03/08/2025 16:21
03/08/2025 16:20
03/08/2025 16:20
03/08/2025 16:20
03/08/2025 16:19
03/08/2025 16:18
03/08/2025 16:18
03/08/2025 16:17
03/08/2025 16:17
03/08/2025 16:16
Parana » AnalisisDigital
Fecha: 03/08/2025 13:31
La pista de aterrizaje está ubicada a unos 500 metros del exclusivo country Campo Timbó, en Oliveros, a 50 kilómetros de Rosario. Tiene una extensión de unos 1500 metros y está enclavada en medio un campo que hoy está sembrado de alfalfa, y muy cerca de un camino que tiene un asfalto impecable, que desemboca en el barrio cerrado. Allí funcionaba, en una zona que está muy cercana a las terminales portuarias de Timbúes y Puerto General San Martín, un aeródromo narco, que controlaba Brian Bilbao, un empresario narco que invirtió en medios de comunicación, publicidad para la política, traía artistas de renombre, tenía una flota de taxis y bares, entre otros emprendimientos. Esta semana el gobierno de Santa Fe ofreció $40.000.000 de recompensa para quien aporte información sobre su paradero desconocido desde octubre de 2023. El hangar donde trabajaba un grupo de colombianos que llegaron desde Medellín, que eran pilotos y mecánicos, fue desmontado, y hoy sólo quedó la losa donde se apoyaba la estructura metálica, que construyó Bilbao. Es extraño que todo se desmontó rápidamente. Lo sorprendente es que esta pista no se construyó en un lugar inhóspito, sino a pocos metros de un lujoso country, y a menos de cinco kilómetros de la Termoeléctrica General San Martín, que tiene seguridad privada y de agentes federales. Los investigadores, al mando de los fiscales Diego Iglesias y Matías Scilabra, de Procunar, creen que la pista estaba ubicada en un lugar estratégico, por su cercanía con el río Paraná, por dos motivos: se sospecha que los cargamentos de cocaína que traían las avionetas desde Paraguay y Bolivia eran “bombardeados” en la zona de las islas que están a unos cinco kilómetros de la pista. Otra razón es que las aeronaves aterrizaban sin droga en ese lugar a la vista de todos. La cercanía con el Paraná también enciende otra sospecha cada vez más clara: por la cantidad de cocaína que movía esta organización hay elementos para deducir –según las fuentes- que la droga estaba destinada para el contrabando internacional a través de los puertos. En esa zona, entre Timbúes y San Lorenzo, hay 12 terminales portuarias privadas, que por la Hidrovía tienen salida al Atlántico y a los puertos de Europa, Asia y Oceanía. La pista narco, en medio del desarrollo agropecuario en Santa Fe. No era la única pista que manejaba esta organización, porque a unos 50 kilómetros de este aeródromo había otro lugar de despegues y aterrizajes, también en medio campos sembrados, cercano a la localidad de Carrizales, que controlaba Pablo Javier Raynaud, quien fue detenido a mediados de julio en una situación bastante paradójica: en pleno barrio de Núñez, a pocas cuadras del estadio de River. Raynaud era fanático de ese club y quienes lo seguían sabían que cada tanto, a pesar de estar prófugo, como retrata la película El secreto de sus ojos, iba a ver a su club jugar. Tenía cuatro plateas y vivía a cinco cuadras del Monumental, en Blanco Escalante al 1400. Estaba prófugo desde octubre de 2023, como Bilbao. Raynaud, de 51 años, que había sido un empresario agropecuario en esa provincia, era un engranaje clave de la logística en un rubro complicado, como el tráfico de drogas. Este hombre era el dueño de una pista de aterrizaje y un hangar en Carrizales, donde bajaban las avionetas que traían cocaína de Bolivia y Paraguay, como lo hacían también en otro aeródromo en Campo Timbó, un country ubicado en Oliveros. El narco que estaba prófugo y se escondía cerca del club de sus amores: River. La detención de Raynaud, luego de un