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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 03/08/2025 16:31
El Gran Premio de Hungría 2025 dejó un sabor amargo en Ferrari, que había llegado al trazado de Hungaroring con grandes expectativas. Charles Leclerc, quien había logrado la pole position el sábado y mostró un gran ritmo competitivo durante las primeras fases de la carrera, vio desaparecer todas sus opciones de victoria por un problema técnico que condicionó totalmente el rendimiento de su SF-25. La decepción del piloto quedó reflejada tanto en sus declaraciones públicas como en sus comunicaciones por radio durante la prueba. Ferrari inició el fin de semana con la esperanza de conquistar su primer triunfo del año. Las sensaciones positivas se mantuvieron hasta la segunda parada en boxes de Leclerc, cuando ocupaba posiciones punteras y todo parecía bajo control. Sin embargo, a partir de la vuelta 40, el panorama cambió por completo. El monoplaza número 16 perdió rendimiento de manera abrupta, lo que no solo alejó a Leclerc de la pelea con McLaren, sino que también le impidió defender el último escalón del podio, culminando cuarto en una carrera marcada por la frustración. Tras el término de la carrera, Leclerc explicó ante los medios lo sucedido con su coche: “Obviamente en el coche no tenía toda la información, pero ahora la tengo. A partir de la vuelta 40 tuvimos un problema de chasis. A partir de ahí fui un pasajero, no pude hacer nada. Tuve mucha frustración en el coche porque pensé que el problema venía de otra decisión tomada en el coche, pero no fue así”. La versión de Leclerc difiere de la aportada por el director del equipo, Frédéric Vasseur, quien señaló posibles problemas con la presión de los neumáticos como factor determinante. A pesar de la discrepancia, para el piloto monegasco el diagnóstico es claro: el chasis fue el elemento que lo privó de un mejor resultado. Leclerc acabó cuarto en el GP de Hungría (Reuters) Durante la propia carrera, la tensión entre el piloto y el muro de Ferrari fue evidente en las comunicaciones por radio. “Vamos a perder esta carrera con estas cosas. Estamos perdiendo mucho tiempo”, expresó Leclerc mientras aún lideraba. Poco después, la frustración aumentó y alcanzó a su ingeniero: “Esto es increíblemente frustrante. Hemos perdido toda competitividad. Solo tienen que escucharme. Habría encontrado una forma diferente de gestionar esos problemas. Ahora es simplemente inmanejable. Inmanejable. Es un milagro si terminamos en el podio”. Leclerc no ocultó su desencanto por lo ocurrido, especialmente porque en Hungría había visto la mayor posibilidad de triunfo de todo el curso. “La decepción y la frustración están ahí de todas formas, porque si había una oportunidad en la temporada en la que podíamos haber ganado era hoy. El ritmo estaba ahí hoy. En el primer stint lo había, en el segundo hasta la vuelta 40 más o menos. Luego, en las últimas 30 vueltas, perdimos unos 45 segundos .... Estoy muy decepcionado, pero así son las carreras. Y ahora que entiendo lo que pasó entre bastidores.... Son cosas que no se pueden predecir”. El piloto monegasco insistió en su visión crítica sobre el desarrollo del campeonato y el funcionamiento general de Ferrari en 2025. “De esta primera parte de la temporada no salvo nada. Estoy muy decepcionado, porque cuando tenemos una oportunidad de ganar hay que aprovecharla, y hoy no lo hemos hecho. Por ahora es lo que me queda de esta primera parte de la temporada”. Pese a los pasos adelante que reconoce en el desarrollo del monoplaza, Leclerc admitió que las circunstancias actuales dificultan ver los avances logrados: “Luego seguro que se han dado pasos adelante, estoy contento de lo duro que hemos empujado para intentar traer estas actualizaciones, pero en días como este es muy difícil ver las cosas positivas, estoy muy decepcionado”. El cuadro general para Ferrari resultó sombrío. Lewis Hamilton quedó fuera de los puntos tras terminar duodécimo y el propio equipo ha comenzado a redirigir su atención y esfuerzos hacia la temporada 2026. La Scuderia abandonó Hungría con la convicción de que el actual campeonato se ha convertido en una travesía cuesta arriba y la sensación de que las oportunidades desperdiciadas pesan cada vez más en Maranello.
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