08/08/2025 00:43
08/08/2025 00:43
08/08/2025 00:43
08/08/2025 00:43
08/08/2025 00:43
08/08/2025 00:43
08/08/2025 00:43
08/08/2025 00:43
08/08/2025 00:43
08/08/2025 00:42
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 05/08/2025 05:07
Random - Germán Beder Germán Beder es periodista con una carrera que abarca desde los diarios y portales deportivos hasta el streaming. Inició su trabajo profesional en el diario Olé en 2003 y luego colaboró con publicaciones como Diario Perfil, El Gráfico, Básquet Plus y Un Caño. Su trayectoria incluye la publicación de libros como Mundo Manu en 2006, con Andrés Pando; y El oro y el aro en 2011, con Alejandro Pérez, centrados en la historia y figuras del básquet argentino. Desde 2014 hasta 2019 se desempeñó como Director de Comunicaciones en la Confederación Argentina de Básquetbol y trabajó durante los últimos años de la Generación Dorada, incluyendo eventos como los Juegos Olímpicos de Río 2016 y el Mundial de 2014. También fue columnista en el programa Todo Pasa de Urbana Play. Más recientemente, consolidó su rol como figura del streaming nacional en programas como Paren la Mano y Desde el Respeto en Vorterix. Estos espacios combinan contenidos de entretenimiento y periodismo con interacción directa con la audiencia a través del chat. Con más de 300 mil seguidores solo en Instagram, ha alcanzado una gran popularidad durante los últimos dos años. En 2024 publicó su último libro: El Hombre Que Daba Charla A Los Call Center. Germán Beder reflexiona sobre su salto a la popularidad y el impacto en su vida cotidiana. (Jaime Olivos) Leo: — Te conozco desde que eras jefe de prensa de la selección de básquet y me alegra mucho tu presente. Hoy estás explotado. ¿Cómo llevás todo lo que te está pasando a nivel de exposición? Germán: — Yo estoy totalmente adaptado a la situación, sabiendo de dónde vengo. También me pasó a una edad muy avanzada, entonces yo a mis 42 años ya nada me va a mover mucho la estantería. Pero sí es verdad que cambiaron muchas cosas de lo que era mi vida cotidiana, sobre todo en cuanto al anonimato y a la intrascendencia de los lugares que yo pisaba. Ahora eso cambió un poco, pero lo disfruto. Leo: — Te escuché decir en una entrevista que si pasás, por ejemplo, por una cancha de fútbol cinco, los pibes de 25 años seguro te reconocen. Germán: — Es posible que algo manoteemos ahí porque es el público futbolero y te diría también medio virgo. De hecho, el target femenino que acompaña a nuestro proyecto debe ser del 3 o 4 por ciento. Más que nada novias y esposas que nos odian. Leo: — ¿Cómo procesás todo eso? Porque hasta no hace mucho trabajabas de hacerle la nota a deportistas destacados y ahora el de la nota sos vos... Germán: — Eso me parece que es muy fuerte. El cambio fue más brusco en ese aspecto. Yo estaba del otro lado del mostrador. Después era jefe de prensa y ayudaba a que los jugadores generen este tipo de notas y ahora me toca a mí. También muchas situaciones me dan culpa. Por ejemplo, cuando alguien me pide una nota y yo lo conozco de antes, del ambiente del básquet, ahí estoy. Realmente me cuesta decir que no porque yo antes padecía cuando me decían que no. A la vez no quiero saturar (risas). No quiero ser una persona que va todo el día por todos lados, solamente para no ser mala gente. El fenómeno del programa y la amistad entre los integrantes Leo: — ¿Qué considerarías que es lo más lindo que tiene el programa que están haciendo con Luquitas, con Robert y con Alfred? Germán: — La llegada a un target que nunca hubiese imaginado. También la química que tenemos entre nosotros, que somos verdaderamente amigos. Eso es real, no se caretea en lo más mínimo. Nuestro vínculo se fue formando al aire, construyendo y potenciando. Hoy en día es algo sólido que va a trascender el programa incluso el día que termine, si un día termina. Yo ahí conocí cuatro amigos que no tenía. Bueno, Joaquín sí ya era amigo de antes, pero con lo demás no nos conocíamos y eso es lo que rescato. Después las vueltas de la vida. Cuando yo, por ejemplo, terminé el Mundial de China, dije: “Esto fue el pico de mi vida…" Leo: — Te referís al Mundial de China de básquet, en 2019. Germán: — Sí. Ahí dije: “Este fue el pico de mi vida. Yo no voy a vivir nunca más la experiencia de estar en un grupo así”. Estuve tres meses afuera de mi casa. Argentina metió un torneo terrible. Este debe