Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Un mate con... Santiago Maratea: “Tuve que cambiar, porque estaba yendo a un camino de autodestrucción”

    » Clarin

    Fecha: 08/08/2025 06:31

    Santiago Maratea (33) tiene un largo recorrido en los medios. Empezó hace varios años en las redes pero descubrió su verdadera pasión cuando empezó a organizar sus ya famosas colectas solidarias. Algunas de ellas fueron la compra del medicamento más caro del mundo para Emmita, una bebé con Atrofia Muscular Espinal para la que logró juntar más de dos millones de dólares, la recaudación de más de dos millones de pesos para la comunidad Wichi en Salta y la colecta de más de 154 millones de pesos en apenas 36 horas para ayudar a combatir los incendios que azotaron en 2022 a la provincia de Corrientes. Actualmente, Santi se encuentra en un proceso personal atravesado por el duelo por la muerte de sus padres, también por profundos cambios de hábitos y estilo de vida, y novedades laborales. En este contexto, mientras continúa con su sueño de convertirse en jugador profesional y entrena con la reserva de Colegiales, el influencer se prepara para ser, desde este lunes 11 de agosto, a las 22, el nuevo conductor de Trato Hecho, el juego internacional que se verá por la pantalla de América TV, con producción de Mandarina Contenidos. No hay dudas de que Maratea es un personaje que convoca, interpela e incomoda y que gracias a esa actitud disruptiva que lo caracteriza, y que en varias oportunidades lo ha puesto en el centro de polémicas. Pero no se puede negar que es un buscador que no tiene miedo de evolucionar, transformarse, ni de decir lo que piensa, lo que siente y jugársela por lo que quiere. Santiago Maratea, previo a su debut como conductor televisivo, habló de todo en Clarín. Foto: Fernando de la Orden. En su visita a Clarín, mate por medio, el influencer habló de su presente, los cambios y su desafiante llegada a la pantalla chica como conductor. -A vos se te ve muy matero… ¿Siempre fuiste así? -No. El mate me ayudó mucho a dejar de fumar. Ya tomaba mate antes, por ahí en la adolescencia. Tomaba si alguien me daba, pero nunca me iba a hacer yo un mate. Y después, cuando empecé a jugar al fútbol, como se toma mucho en el vestuario... Y yo ahí dejé de fumar. Me ayudó mucho al principio, el hecho de tener algo en la boca, el hábito... Video Un divertido ping pong con Santi Maratea -Es como una compañía… -Sí. Y después tuve todo un momento en el que necesitaba tener todo el tiempo el mate armado para ir a un lugar. Iba con el mate y después por ahí no lo tomaba. Pero llegado el caso de que me agarrara una cosa así, viste, un poco de ansiedad, ganas de fumar, si lo tenía ahí ya me relajaba. Y ahora ya lo tomo porque me acostumbré, porque me gusta mucho. El debut de Santi Maratea como conductor de "Trato Hecho" -¿Cómo te preparas para debutar como conductor de Trato Hecho? -Con la mayor humildad posible. Tengo que aprender muchas cosas en poco tiempo. Mandarina, la productora, me puso todo un equipo para que yo pueda aprender. Así que me preparo escuchando. También haciéndole caso a este mismo equipo, que si en algunas cosas me dice que ya estoy preparado, que hay cosas que ya tengo innatas o lo que sea, también creérmela un poco en eso. -¿Te agarra tipo el famoso síndrome del impostor? Ahora se habla mucho de eso… -Eso justo no, para nada... Lo creo muy merecido y lo creo muy propio, pero como algo que vine a aprender, no como algo que ya logré. Pero el espacio y el contexto para poder realizarme y aprender y crecer considero que me lo gané y que me pertenece. -¿Y te sorprendió la propuesta? ¿Cómo llegó? -Llegó porque me dijeron de almorzar Lucas y Mariano de Mandarina y yo accedí. Tenían una propuesta para hacerme. Yo ya sabía que les iba a decir que no porque la tele no me interesaba, pero por respeto accedí a esa reunión. Y al final, cuando me dijeron de qué iba la propuesta, contra todos los pronósticos, terminé enganchándome y diciéndoles que sí. Santi Maratea ya tiene todo listo para debutar