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» Misionesopina
Fecha: 04/08/2025 10:30
ner> Los accidentes cerebrovasculares (ACV) son una de las causas de muerte y discapacidad más importantes a nivel mundial. En Argentina, se estiman unos 50 y 60 mil casos al año, lo que equivale a un evento cerebrovascular cada 9 minutos. La hipertensión arterial es el principal factor de riesgo: está presente en el 88% de los casos. El jefe del Servicio de Neurología del Hospital Madariaga, Carlos Barros Martínez, precisó a PRIMERA EDICIÓN que en la provincia “hay una frecuencia alta de ACV”, principalmente en los grupos de riesgo, y que las atenciones en ese nosocomio pueden alcanzar los 8 a 10 casos por semana. Alta demanda En entrevista con este medio, Barros Martínez indicó que en la provincia actualmente “hay una frecuencia alta de accidentes cerebrovasculares. En el Servicio de Neurología, todas las semanas entre ocho o diez pacientes ingresan por ACV en diferentes tiempos evolutivos”. En el Hospital Madariaga asisten a pacientes provenientes principalmente de las zonas sur y centro, ya que Eldorado cuenta con un equipo de neurólogos que atiende la demanda de esa localidad y la zona norte. En cuanto a la edad de los pacientes, el neurólogo especialista en movimiento indicó que si bien el rango más común es entre los 60 y los 65 años, “no hay edad para el ACV. No son los más comunes, pero a veces hay pacientes que tienen 30 años y sufren un episodio”, contó. Sobre la atención que requieren estos cuadros, Barros Martínez puntualizó que “es importante el tiempo de ventana, de hasta 4 horas y media desde que comienzan los síntomas”, ya que una respuesta rápida puede ser determinante para definir el tratamiento y las posibilidades de recuperación del paciente. “Algunos pacientes pueden ser candidatos a recibir un tratamiento que se llama trombolítico. Es un anticoagulante muy potente que permite desobstruir o disolver coágulos. Cuanto antes pueda administrarse, y si es exitoso, más probable es que se restituya la circulación (sanguínea) y que el área del infarto del cerebro termine siendo mucho menor”, agregó. Si el afectado llega fuera de esa ventana, se tratará con prevención secundaria, que “consiste en darle medicación antiagregantes, como la aspirina, y otros fármacos que son las estatinas, que se utilizan para estabilizar las placas de colesterol o tratar el colesterol directamente”, completó. Este cuadro requerirá de mayor tiempo y trabajo de rehabilitación. Factores de riesgo Entre los indicadores más habituales que aumentan las posibilidades de sufrir un ACV se encuentran la hipertensión arterial, la diabetes, el tabaquismo, la obesidad e índices de colesterol y triglicéridos altos y que no estén controlados. Otro factor importante son las arritmias cardíacas, como la fibrilación auricular, el tipo más frecuente. “La arritmia favorece que el corazón no lata de una forma adecuada, entonces se forman trombos en las aurículas. Eso puede potencialmente salir disparado, o embolizado, e impactar en cualquier órgano. Muchas veces va al cerebro y por ese motivo puede ser otra causa de un accidente cerebrovascular isquémico”, completó Barros Martínez. Es fundamental mantener el control del colesterol y la presión arterial en valores normales y concurrir de inmediato a un centro de emergencias si se detectan síntomas como debilidad o sensación de adormecimiento en la cara; problemas para caminar, hablar o entender lo que se dice; mareos, pérdida de equilibrio o falta de coordinación del cuerpo y dolor de cabeza intenso y repentino. Relación con anabólicos Barros Martínez señaló que la vinculación entre los episodios de ACV y el consumo de anabólicos, que crece cada vez más entre los jóvenes, aún es materia de investigación a nivel mundial. Sin embargo, aseguró que “hay estudios que demuestran que el uso de anabólicos y esteroides puede generar que aumente la presión arterial, que haya crisis hipertensivas si su consumo no está controlado adecuadamente o indicado por un médico”. El consumo de estos suplementos puede favorecer la aparición de arritmias y el aumento de la aterogénesis, que es el proceso de formación de las placas de colesterol en las paredes de las arterias. A nivel clínico, este cuadro puede potenciar de forma secundaria un accidente cerebrovascular. “No quiere decir que siempre va a ocurrir, pero potencia notoriamente los factores de riesgo de ACV”, afirmó. En la actualidad, el aumento de pacientes jóvenes que sufren episodios de ACV “no se investiga directamente relacionado con el uso de anabólicos, pero sí es mucho más común que hace unos 10 años la ocurrencia”, precisó Barros. Fuente: Primera Edición
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