haber sido mi pico, pensé. Y después pasó que la vida me fue llevando a otro lugar. Y surgió esto: fuimos a Qatar, vi a Argentina campeón de mundo… Muchas experiencias que nunca hubiese imaginado tener. Estar en un teatro y que la gente nos aplauda. Son mil cosas que ahora tomo con más naturalidad, pero no dejan de parecerme ridículas e inesperadas. Totalmente inesperadas. Leo: — Para mí, ese es el punto del programa. La gente percibe que son un grupo de amigos de verdad y eso no se da siempre. Es un hallazgo. ¿Cuál creés que es la razón por la que esa amistad funciona tan bien en pantalla? Germán: — No sé la fórmula. Lo que percibo en este último tiempo es esto que decís vos y me estoy dando cuenta que no va a ser fácil replicarlo en el futuro si un día hay que buscar otra variante laboral de armar un programa con más gente. Esto que pasó, no es lo normal, es totalmente aleatorio. Se tiene que generar muchas cosas: que las personas que componen ese grupo ocupen roles y esos roles sean manera de acercarse a la gente y que uno sea más tímido, el otro sea más encarador, uno más carismático, uno más líder. Eso es difícil y se dio así. Leo: — ¿Discuten? ¿Se pelean por cosas del programa? No solo entre ustedes, me refiero al grupo general con la producción y todos los que forman parte... Germán: — Situaciones de tensión o roces hemos tenido porque es inevitable, pero se charlan grupalmente y se sacan adelante. Yo veo muchos grupos que se construyen en canales de streaming, vos lo verás también y te das cuenta rápidamente que hay fórmulas que están forzadas y que no van a funcionar. Pero está bien, es trabajo. Es muy difícil que siempre se genere esto, entonces también hay que aceptar que a veces podés estar en una mesa con alguien que no te cae tan bien y te la tenés que fumar porque hay que laburar. Leo: — Yo creo que les caés muy bien a tus compañeros y al público porque los divertís, pero con tranquilidad, desde un perfil bajo y muy genuino, ¿no? Germán: — Puede ser. Yo creo que se percibe que no tengo un afán de protagonismo y yo no me voy a comer la cancha, no voy a ir nunca a una reunión y a tratar de opacar a alguien. Todo lo contrario. Cuanto más al costado esté, más cómodo voy me voy a sentir. Y eso en el ambiente este no es tan frecuente. Yo creo que ahí está el secreto de que me pueda sentar bien. “Yo nunca besé, a mí siempre me besaron”, confesó Germán en diálogo con Leo Montero. (Jaime Olivos) La experiencia de la paternidad Leo: — Y a todo lo que estás viviendo, se le sumó Olivia y convertirte en papá primerizo… Germán: — Sí. No duermo nunca. Me cag* a patada, me trata mal. Por momentos siento que no me quiere, pero después va a cambiar (risas). Yo siento que… Leo: — Después va a entrar en razón... Germán: — Venía con la idea de ser padre hace mucho tiempo y cuando empezó esto a escalar dije: “A mí me puede servir para correr un poco el ego y no estar tan pendiente de las redes”, como nunca me había pasado de tener exposición. De pronto empecé a querer pretender unanimidad, con todos los riesgos que eso implica y saber que además es totalmente utópico. Leo: — No tener hateo de nadie es imposible. Germán: — Es una estupidez. Es imposible. Hoy en día, sobre todo que hay tanta hostilidad. Es muy difícil. Entonces, el hecho de que viniese Olivia también me permitió correrme de ahí. No me da el tiempo para estar realmente… Leo: — ¿Cuando dijiste: “Mi mujer está embarazada, vamos a tener una hija” te sucedió esto? Germán: — Sí, fue un granito de mil cosas que sucedieron. Desde el lado de correr el ego de lado, sí sucedió. Pero a la vez envejecí 70 años en un año y medio me vine a pique (risas). No encuentro momentos para mí en ningún momento. Es avasallante la experiencia. Leo: — ¿Y tu mujer está igual? Germán: — Sí, ella es como que se entregó totalmente a la maternidad. Lo disfruta también, pero con momentos de padecimiento porque a la noche es muy bravo todo. Yo por ahí llego, me voy a dormir y Olivia se despierta de dos a cuatro de la mañana y hay que estar ahí. “Dormite, te lo pido por Dios, por favor”, le decís y es muy duro. Y no se duerme… Leo: — Del uno al diez calificate como papá de Olivia. Germán: — De día me pongo un ocho. Trato de estar todo el tiempo y de hacer todo lo que se me pide. En la casa también: hago mandados, salgo con ella a pasear y todo bien. De noche baja a cinco porque me pongo mal