como conductor de "Trato Hecho", en América TV. -Vos venías con esto de permanecer un poco al margen de los medios, como queriendo guardar cierto silencio… ¿Qué tuvo de especial esta propuesta que te llevó a decir sí? -Tiene muchas cosas de especial. Una de esas es que me permitía a mí volver a estar presente sin necesidad de opinar. Hoy en día pareciera que el único espacio disponible para un comunicador es un canal de streaming, que me encantan. Me ofrecieron de todos los canales para estar, pero yo no tengo ganas de opinar tres horas por día de cualquier cosa que pasa. O sea, no tengo ganas. Tampoco considero que mi opinión sea tan relevante. Entonces, Trato Hecho es una manera de estar presente. Está muy conectado con la gente, que es otra de las cosas que para mí tiene de especial el programa. Mira, te doy un ejemplo, ahora que están todos hablando del Garrahan, el otro día decía “¿Y si invitamos a alguien que trabaje ahí para participar?”. Y es buenísimo porque esa persona puede venir y ganarse 20 millones de pesos. Hasta podés, en la mitad de un juego, tocar la problemática de la que se habla sin necesidad de opinar, dándole el lugar a la otra persona para que lo haga. Yo creo que hay una sobredosis de opinión y no todas son tan interesantes. -Decías que estás aprendiendo muchas cosas para este rol. ¿Tenés algún referente? Vos has hablado en algún momento de Mario Pergolini… -Sí, Mario, sin dudas. Es, creo, que mi único referente en los medios. Siempre lo fue y lo sigue siendo. Me parece un crack. Me encanta cómo armó su marca después de tantos años y me parece un referente muy bueno de cómo construir. O sea, tiene una mirada muy afinada de cómo construir un personaje, una marca, un programa... Su presente, el fútbol y los cambios -Trato Hecho va de lunes a viernes, pero, además, vos estás con el fútbol, seguís con las colectas solidarias… ¿Cómo organizas tu tiempo? -No me organizo. El otro día lo hablé en terapia, como que no estoy organizado, estoy sobrepasado. Tengo todas las horas ocupadas. -¿Cómo es un día en tu vida? -Hoy me levanté, fui a entrenar, de ahí tuvimos una reunión en la productora, después esta nota, vinimos acá. Y ahora volveré a casa y ahí es cuando agarro el teléfono y empiezo a responder varios pendientes que tengo. Ahí pueden entrar colectas o cosas que tengan que ver con algo más de lo que hago yo en redes sociales. Seguramente grabe un video, lo edite y lo suba a la noche. Y en la mitad, por ahí un amigo me dice “¿hacemos un asado?” y tiro toda a la mierda y me voy. O sea, no hay mucha organización. Santi Maratea, en la charla, mate de por medio, con María Lapadula. Foto: Fernando de la Orden. -¿Y esto es compatible con el fútbol? -Sí, porque entreno a la mañana, muy temprano. A las ocho voy al club, entreno hasta las 11 y de ahí ya me iría directo al canal, al estudio. -Esto del fútbol, si bien se sabía que a vos te encantaba, fue medio una sorpresa que empieces a jugar… ¿Es más como una pasión o lo tomas realmente como un trabajo más? -Lo tengo que tomar como un trabajo porque así se lo toman todos mis compañeros y es lo que tiene el hecho de que sea profesional. Entrenamos de lunes a sábado. A veces entrenamos los domingos. Obviamente no hay feriados ni nada. Y hay mucho del cuidado que tenés de vos mismo, en el resto del día después del entrenamiento. Casi que mis compañeros del club están todo el día metidos en el trabajo, digamos, como futbolista. Y a mí me obliga a tomármelo con la misma seriedad. Obvio, de qué voy a vivir el día de mañana no depende de mi éxito en el fútbol… Me lo puedo tomar con más tranquilidad. A mí lo que me gusta es que me hace muy bien y me lo puedo tomar con más calma. Obviamente que también enfrento frustraciones, cansancio, dolores... pero me hace bien. Por eso lo sigo haciendo, porque todos nos quedamos donde nos hace bien y nos gusta. Santiago Maratea, el día que se sumó a Colegiales. Actualmente juega en el equipo de reserva. Foto: Instagram. -Recién hablabas de terapia... Y se nota que estás atravesando muchos cambios… ¿Cómo se dieron? -En un momento dije “quiero cambiar”, “quiero estar mejor” y entendí que si no lo hacía, estaba yendo a un camino que solamente me iba a autodestruir, que es básicamente lo que hacía. El otro día justo lo hablé también en terapia. Mi terapeuta hace como dos años me preguntó “¿qué querés?”