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  • Nuevo rol en los rodajes: coordinadoras de intimidad para cuidar escenas de sexo, desnudez y violencia

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 05/08/2025 05:07

    Informe - Coordinadora de intimidad “Nos encargamos de gestionar todas las escenas que implican desnudez, besos, sexo simulado o violencia, garantizando el consentimiento y bienestar de cada persona involucrada”, explicó Tati Rojas, coordinadora de intimidad, al describir el alcance de un rol poco conocido en la industria del espectáculo. Su tarea va mucho más allá de marcar límites físicos, abarca también el acompañamiento emocional y psicológico de quienes participan en este tipo de secuencias. La figura de la coordinadora de intimidad redefine el modo en que el cine aborda las escenas sensibles. En una profesión que surgió recientemente, en respuesta a la necesidad de proteger a las y los artistas y equipos. Rojas es una de las pocas especialistas en el país. Desde el primer encuentro con directores hasta el uso de formularios y coreografías específicas, su trabajo permite que la representación de la intimidad en la ficción sea segura, respetuosa y acorde al consentimiento explícito de cada persona. “No solo nos ocupamos de sexo simulado. Cuidamos los detalles en situaciones de violencia o cualquier escena que exponga emocional o psicológicamente a los intérpretes”, explicó Tati Rojas, coordinadora de intimidad. Qué hace una coordinadora de intimidad La tarea consiste en gestionar todas las escenas que implican algún tipo de desnudez, beso, sexo simulado o violencia. “Trabajamos en cualquier situación donde haya contacto físico y consentimiento”, detalló la especialista y señaló que, incluso una escena de parto, puede requerir su intervención. El rol abarca mucho más que lo sexual. “No solo nos ocupamos de sexo simulado. Cuidamos los detalles en situaciones de violencia o cualquier escena que exponga emocional o psicológicamente a los intérpretes”, aclaró. La labor comienza con reuniones con directores para definir los planos, la manera en que se filmará y los límites que desean los artistas. “Sí o sí me tengo que juntar con el director o la directora y que me digan qué quieren específicamente”, remarcó. Posteriormente, el trabajo pasa al encuentro con los artistas, donde se aclaran las partes del cuerpo que pueden mostrarse, qué tipo de contacto físico aceptan y cuáles son sus límites. “Un beso es lo más real que hay. Podemos simular una penetración, pero el beso es verdadero, se lo dan de verdad”, especificó. Además, la coordinadora de intimidad se responsabiliza por el acompañamiento emocional. De acuerdo a su experiencia, muchas veces situaciones personales se mezclan con la ficción y su función es ayudar a separar esos planos y contener a quienes lo necesitan. El rol no solo está al servicio del elenco, sino también del equipo técnico, abriendo un espacio para que cualquier integrante pueda manifestar incomodidad y, si es necesario, dejar de participar de una escena. “Se reemplaza a esa persona si no está cómoda”, explicó en relación a casos en los que miembros del equipo han preferido no estar presentes ante una situación compleja. Tati Rojas y Valentina Zenere repasan escenas de En el barro, la nueva serie de Netflix. El origen del rol y su desarrollo en la industria audiovisual El papel de la coordinación de intimidad nació a partir del movimiento Me Too en Estados Unidos durante los años 2017 y 2018. “Alguien se preguntó por qué había coordinadores de pelea para coreografiar y proteger a los actores, pero no existía ese mismo cuidado para las escenas íntimas”, contó Rojas. Así como en las escenas de violencia se utilizan protecciones para evitar lesiones reales, en las de intimidad también se implementan estrategias para que la simulación sea creíble y segura para todos los involucrados. La coordinadora remarcó que, a diferencia de otros aspectos técnicos, el acompañamiento en escenas íntimas requiere conocimientos adicionales en comunicación no violenta, sexualidad y primeros auxilios psicológicos. Destacó que el objetivo principal es prevenir abusos físicos y psicológicos, problemáticas que, según sus palabras, han sido frecuentes en la industria tanto fuera como dentro de Argentina. El trabajo de estos profesionales implica coreografiar cada contacto y marco de consentimiento, permitiendo que las escenas sean actuadas sin generar situaciones indeseadas. La llegada de este rol respondió a una necesidad urgente. “La representación de la sexualidad debe ser buena, ni muy fingida ni limitada a lo que se suele consumir culturalmente”, concluyó Rojas