trabajo conjunto entre el área de inteligencia, que conduce Maximiliano Bertolotti en Santa Fe con la SIDE, no derivó aún en novedades sobre el paradero de Bilbao, que es la figurita más difícil de este equipo narco. Además de Bilbao siguen prófugos su hermano Waldo, Paola Vanesa Acuña, Yoel Denis Aragón, Mariano Miguel Zuviría y Maximiliano Javier Martínez. Hace unos meses a Bilbao lo fueron a buscar a unas cabañas en las islas entrerrianas que están frente a Rosario, pero no lo encontraron. La pista se centraba en tres casas que estaban dentro de un complejo, cuyo dueño es un personaje conocido en esa zona. Los allanamientos no revelaron el misterio, pero algunos investigadores insisten en que esa zona, que no tienen ningún control, podría ser uno de los escondites de Bilbao, que como Raynaud, tenía varias embarcaciones deportivas. El segundo es el dueño del barco Esperanza. Hasta ahora el único engranaje del crimen organizado argentino que hacía este tipo de maniobras logísticas con droga que provenía de Bolivia y Paraguay era Esteban Lindor Alvarado, condenado a prisión perpetua en 2022 y actualmente preso bajo medidas de aislamiento en el penal de Ezeiza. Bilbao tendría algún tipo de vinculación con Alvarado a partir de un penalista, que estuvo detenido hace cuatro años. El otro engranaje del crimen organizado que se dedicaba a la logística narco es Fabián “Calavera” Pelozo, que trabajó para el jefe narco rosarino y después se independizó. Su perfil es mucho más áspero que el de Bilbao, un hombre más vinculado al negocio que a la violencia narco, según apuntaron los investigadores. Pelozo, como también sospechan de Bilbao, tenía ínfulas de liderar el primer cartel narco internacional del país. Eso lo demuestra su sociedad con el narco boliviano Jorge Adalid Granier, que se encuentra detenido en Ezeiza actualmente. Granier, que fue detenido en marzo de 2023 en un control de tránsito en la pequeña localidad de Jaraguari, en el estado de Mato Grosso do Sul, tenía estrechos contactos con el Primer Comando Capital. Bilbao también tenía nexos con criminales de vuelo en el exterior. En febrero del año pasado, fue detenido en Colombia, Julián David Correa Posso, nacido en Medellín, quien decidió desaparecer de golpe del hotel Ferro Apart, de Funes, donde se hospedaba en se momento junto con otros compatriotas con los que compartía dos cosas: eran pilotos y mecánicos de aviones y trabajaban en un hangar y una pista de aterrizaje narco en Campo Timbó, que manejaba Bilbao. La pista estaba a la vista de todos los que pasaban por ese lugar, la mayoría quienes se dirigían al country, porque su construcción tuvo, en teoría, otro fin. Carlos Garnero, uno de los principales accionistas de Campo Timbó, productor agropecuario de la zona, negó que fuese “testaferro” de este grupo criminal, en diálogo con FM Horizonte de San Lorenzo. El empresario explicó que alquiló la pista de aterrizaje, que se encuentra a unos 500 metros del country, a un grupo empresarial que pretendía instalar “una escuela de vuelo”. “Vino esta gente, con buena presencia. Parecían más buenos que el Padre Ignacio. Me alquilaron la pista. El contrato era por 30 años. Iban a pagar un equivalente por seis hectáreas con quintales de soja. El objeto de la pista era escuela de vuelo, taxi aéreo, que luego esto último se cayó por los trámites. El hangar se terminó hace muy poco, porque hicieron todo muy rápido”, sostuvo Garnero. La causa judicial indica que la pista tenía otra finalidad. “Ayer lo cargamos con 580 kilos”, dijo J.C. En la causa esta frase se vinculada a un posible traslado de droga y que debió volar de noche. “Hay que hacer unos viajes más y después ya nos dan las vacaciones”, advirtió el supuesto narco, que dijo algo que coincide con