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» TN corrientes
Fecha: 08/08/2025 01:52
Ciudades Controles a los que revuelven basura: qué pasó después del anuncio y el curioso caso del “contenedor bendecido” Jueves, 7 de agosto de 2025 En algunos barrios se notó más limpieza luego del anuncio de sanciones a quienes desordenen los residuos y no los junten. Días atrás, el jefe de Gobierno porteño Jorge Macri ordenó al Ministerio de Seguridad y a la Policía de la Ciudad que, si encuentran a alguna persona o grupo de personas removiendo basura de los contenedores y ensuciando las calles, "se les exigirá que ordenen y limpien todo de inmediato". En el caso de negarse, "serán sancionados según la normativa vigente". La medida anunciada el lunes implica también multas de hasta $ 900.000 para quienes ensucien la vía pública. Con esta iniciativa se apunta a frenar los actos de vandalismo que afectan al sistema de recolección de residuos. El anuncio que se hizo el lunes por redes sociales estaba acompañado de un video policial donde se ve a dos personas siendo requisadas tras revolver contenedores, y luego obligadas a reordenar la basura. Se recorrió las frías calles porteñas durante la noche del martes y por distintos barrios para ver el impacto de la medida. "Estoy sorprendido porque en estos contenedores de la calle Sarmiento (y Billinghurst) siempre hay mucha basura y hoy me encontré con una limpieza que me llama la atención", dice sorprendido Anteo, barrendero desde hace ocho años, que desconocía la nueva normativa. "No sabía nada, qué buena noticia, porque a veces estoy como media hora para hacer una cuadra". Como dice el trabajador, predomina cierta pulcritud en el rectángulo que comprenden las calles paralelas Sarmiento y Tucumán, y Agüero y Mario Bravo. A lo sumo se ven cajas de cartón o algún viejo mobiliario a un costado del contenedor. Agente de Prevención de la Ciudad, Braian recorre la calle Bulnes y con sobriedad admite no estar muy en tema. "Vi algo en TikTok, ¿puede ser? Me parece que está bien, porque a veces me encuentro con situaciones asquerosas... ni los chanchos provocan tanta suciedad". "Tengo hambre". Es lo que se limitó a decir una persona en Balvanera, mientras revolvía un contenedor. Foto Martín Bonetto "Tengo hambre". Es lo que se limitó a decir una persona en Balvanera, mientras revolvía un contenedor. Foto Martín Bonetto Lo se que busca con esta disposición es mejorar la imagen de la Ciudad y también fortalecer la de la Policía. Fuentes del Gobierno porteño consultadas por Clarín dijeron que "se nota una reducción en algunos puntos donde se detectaban los tachos vandalizados constantemente y eso ahora no sucede, o al menos bajó el ritmo. Es pronto para hacer una análisis, estas acciones llevan tiempo y además son integrales, teniendo en cuenta que trabajan en el abordaje de la calle varias áreas: desde Desarrollo, pasando por Espacio Público y Seguridad hasta jefatura de Gabinete". La recorrida sigue por Palermo y Villa Crespo, zona de muchos bares y bodegones pero la limpieza parece ser el denominador común. "Esperá a después de las diez de la noche y esos containers pueden ser tierra de nadie", dice Daniel, un encargado que custodia la puerta de un edificio de Corrientes y Humboldt. "Sabés las veces que, sacando al perro, vi las bolsas de basura que dejé yo totalmente detonadas. Me da una bronca, porque se llena de ratas en los alrededores. Hace una semana les dije a unos pibes que se llevaran lo que quisieran pero que dejaran limpio y me mandaron al carajo... Ojalá que esta medida ayude y no sea vendehumo", agrega. En inmediaciones de Boedo, sobre la calle Quito, irrumpen furiosos la suciedad y el desorden. En un contenedor cerca de la intersección con Colombres, hay una montaña de basura desperdigada en la vereda. Desde retazos de prendas de vestir y restos de comida, hasta cajas de cartón, un colchón corroído y hasta un lavarropas desvencijado. "Todos los días este contenedor te ofrece una nueva sorpresa. Es vergonzoso", dice una vecina de Boedo. Foto Martín Bonetto"Todos los días este contenedor te ofrece una nueva sorpresa. Es vergonzoso", dice una vecina de Boedo. Foto Martín Bonetto Una pareja mayor se cruza de vereda, pero al ver al fotógrafo de Clarín retratando la situación, la mujer lanza: "Cualquier día que vengas es así, da asco. Lo bueno es que siempre te sorprende, hoy un lavarropas, el otro día un inodoro, mañana capaz que un artefacto cocina", tira con sarcasmo. Según