sobre el impacto positivo de la figura en los rodajes. Para aumentar la seguridad durante las grabaciones se utilizan barreras físicas Herramientas, protocolos y cuidados en las escenas de intimidad “Lo primero es que se respete el consentimiento del actor o actriz”, enfatizó. Cada proceso comienza por detallar límites claros: qué se puede mostrar, qué partes del cuerpo pueden tocarse, y qué tipo de acciones están permitidas. Esto se plasma en formularios de verificación conocidos como checklist de consentimiento físico, donde se pregunta de manera específica sobre besos, lamidas, tipo de desnudez y contacto físico. “Tengo un formulario como protocolo, aunque la palabra asuste. Ayuda a pensar porque los actores suelen naturalizar conductas y después pueden chocar con la incomodidad”, explicó. Para aumentar la seguridad durante las grabaciones, se utilizan barreras físicas. Entre las más empleadas están las protecciones de tela fina, del color de la piel, que cubren los genitales y permiten que la simulación sea precisa pero segura. “Las protecciones cubren completamente y quedan pegadas al cuerpo, así se siente seguridad y el roce es mínimo”, relató Rojas. Estas prendas, que en países como Estados Unidos, Inglaterra y Canadá son profesionales y se producen especialmente, empezaron a utilizarse en la industria local hace apenas tres años. En cuanto a las técnicas para simular contacto sexual, se emplean pelotas pequeñas de distintos tamaños, similares a las de pilates, para crear una distancia entre los cuerpos y hacer más natural el movimiento: “La pelota da libertad de moverse sin contacto directo con el compañero. El movimiento resulta mucho más real y es más fácil actuar”, puntualizó la especialista. Antes de que existiera este rol, los cuidados quedaban en manos de vestuario y maquillaje, quienes improvisaban con medias o trucos caseros. Actualmente, el rol se centraliza y profesionaliza. “La producción está legalmente más cubierta cuando cuenta con una coordinadora y es difícil que sucedan situaciones indeseadas”, aseguró. El acompañamiento incluye definir palabras de seguridad, el uso de artículos para la higiene durante los besos y una constante revisión del bienestar físico y emocional de cada persona involucrada en la filmación. Así, la coordinación de intimidad sostiene desde el ensayo hasta la finalización de cada toma una atmósfera de respeto y cuidado donde nada se deja librado al azar y donde los protocolos garantizan la simulación. Tati Rojas y Candela Vetrano practican una escena en el inicio de los ensayos Experiencias en la industria argentina y el estado actual del rol La figura de la coordinadora de intimidad todavía no es obligatoria en el país, aunque su presencia es cada vez más requerida. “Algunas plataformas lo piden, pero la mayoría no. Afuera ya es obligatorio en algunos lugares”, explicó Rojas. Sin embargo, tanto actores como actrices reconocen el valor de esta protección y solicitan este acompañamiento como un derecho en las producciones actuales. “Quienes filmamos hace muchos años sabemos lo difícil que era actuar escenas de intimidad antes, lo que se tardaba y lo incómodo que resultaba”, recordó. Las historias de experiencias negativas son frecuentes en la industria local. Rojas mencionó casos en los que intérpretes y técnicos han atravesado límites que no debían cruzarse. El caso de Calu Rivero en su paso por Dulce amor fue representativo. “Las escenas eran mucho más fuertes de lo que deberían haber sido y duraban días cuando no era necesario”, alertó. Gracias a la incorporación de la figura de la coordinadora, muchos procedimientos se han transformado. Ahora, por ejemplo, se regula la duración de las escenas, evitando largas jornadas de exposición. “Nos encargamos de la duración, del consentimiento, de que no haya situaciones incómodas y de filtrar detalles como si el beso lleva lengua o no, o qué partes del cuerpo pueden ser filmadas”, detalló la coordinadora. El trabajo de Tati y sus colegas es reciente y por ahora hay solo cuatro profesionales en el país que trabajan para armar una comunidad y profesionalizar el sector. “Es un rol tan nuevo que también es difícil poder hacer una formación acá”, comentó. Su labor abarca distintos géneros y proyectos, incluyendo series como Coppola, En el Barro y Despertar de primavera. Aunque muchos de sus trabajos actuales se mantienen bajo cláusulas de confidencialidad, la presencia de este rol representa un respaldo legal y humano tanto para intérpretes como para las producciones, asegurando que cada escena de intimidad se desarrolle bajo parámetros de respeto y seguridad.

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