lo manifestado por el dueño del country. “Con los dos bichos (las avionetas) vamos a poner un servicio de taxis para empresas, para todas partes. Disfrazamos un poco esto … al margen de facturar para disfrazar un poco la historia”, apuntó. A partir de que se detectaron estas pistas y los movimientos de las aeronaves, los investigadores judiciales pusieron la mira en las operaciones de supuesto lavado de dinero que arbitraban los integrantes de esta banda. En la investigación se logró avanzar sobre una serie de negocios que la pata rosarina de la organización había montado en múltiples rubros, tan amplios que iban desde empresas que se dedicaban a la publicidad electoral a bares, radios, y taxis, entre otros emprendimientos. Según el expediente al que tuvo acceso el diario La Nación, Brian Bilbao, fue el responsable de la compra, a través de testaferros, de la sociedad VTX Rosario, que controla los teatros Vorterix de esta ciudad y de Mar del Plata. Bilbao había destinado una combi Renault Master para el traslado de los artistas que tocaban en el teatro, que conducía Hernán M., que era parte de la banda narco, de acuerdo a la documentación de la causa. Bilbao desembarcó en Vorterix a partir del 29 de octubre de 2018. El presidente la sociedad era Juan Carlos V.L., un empresario del rubro inmobiliario. Siempre llamó la atención que el nombre de la inmobiliaria Adelante fuera el sponsor oficial de las camisetas de Newell’s y Rosario Central. Otro indicio de que algo extraño había detrás de Vorterix en Rosario era que los artistas que tocaban allí, cobraban entre tres y cuatro veces más que en otros teatros. Ese era el comentario que rondaba en el ambiente del rock. Otro negocio que nació en torno a esta organización fue el bar Affascinante, ubicado en el barrio Echesortu de Rosario, donde cuatro meses después abrieron una nueva sucursal. También instalaron una concesionaria de autos llamada Portillo Usados Exclusivos. Uno de los emprendimientos más llamativos de este grupo criminal fue una empresa dedicada a la publicidad callejera. VYA Digital SRL figura como radicada en la ciudad de Álvarez, ubicada a 40 kilómetros de Rosario. Se sospecha que esta firma era conducida por Bilbao. Esta firma habría obtenido una licitación para la colocación de luces led en la comuna. Un rubro que tampoco desaprovecharon para supuestas operaciones de lavado de dinero fue el del biodiesel. Glycine Max SRL se ocupaba de la producción de combustible vegetal, primero en la localidad de Gálvez y luego mudaron la planta a Álvarez. Tres avionetas narco fueron secuestradas por la Gendarmería. Según la investigación también se invirtió dinero en la explotación de taxis bajo los nombres de “Taxideral” y “Remitaxi”. Según fuentes de la Municipalidad se detectaron en su momento unas 14 licencias de taxis que fueron dadas de baja. Toda esta madeja de sociedades fue montada para lavar dinero que provenía de la principal actividad que tenía este grupo, que era el narcotráfico a gran escala. Cuando Gendarmería allanó Campo Timbó el 15 de noviembre de 2023 decomisaron tres avionetas, un remolcador, vehículos, armas de fuego, dinero en efectivo, dispositivos tecnológicos y documentación relevante para la causa. En los peritajes de microaspirado que se realizaron en las aeronaves se encontraron rastros de cocaína, pero en la investigación no logró incautar un gramo de droga, lo que habla da la sofisticación de esta organización. La cocaína se bombardeaba en las islas sobre el río Paraná, y es posible que desde allí se “contaminaran” los cargamentos que salían por las terminales portuarias a través de la Hidrovía. (*) Este informe periodístico de Germán de los Santos fue publicado originalmente en el diario La Nación.
Ver noticia original