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  • Las momias egipcias y el extraño auge de la “medicina caníbal” en Europa

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 08/08/2025 08:46

    El consumo de polvo de momias egipcias fue una práctica médica común en Europa durante siglos (Imagen Ilustrativa Infobae) Durante varios siglos, la medicina en Europa occidental recurrió a una práctica que hoy parece insólita: el consumo de polvo de momias egipcias como remedio para una variedad de enfermedades. Desde el siglo XI y hasta finales del XIX, médicos, boticarios y pacientes creyeron que los restos humanos embalsamados poseían capacidades curativas, capaces de aliviar desde simples cefaleas hasta dolencias graves como el cáncer. Según detalla National Geographic, esta costumbre se asentó en ámbitos médicos, farmacéuticos y populares a través del viejo continente, impulsando una demanda constante de momias con fines terapéuticos. El atractivo de las momias no solo residía en su procedencia exótica. La creencia generalizada suponía que la preservación corpórea lograda por las técnicas egipcias transmitía algún tipo de energía medicinal al polvo resultante de pulverizar estos restos. Así, su consumo adquirió estatus de panacea, ampliamente recomendada y comercializada en toda Europa. Orígenes de la “medicina caníbal” El fenómeno de la llamada “medicina caníbal” no surgió de manera abrupta en la cultura europea. Su inicio puede rastrearse a una confusión lingüística y cultural. En el mundo islámico medieval, el término “mumia” refería a un asfalto natural de origen persa, valorado por sus posibles virtudes curativas. Cuando los textos médicos árabes que mencionaban la “mumia” comenzaron a traducirse en Europa en los siglos XI y XII, traductores poco precisos asociaron el término a sustancias extraídas de los cuerpos embalsamados de Egipto. El historiador Karl Dannenfelt señala que la fascinación europea por Egipto hizo el resto: la creencia en el poder de los cuerpos preservados se amalgamó con el aura exótica egipcia, llevando la práctica más allá de lo que el original persa sugería. Así, lo que comenzó como un simple malentendido se transformó en un comercio y una moda sin precedentes. El polvo de momia se comercializaba en boticas y era recetado para múltiples enfermedades (Wikipedia) Prácticas de canibalismo médico anteriores en Europa La idea de que partes del cuerpo humano podían servir para curar enfermedades no era desconocida antes de la llegada de la “momia” egipcia. Durante siglos, la medicina europea empleó prácticas que hoy locamente se calificarían de canibalismo médico. Los registros históricos muestran que se creía que la sangre de gladiadores podía aliviar la epilepsia; la grasa humana era utilizada en remedios caseros; y cráneos humanos formaban parte de preparados empleados por figuras tan relevantes como el rey Carlos II de Inglaterra, quien consumía las llamadas “King’s Drops”. Las creencias en el potencial curativo de los restos humanos, lejos de limitarse a círculos marginales, estaban presentes en destacados escenarios sociales y científicos. La llegada de la “mumia” egipcia simplemente amplió y sofisticó una tendencia que estaba arraigada en la historia médica europea. El canibalismo médico europeo incluyó el uso de sangre, grasa y cráneos humanos en remedios (Wikipedia) Auge del comercio y falsificación de momias en Europa El auge por la “momia” terapéutica provocó una fiebre de negocios en Europa, transformando los mercados y la arqueología de Egipto. El saqueo de tumbas en el país africano aumentó sustancialmente: ya no se perseguían solo piezas de valor histórico o artístico, sino los propios cuerpos preservados. Comerciantes y saqueadores abastecieron el mercado europeo con momias auténticas y, ante la escalada de la demanda, recurrieron a imitaciones preparadas exprofeso. Observadores de la época describieron técnicas para fabricar momias falsas: ladrones sustraían cadáveres, principalmente de criminales ejecutados o esclavizados, los embalsamaban rápidamente con sal y drogas y luego los secaban y pulverizaban. El polvo resultante se vendía en boticas y era recetado para un repertorio sorprendentemente amplio de dolencias. En muchos casos, los consumidores europeos ignoraban completamente el verdadero origen de estos supuestos “remedios milagrosos”. El saqueo de tumbas egipcias aumentó por la demanda de momias para usos terapéuticos (Imagen Ilustrativa Infobae) Fascinación por las momias y egiptomanía Aunque el escepticismo sobre la eficacia de la “mumia” fue ganando terreno entre médicos y científicos, la fascinación europea por las momias egipcias persistió. Durante la era victoriana, la “egiptomanía” se propagó por Inglaterra y otros países con fuerza renovada. Simbólicamente, el desembalaje público de momias se convirtió en evento de moda que trascendió hospitales y universidades para instalarse también en salones privados. Por otro lado, viajeros provenientes de expediciones arqueológicas o misiones coloniales no dudaban en transportar momias a sus lugares de origen, pese a las prohibiciones sobre la exportación de antigüedades egipcias. El fenómeno demostró que, más allá de la utilidad medicinal, el magnetismo cultural de Egipto y sus prácticas funerarias se había establecido firmemente en el imaginario occidental.

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