cuando no puedo dormir... Pareja, convivencia y su visión sobre las relaciones Leo: — ¿Hace cuánto están juntos con tu esposa? Germán: — Con Paula estamos juntos hace nueve años y casados hace un año y medio. Leo: — ¡Una década ganada! Pero, por algunas declaraciones que te escuché, entiendo que, según tu perspectiva, no te considerás un seductor. Germán: — Yo nunca besé. A mí siempre me besaron. Esa es una referencia que te te puedo dar… Yo nunca pude darle el beso a una mujer. Todas las veces sucedió que… Leo: — El titular es: “Yo nunca besé...” Germán: — Nunca le puedo tirar la boca a nadie. Leo: — ¿No avanzabas? Germán: — Yo lograba hacer que fuese todo tan explícito que en un momento se generaba el beso. La piba diciendo: “Bueno, avanzo yo, este es un tarado, esto corresponde el hombre”. Yo intuía que me estaban dando el espacio, que se generaba el silencio y yo no hacía nada... Leo: — ¿Y con Paula fue igual? Germán: — Sí, ella me dio el beso. Leo: — La diferencia es que este beso duró diez años... Germán: — Y además yo ya quisiera retirarme así del mercado sin tener que volver a salir a las pistas. Nada… Leo: — Esperemos que nunca termine, pero si pasara. Imaginate un Beder de 60 años, que tiene 30 años de matrimonio, dos hijos… ¿Estaría solo? ¿No conviviría más con nadie? Germán: — Eso te lo garantizo. Si yo un día me separo, no convivo ni en ped* nunca más con nadie, ni siquiera voy a permitir gente alrededor. Me alquilo un piso entero y lo hago todo uno para no tener contacto con nadie. Nunca más. Leo: — Lo escucho de mucha gente que tiene relaciones largas y dice: “El día de mañana, si se acaba esto, nunca más”. ¿Por qué será? Germán: — Yo creo que uno empieza a necesitar sus propios espacios. Y cuanto más grande te ponés, más quisquilloso. Cuando uno envejece, no quiere que le vean las miserias, ¿viste? Que le cuenten las costillas, menos ganas tenés… Leo: — ¿Vos sos muy quisquilloso? Germán: — Yo soy quejoso, soy una persona quejosa en su cotidianidad. Yo me levanto y ya desde ahí en adelante, sin molestar a nadie, emito quejitas. Que me duele la espalda, que no dormí bien. Siempre surge algo. Leo: — Vos sos el que decís: “¡Put* madre, llueve!”. Germán: — Sí. La put* madre, llega tarde la niñera. Siempre hay algo, siempre hay algo. La transformación de Beder, el hombre que cambió la prensa deportiva por el streaming y conquistó a la nueva generación. (Jaime Olivos) Quién y por qué Leo puso a Germán Beder frente a un insólito cuestionario para testear su lealtad, sentido práctico y capacidad de elegir aliados en situaciones extremas. Leo: — ¿Quién de estas tres personas y por qué organizaría mejor tu velorio? Solo podés elegir una opción: Chapu Nocioni, Facu Campazzo o Luquitas Rodríguez. Germán: — Facundo porque de estos tres es el que más me conoce y me quiere. El que más familiares conoce también... Leo: — ¿Pero sería bueno organizándolo más allá de que te conoce? Germán: — A ninguno de los tres los veo sólidos en el armado del evento, pero él es el que podría... Hablaría sentido, trabadito capaz, pero creo que sería por lo menos responsable en el armado del evento. Leo: — Siguiente situación. ¿Quién y por qué de estos tres es el primero al que llamarías si se te pincha una goma del auto en la 9 de Julio a las seis de la mañana? ¿Quién te ayudaría? Germán: — Andrés Chapu Nocioni porque es el más forzudo de esos tres. Es el que más estaría dispuesto a levantarse a la mañana, porque él desde hace muchos años lleva a sus hijos al colegio, aún acostándose a cualquier hora. Y tiene cierto conocimiento mecánico. Puede sacarlo adelante. Con Facu ya se me quedó el auto sin batería y él no supo qué hacer. Tuvimos que llamar al hermano que viniera a ayudar. Y Lucas es muy quedado con eso y yo estoy en esa escuela, también. Leo: — Si, Dios no lo permita, sale una noticia falsa de que estafaste a una cadena hotelera. ¿Cuál de los tres sería el mejor abogado mediático para defenderte y por qué? Germán: — Pero sin lugar a dudas: Lucas Rodríguez. Es una persona que es capaz de convencerme de cualquier cosa desde hace años y convence también a todos los demás de lo que quiere. Es una locura como él te va comiendo la cabeza de a poquito y, en un momento, estás en su barco haciendo lo que él quiere. Una de sus grandes características como líder, también, es convencer a todos. Es impresionante.
Ver noticia original