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Parana » Uno
Fecha: 04/08/2025 16:50
Hace dos décadas recorrimos cientos de kilómetros por las rutas entrerrianas para contar y distinguir animales silvestres chocados en las rutas, y recordamos, ya entonces, que el problema era grave pero menospreciado porque, en títulos, ganan las muertes de personas en las mismas circunstancias. Zorros, comadrejas y decenas de otras especies que habitan los montes y pastizales vecinos a las rutas son atropellados a diario, sea cuando se cruzan para su vida cotidiana o cuando van a comer despojos en las banquinas. Las muertes llaman otras muertes. Desde entonces, los estado nacional y provincial y las empresas han construido más autovías con un adicional: el tabique al medio por kilómetros, de modo que la comunicación de los ejemplares de las mismas especies se hace casi imposible en esos tramos, salvo para las aves. Los datos son conocidos, el problema es evidente, pero volvemos a nuestras rutas y no hallamos obras o sistemas que faciliten la relación de las especies. Los hay en otras latitudes, y aquí brillan por su ausencia. De modo que las banquinas se convierten en un registro de cadáveres. Animales La comadreja mora sigue siendo víctima principal, por su abundancia y por sus hábitos de alimentación, su marcha lenta y su vida nocturna. Esta especie compite con las aves en cantidad de ejemplares masacrados por el apuro del hombre. Es uno de los más antiguos bichos autóctonos de la región, pariente no muy lejano de los marsupiales australianos. Su antigüedad y sus modos, bien divulgados por especialistas hace más de un siglo en la región, hacen de la comadreja, también llamada mbicuré, un emblema del Espinal. La especie humana, nuevita en esta región, fue recibida hace menos de 15.000 años por la comadreja, pero desarrolló modos de viajar poco razonables. No sólo matamos a nuestro anfitrión: también matamos a nuestros hijos, como no lo hace ninguna otra especie en sus viajes diarios. Aves y comadrejas, entonces, van al frente. En una oportunidad, entre Paraná y Chajarí contamos 17 zorros aplastados en las banquinas. Desolador. También se ven víboras de distintas especies, ranas, zorrinos, iguanas, tortugas, peludos y mulitas, ratas, cuises y hasta nutrias (coipos) de hábitos acuáticos. Se suman perros, gatos y aves de corral. Los ejemplares de gran porte suelen inquietar más por los daños que ocasionan al vehículo. De hecho, también se dan accidentes más riesgosos con vacunos y caballos sueltos. Promedio inquietante Las rutas nacionales 12 y 127 muestran ejemplares de una gran variedad de especies, chocados por vehículos. De Paraná a Concepción del Uruguay, por las rutas Nacional 12 y Provincial 39, contamos entonces a la vista, a lo largo de 250 kilómetros, cinco comadrejas. Además: un zorro (Lycalopex), dos zorrinos (Conepatus chinga), dos lagartos overos (Tupinambis merianae ), dos víboras, tres perros, diez aves, y otros 18 animales de distintas especies a veces irreconocibles. Es decir, 43 ejemplares (uno cada 6 kilómetros) que habían perdido la vida en la ruta en pocas horas. De Paraná a Larroque, por las rutas provinciales 11 y 16, hallamos en 260 kilómetros 52 ejemplares. Un promedio parecido. En Entre Ríos poco más del 13% de la red de rutas y caminos está pavimentada, el resto se compone de caminos vecinales. Allí se viaja a menor velocidad, pero la presencia de animales es mayor. Los cálculos pueden ser diversos, pero se trata de miles de ejemplares muertos por semana, sin contar los efectos de su desaparición sobre pichones y crías. También personas En 2024 murieron 177 personas en las rutas entrerrianas. Casi 6.000 en el país. En 2023 más de 6.000 en el país y 218 en Entre Ríos. En 2022 más de 6.000 en el país también y 215 en la provincia. En 2021 casi 6.000 en el país y 204 en Entre Ríos. Hace diez años (2015) los muertos fueron más de 7.000 en el país y 244 en la provincia. Hace 20 años (2005) murieron más de 7.000 en el país y 281 en la provincia. En 1995 murieron más de 8.000 en el país y casi 300 en Entre Ríos, y estamos hablando de hace 30 años. Los datos son de la organización Luchemos por la Vida. Una suma razonable dice que en tres décadas murieron en el país unas 180.000 personas en accidentes de tránsito, muchas de ellos niños y jóvenes. Y en la provincia unas 6.000 personas. Hay ciudades bien conocidas, y con historia, que cuentan mil habitantes. Quiere decir que en solo 30 años aniquilamos a las poblaciones completas, sin dejar un bebé siquiera, de 180 localidades como esas en la Argentina. El apuro moderno es fatal. Hay muchos países con una proporción baja de accidentes en relación con sus habitantes. Eso significa que se puede prevenir. Las rutas son una guillotina. Bajar la velocidad, mejorar los pavimentos (lo cual requiere inversiones que hoy no se hacen), y la señalización, dar cursos de capacitación, ofrecer sugerencias a los automovilistas, garantizar el cumplimiento de las normas… En el caso de los demás animales: pasos subterráneos o elevados, sistemas para disuadirlos, reducción de velocidad de los vehículos, principalmente en las zonas con rutas tabicadas. Y lo más importante, que el territorio de Entre Ríos reclama a gritos: los corredores biológicos en las proximidades de las redes de ríos y arroyos. Cada 1ro. de enero, los organismos públicos renuevan un formulario con casilleros vacíos. Saben que en el país morirán 6.000 personas, en la provincia 200. A lo largo de las semanas irán llenando esos casilleros. Niños, jóvenes, mujeres embarazadas, obreros, turistas… Todas las personas registradas allí somos y seremos nosotros; todos los ejemplares atropellados son iguales a nuestras más queridas y adoradas mascotas.
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