. Y yo me enojé ese día, me acuerdo, y la mandé un poco a la mierda porque le dije: “Me parece una pregunta hippie, una pelotudez. ¿A quién le importa qué quiero yo? Es lo de menos qué quiero yo. Lo que importa es lo que tengo que hacer para conseguir lo que tengo que conseguir y llegar a lugares que tengo que llegar”. Y bueno, con el tiempo fui entendiendo la pregunta “qué querés”, por qué es tan importante. Y lo que le decía el otro día a la terapeuta es que es casi un lujo poder preguntarte qué querés, porque hay muchas veces donde uno, sí responde a esa pregunta, la respuesta es autodestructiva. Si hace tres años me preguntabas ¿qué querés? Y yo quiero armarme un porro y faltar al laburo, ¿qué importa? O sea, ¿para qué me preguntas? Me quiero comer una pizza, fumar un atado de cigarrillo y tomar una cerveza. O sea, todo lo que quiero de algún modo me hace mal. Bueno, eso cuando lo empecé a entender, esos cambios de hábitos que me costaban un montón, hacen que hoy en día haya muchas cosas que hago porque quiero. Muchas cosas que me hacen bien las hago porque quiero y no porque están adentro de una rutina que me impuse para no autodestruirme tan rápido, que es lo que por ahí hacía antes. Santi Maratea: "Ahora muchas cosas que me hacen bien las hago porque quiero". Foto: Fernando de la Orden. -¿Era esto de la gratificación instantánea? -Sí, hay que ver dónde y cuándo nacen esos impulsos de hacer algo que a la larga te hacen mal, pero en el momento te hace bien. Hay veces, o esa fue mi historia y creo que la de muchos, que atravesás ciertas crisis y traumas y momentos difíciles donde vos necesitas una satisfacción en el momento. No me sirve algo que de acá a seis meses me va a hacer bien, porque yo lo que siento es que no voy a llegar de acá a seis horas. -Vos has hablado de traumas y momentos difíciles… ¿Esto tuvo que ver con hechos de tu vida o con algo más interno? -Un poco de las dos, en realidad. Cosas que han pasado. Y después el tiempo que te lleva entender eso que pasó. Yo generalmente de más chico creía que nada de lo que me pasaba era tan grave en realidad. Porque al fin y al cabo, al día siguiente me volvía a despertar y estaba todo relativamente bien. Pero lo que por ahí no te das cuenta cuando sos chico y te pasa algo así es que de a poco vas cambiando, no te vas dando cuenta, pero día a día se van generando ciertos cambios... Te vas aislando, empezás a generar ciertos hábitos que te hacen mal, empezás a desconectar de los vínculos que tenés y que te hacen bien... Pasa un año o dos, mirás para atrás y decís "no me afectó lo que pasó", pero al mismo tiempo, si observas y analizas sos una persona totalmente distinta y mucho más infeliz. Entonces, cuando querés empezar a hacerte cargo del dolor que haya sucedido por ahí, el laburo que tenés que hacer te das cuenta que va a ser largo. Y por ahí en el momento de empezar a laburar esos problemas, cayeron otros problemas nuevos. Para mí es un poco como el Juego de la Oca, a veces pasaba que estabas por llegar al final y te tocaba retroceder siete casilleros. Bueno, me pasó varias veces que me toque ese lugar de tener que retroceder. -Como que siempre faltaba algo más… -Por ahí la muerte de mamá tuvo un poco de eso. O sea, en la mitad de yo intentar reponerme, pasa algo externo que decís “che, parece medio joda”, pero bueno... -¿Y hubo algo puntual que te llevó a decir “quiero empezar terapia”, “quiero mejorar”? -Yo siempre digo que como mi mamá se mató, al ser mi mamá, habilitó el suicidio como final, como solución. Yo cruzo mal la calle porque mi mamá cruzaba mal la calle. Hoy en día soy grande, si me pasa algo por cruzar mal la calle me debería responsabilizar yo, pero digo, lo aprendí de ella. Y siento que el suicidio de ella, fue lo