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  • Presentan el primer libro sobre Franco Colapinto

    » El Ciudadano

    Fecha: 08/08/2025 15:41

    *Por Alejandro Duchini/Especial para El Ciudadano El primer libro sobre Franco Colapinto lo escribió una periodista de 23 años que la venía rompiendo en redes sociales con sus comentarios sobre automovilismo. Se llama Paz Zubiri (@pachuzubiri) y una tarde, le cuenta a El Ciudadano, recibió un mail de la editorial El Ateneo en el que le ofrecían escribir. Tras seis meses de trabajo, el resultado fue ADN de campeón – Radiografía de un as de la Fórmula 1. Con lenguaje sencillo para llegar a un público que no es especialmente fierrero, se animó a contar la historia deportiva del gran fenómeno mediático del deporte argentino actual. El resultado es un libro lleno de datos no sólo sobre Colapinto sino sobre las distintas categorías en las que compitió. Tiene más que ver con lo deportivo que con la intimidad del piloto. “Quería que sea ameno, divertido, y no técnico”, dice. Se leerá sobre el respaldo del español Fernando Alonso, se sabrá quiénes lo formaron y acompañaron y cuál fue su influencia real hasta el momento en la F1. Como por ejemplo, que se haya convertido en uno de los pocos corredores argentinos que integra la lista de quienes sumaron puntos en la máxima categoría. Nacida en Azul, Provincia de Buenos Aires, Zubiri se mudó a CABA para estudiar Ingeniería cuando tenía 17 años, pero sus influencias en las redes le hicieron cambiar el rumbo cuando entendió que sus videos caseros sobre automovilismo deportivo sumaban suscriptores. Futbolera desde siempre (llegó a atajar en River y en Platense), empezó a la vez a relatar partidos en bilingüe para Fox Sport. También a trabajar para la Conmebol. Y recién este año empezó a estudiar Periodismo Deportivo. “Lo mío fue al revés: primero empecé a trabajar y después a estudiar”, dice con una firme voz de locutora, algo diferente a lo que mayoritariamente se observa en los streamers. Detrás suyo, hay una guitarra y un bajo, instrumentos musicales que toca por hobbie y que le sirven para desconectar de pantallas e información. Es que los seguidores de Zubiri no aflojan en cantidad y eso lleva a más exigencias. Ella forma parte de una nueva camada de periodistas audiovisuales que componen, entre otros, su colega Florencia Andersen -fundamental para darle forma al libro-, otra de las referentes de las actuales transmisiones de F1. El ofrecimiento de escribir un libro le sonó raro, pero fue a la vez un aliciente. “Escribirlo, tenerlo en las manos, sentirlo como algo tangible, a diferencia de otros laburos, es increíble. ¡Sentir su olor!”, sonríe sobre un trabajo rápido que incluyó documentos de word desordenados, organización para escribir, consultas a colegas con experiencias en literatura. Y luchar contra sí misma a través de la página en blanco o las dudas sobre si estaba bueno lo que escribía. La alegría le llegó al máximo cuando recibió los primeros ejemplares en su casa. “Un libro -dice- es algo que escapa a lo frenético del laburo diario”. Alguna vez se subió a un karting en Córdoba para vivir la experiencia en carne propia. Aquello lo filmó una amiga que le acompañó en todo momento. Y mientras trabajaba con las transmisiones futboleras, le iba picando cada vez más el bicho por las carreras de coches. De esa experiencia personal pudo sacar material para plasmarlo en ADN de campeón. Lo otro llegó con horas y horas de lecturas e informes sobre Colapinto. Pachu -como le dicen- también estaba maravillada con el fenómeno que estalló en los medios de comunicación argentinos en la segunda mitad del año pasado, cuando se informó su pase a la F1. Desde ahí, Colapinto pareció arrasar con todo: publicidades, entrevistas, merchandising. Y ella fue una suerte de contadora del fenómeno. Para su generación, dice, no es sencillo definir lo que pasa alrededor de Colapinto. “Lo fácil sería decirte que al igual que Lucha Aymar, Paula Pareto o Manu Ginóbili, es una persona que se pone nuestra bandera y la lleva a donde pudieron llevarla solamente veinte tipos, así que la admiración se da porque se pone nuestra camiseta, defiende nuestros colores. Eso, de base”, compara. Y enseguida: “Pero investigando, me encontré con una historia de sacrificio y de resiliencia admirable. Me encantaría saber qué está pasando por la cabeza de este pibe que se fue solo del país, muy chico. La gente que lo conoció desde sus ocho años hasta ahora me habló de su carisma y de su sencillez. A mí me produce admiración que haya superado tantas cosas para llegar a la F1. Es muy argentino con eso de que siempre falta una para el peso, como cuando tuvo que quedarse en la F3 otra temporada por falta de presupuesto. Todo es una lucha constante que resuena bien con lo que somos los argentinos”. Cuenta que su opinión es coincidente con la de muchos de los seguidores que tiene en redes sociales. Incluso, vuelve a citar a Flor Andersen: “Antes de escribir la llamé y le pregunté ‘amiga, ¿cuándo sintieron que Colapinto influyó en la F1?’. Y me dijo ‘ya venía subiendo, se veía venir’”. Y después, la pelota se volvió enorme. “Era ir al laburo y que hablen de Colapinto; ir a almorzar y escuchar a la gente hablando de Colapinto. Compañeros que no eran fierreros hablaban de Colapinto. Para los que nacimos en los 2000 y nos gustan los fierros, tener a un piloto argentino en la F1 es hermoso, porque no vivimos ni a Reutemann. Es como nos pasa cuando nos preguntan por Messi y Maradona. Tenemos que decir ‘al Diego lo vimos en videos’, y Messi es un contemporáneo. Nos pegó desde ese lado. Me parece un fenómeno muy interesante”, analiza. “Pero este revuelo -dice- también tiene su cara mala, que es que cuando las cosas no le funcionen le van a pegar por todos lados”. Siente que es “lógico” que se haya producido tanto revuelo alrededor de Colapinto: “Los argentinos somos muy pasionales”. Y recuerda que “de pronto se vendían y usaban camisetas de la escudería Williams por todos lados”. Y personaliza: “Jamás hinché por Williams, pero para un cumpleaños mis amigos me regalaron cosas de Williams. Lo agradecí: no tenía que ver con la marca. Tenía que ver con Franco”.

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