijos del Culo (Bersuit Vergarabat) El quinto álbum de estudio de Bersuit mostró a una banda en la cúspide de su creatividad y con una propuesta musical y lírica mucho más madura y ecléctica. Fue lanzado en octubre de 2000 y estuvo producido por Gustavo Santaolalla, quien ya había trabajado en el álbum anterior, Libertinaje (1998). Hijos del culo no solo fue un éxito de ventas, alcanzando el doble platino en Argentina, sino que también catapultó a la banda a un nivel de popularidad masiva que además le dio proyección internacional. Temas como "El viejo de arriba", "Toco y me voy" y "La bolsa" se convirtieron en verdaderos himnos que hasta hoy son clásicos imprescindibles en sus presentaciones en vivo. Fulanos de Nadie (Caballeros de la Quema) El quinto álbum de estudio de la banda de Morón llegó en un momento de gran madurez. Grabado en Los Ángeles (muchas bandas argentinas lo hacían en aquellos años gracias al 1 a 1), el trabajo se destacó por una producción más cuidada y un sonido que amalgamaba el rock clásico de la banda con toques de pop y balada, sin perder la esencia de sus letras introspectivas y melancólicas. A pesar del éxito, el álbum marcaría el final de la historia de la banda liderada por Iván Noble, que se separaría poco después a causa de los conflictos internos y del cimbronazo que significó la súbita muerte del tecladista Ariel "Garfield" Caldara, de apenas 24 años. Un dato curioso es que el álbum incluyó una colaboración en la letra de "Otro jueves cobarde" con el cantautor español Joaquín Sabina, aunque esta versión fue lanzada en una reedición del disco en 2001. "Rómulo y Remo", "Fulanos de nadie" y "Sapo de otro pozo" son las otras canciones destacadas del disco, que es recordado como el emotivo broche de oro de una carrera que dejó una marca profunda en la música nacional con su lírica urbana y su rock honesto. Cuentos Decapitados (Catupecu Machu) Es el segundo disco de estudio de la banda fundada por los hermanos Ruiz Díaz. Fue publicado el 16 de agosto de 2000 y marcó un quiebre, tanto a nivel sonoro como en popularidad, ya que les abrió las puertas a un público más amplio y les permitió trascender la escena de rock underground. En Cuentos Decapitados, el power-trío formado en Villa Luro se inclinó hacia una mayor experimentación, incorporando elementos electrónicos, samplers y una estructura musical más compleja, lo que dio como resultado un álbum ecléctico y vanguardista que conservó la potencia y la energía de la banda, pero con una dirección sonora más refinada y experimental. Con clásicos como "Y lo que quiero es que pises sin el suelo", "Entero o a pedazos" y "Eso vive", el segundo disco de Catupecu terminó por consolidarlos como una de las bandas más innovadoras del rock argentino. Contagiándose la energía del otro (El Otro Yo) Es un álbum en vivo que marcó un momento clave en la historia de la banda y solidificó su posición como una de las más importantes del rock alternativo argentino. Grabado en el mítico Cemento los días 19 y 20 de mayo de 2000 (excepto un tema que se grabó en El Borde de Temperley), el disco captura la intensidad y la conexión única que el grupo tenía con su público. El cuarteto integrado por los hermanos Cristian y María Fernanda Aldana, Ezequiel Araujo y Ray Fajardo venía edificando un ascenso constante en la escena independiente. El disco en vivo sirvió como un testimonio de su poder en el escenario. El título, de hecho, hace referencia a la intensa interacción entre los músicos y sus seguidores en los recitales. "La música", "Alegría" y "10.000.000" son los tracks más relevantes del disco. Radio Insomnio (Attaque 77) Grabado en España y mezclado en Estados Unidos, el octavo disco de estudio de Attaque 77 marcó una etapa de cambios significativos para la banda. A diferencia de sus trabajos anteriores, el álbum se sumerge en una sonoridad más experimental, en parte gracias a la incorporación del tecladista Martín "Tucán" Bosa. Con clásicos como "Canción inútil", "Vacaciones permanentes" y "Beatle", la banda de Ciro Pertusi (voz y guitarra), Mariano Martínez (guitarra), Luciano Scaglione (bajo) y Leonardo De Cecco (batería) demostró su madurez y su capacidad para reinventarse y evolucionar sin perder su identidad. Fuente: C5N
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