mismo. Al toque, apenas pasó, yo dije “acá se acaba de abrir una puerta”, como “bueno, si no aguantó más de última hago como mamá y me mato”. Y cuando entendí eso me agarró mucho miedo y decidí que tenía que cambiar para no llegar a esos extremos. Todo con mucho miedo, obviamente. -Todo esto de haberte acercado al fútbol, de llegar ahora a ser conductor televisivo, ¿son nuevos deseos o posibilidades que sentís que te permitiste aceptar ahora y que por ahí antes, en esa etapa de autodestrucción, no te hubieras permitido? -Lo del fútbol seguro, porque lo elijo porque me hace bien. Desde los 14 mis elecciones eran basadas en lo que me va a salvar, no en lo que me hace bien. No importa si me hace bien o mal, lo que importa es que me salve. Y la búsqueda de la fama tiene mucho que ver con eso, con salvarme de algún modo. Primero por ahí si me hice famoso y me independicé y todo y me di cuenta que seguía estando como el orto. Gran crisis... Después pasó lo de mamá y después empecé sí a enfrentarme conmigo mismo y a estar mejor, ahí pude empezar a tomar la decisión de hacer aquello que me haga bien. Pero si, de chico no lo hubiera hecho, porque me parecía absurdo hacer algo porque te hace bien. Tras superar momentos difíciles, Santi Maratea disfruta de su presente. Foto: Fernando de la Orden. -En algún momento contaste que, con las colectas, te diste cuenta que vos también merecías tu propia ayuda, ¿Cómo te cuidas hoy? -Hago terapia y soy una persona que todo el tiempo está intentando buscar lo que me incomoda para lograr cambiarlo y que me deje de ser incómodo. Así, trabajando en mí. El tema es que a veces uno puede encontrar razones para dejar de trabajar en uno mismo y priorizar trabajar en otra cosa. Hay gente que prioriza el trabajo, la familia, la plata... Y bueno, yo prioricé al otro, que también era un gran blindaje, porque quién te va a decir que dejes de ayudar a un otro. Es lo mismo que la gente que se ocupa más de sus hijos que de sí mismo. Es un gran blindaje. O sea, ¿cómo le podés discutir a alguien que deje de ocuparse de sus hijos para ocuparse de sí mismo? Es muy difícil entrar porque el argumento que tiene realmente es muy sólido, muy válido. Entonces, si yo te digo yo me estoy perdiendo, pero estoy ayudando a que otra persona se encuentre... Es muy difícil que me convenzan de que estoy haciendo algo mal. -¿Y hoy te cuesta el merecimiento? -No, no, para nada. Porque primero merezco todo lo que yo me quiera dar. -Bueno, pero no es fácil a veces llegar a eso… -No, no, no. Fácil no es. Pero yo creo que sí merezco de mi tiempo y mis herramientas para ponerlas a mi disposición para estar mejor yo. Me es mucho más difícil y me aplauden mucho menos, pero bueno, es lo que necesito hacer ahora para estar mejor y disfrutar. Video Santi Maratea habló de "sobredosis de opinión" -Si tuvieras que nombrar un solo cambio que hiciste en este último tiempo, el que más te marcó. ¿Cuál sería? -Dejar de fumar. Si, seguro. Simbólicamente, el que deja de fumar empieza a creer que puede lograrlo todo. No solo por lo difícil, sino porque para dejar de fumar, como te decía al principio, tenes que adquirir una herramienta que es esperar, esperar dos minutos a que una emoción que te está comiendo pase. Y esa herramienta la podes usar para un montón de otras cosas y es muy útil esperar a que las emociones pasen. Y una vez que la emoción pasa, tomar una decisión. -¿Cómo te ves en diez años? -Ojalá esté tranquilo. Y hable más lento, más pausado, más despacio... Santi Maratea: con quién tiene un mate pendiente y qué le diría al Santi de años atrás -¿Con quién tenés un mate pendiente y por qué? -No se me ocurre alguien que no sea mi vieja. No sé si tengo un mate pendiente, solo que bueno, no la veo hace mucho. Pensá que mi vieja nunca me vio hacer una colecta. -Si te pudieras tomar un mate con el Santi hace muchos años, ¿Qué le dirías? -Ese Santi era impenetrable, no había nada que le puedas decir. Estaría ahí. Lo acompañaría. Intentaría que no me odie. Nada más.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por