informaron desde el Gobierno porteño, el artículo 94 del Código Contravencional de la Ciudad, establece que, “quien mancha o ensucia por cualquier medio bienes de propiedad pública o privada, es sancionado/a con uno a quince días de trabajos de utilidad pública o 81 a 1217 unidades fijas de multa". Además, agrega que "la sanción se eleva al doble cuando la acción se realiza desde un vehículo motorizado o cuando se efectúa sobre estatuas, monumentos, templos religiosos, establecimientos educativos y hospitalarios". No se advirtió presencia policial en la recorrida, incluso cuando la búsqueda se focalizó en contar con la palabra de alguna uniformado. "Agarrar a alguno que deje un chiquero va a ser más difícil que ganar el Quini", pinchó Rolando, un encargado de la calle Humahuaca. "Hay porteros que son cómplices de la roña, porque dejan las bolsas de consorcio repletas de basura a un costado del contenedor, no adentro. Ellos también deberían ser multados". En algunas calles se ve más orden y limpieza. Foto Martín BonettoEn algunas calles se ve más orden y limpieza. Foto Martín Bonetto La esquina de Tucumán y Junín invita a una nueva escala. A mitad de cuadra, sobre Tucumán, dos hombres están concentrados en abrir los hallazgos encontrados e inesperados. La presencia de Clarín genera una inesperada reacción. "No se preocupe que cuando terminamos ordenamos todo". Adrián Funes (41), conocedor de la nueva medida, confiesa: "Me agarró la policía la semana pasada en Balvanera revolviendo comida y como dejé todo sucio me querían multar con un fangote de plata. ¿De dónde la voy a sacar si no me puedo comprar una porción de pizza? Obvio que me quedé y dejé todo limpio". Funes no tiene problema de hablar con la prensa, pero pide que no lo distraigan. "Tengo una lija de aquellas, no como desde la mañana, pero con esto me voy a comprar unas papas fritas a caballo", dice esbozando una sonrisa, que cuesta por el frío. Con "esto" se refiere a varios paquetes en buen estado que encontró en una bolsa de consorcio. "Hay ropa buenísima como camisas y remeras, hay adornos, candelabros, portarretratos... Mañana me voy a Once y vendo todo, no lo puedo creer". Una postal repetida alrededor de los contenedores de basura. Foto Martín Bonetto Una postal repetida alrededor de los contenedores de basura. Foto Martín Bonetto Albañil y pintor, Funes perdió distintos trabajos por el consumo de drogas. A su lado está su amigo Leonardo Hingis (40), que acelera poniendo los objetos de valor en una bolsa, pero en silencio, sin emitir palabra. "Vivimos en la calle, cerca de la estación Retiro, ahora nos vamos para allá con todo esto. A mí me da bronca que la policía y el gobierno de Milei se meta con los pobres que no tenemos nada... Y encima nos castigan y nos quieren hacer pagar... Pero admito que está bien, tengo que ser cuidadoso y ordenado. No me cuesta nada", dice Funes, que cuenta que tiene el secundario completo. El contenedor bendecido A unos metros se escucha a otra persona indigente que llega a los gritos: "Me ganaron de mano, me ganaron de mano". Un hombre barbado, de nombre Eduardo, se acerca a Funes y le pregunta qué encontraron pero no se sorprende con el hallazgo. "Hace dos semanas, en este mismo contenedor, yo encontré cinco cajas de zapatos que estaban impecables. Y el jueves pasado, una caja con platos y cubiertos. No tengo dudas de que este contenedor está bendecido". "Está bendecido". Así fue definido el contenedor ubicado en la calle Tucumán, casi esquina Junín. Foto Martín Bonetto"Está bendecido". Así fue definido el contenedor ubicado en la calle Tucumán, casi esquina Junín. Foto Martín Bonetto Eduardo Aparicio (68) no está al tanto de la nueva normativa pero sí está de acuerdo. "Es más trabajoso ser mugriento que prolijo", se despide yendo a otro contenedor que está a cincuenta metros.. Vecino del "contenedor bendecido", Ernesto sale cada noche a pasear a su galgo. Saluda a los muchachos y cuenta que "no hay una noche que no haya alguien revolviendo el tacho. El chisme es que siempre encuentran cosas valiosas, más que comida. Es curioso lo que pasa con este container, porque veo que vienen por comida y se llevan un velador, qué sé yo...", dice. "Muchas veces salgo y les convido unos paquetes de galletitas. No me molesta que estén acá, sólo les pido que no me ensucien la vereda y les recuerdo sobre la nueva medida para evitar que sean multados", cierra. Jueves, 7 de agosto de 2025
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