03/08/2025 13:58
03/08/2025 13:58
03/08/2025 13:57
03/08/2025 13:57
03/08/2025 13:57
03/08/2025 13:56
03/08/2025 13:56
03/08/2025 13:56
03/08/2025 13:55
03/08/2025 13:55
» Diario Cordoba
Fecha: 02/08/2025 23:18
La decisión del Arzobispado de Madrid de intervenir la asociación Hijas del Amor Misericordioso, conocidas como HAM, tras recibir una veintena de denuncias por sus comportamientos sectarios, ha puesto en el punto de mira los retiros católicos secretos llamados Effetá o Emaús, que forman parte de una moda actual, el catolicismo ‘cool’ o 'guay', y que es donde las religiosas, según las familias afectadas, captaban a la mayor parte de sus adeptas. “Son como una especie de catarsis colectiva, donde todos gritan, se abrazan, cantan, parecen las juventudes hitlerianas”, describe un testigo a EL PERIÓDICO. Tras la intervención de la Iglesia, su continuidad está en cuestión. Más allá de eso, la primera dificultad a la hora de saber qué son y quiénes participan en estos retiros espirituales que se han convertido en todo un fenómeno es que son secretos y tienen una regla fundamental: se prohíben los móviles y cualquier dispositivo de grabación o imagen, como puede ser un reloj inteligente. “Son como una especie de catarsis colectiva, donde todos gritan, se abrazan, cantan, parecen las juventudes hitlerianas” También se emplaza a los asistentes a que no cuenten absolutamente nada de su experiencia, por lo que la mayoría de testimonios de cuanto allí sucede son anónimos. Solo se han difundido imágenes del momento de cierre, donde se ve a chicos eufóricos y abrazados. Algunos testigos explican que durante esos dos días los jóvenes participan en dinámicas de grupo, rituales impactantes y en largas horas de escucha de intensas experiencias traumáticas llamadas a superarse con el “encuentro con Dios”. De hecho, algunos afirman haber vivido una conversión instantánea. De Colombia a España Effetá significa ‘abreté’ en hebreo y se trata de un tipo de convivencia católica que nació en Colombia y llegó a España en 2013. En este recorrido, las HAM han sido una de las comunidades que han impulsado y expandido estos encuentros por España, como una parte fundamental de su actividad, aunque no son las únicas promotoras. Estos encuentros tienen una regla fundamental: se prohíben los móviles y cualquier dispositivo de grabación o imagen, como puede ser un reloj inteligente Las familias denunciantes explican que en ellos “captaron” a la mayoría de sus hijas, por lo que, tras la intervención esta semana de la Iglesia –que ha apartado a la líder de la asociación, María Milagrosa Pérez Caballero, alias Marimí, y ha impuesto una especie de gestora– estos retiros están en el punto de mira y no está clara su supervivencia. Vulnerabilidad Según el relato de los denunciantes, la forma de actuar de las HAM consistía en aprovechar dichas convivencias de fin de semana para saber qué jóvenes participantes pasaban por un mal momento o acusaban algún tipo de vulnerabilidad emocional con el fin de proporcionarle una salida: unirse a ellas para acabar con sus problemas. Para ello, los retiros se caracterizan por los abrazos efusivos y las acciones diseñadas para dar una sensación de permanencia al grupo y provocar un fuerte vínculo emocional. Según los denunciantes, las HAM utilizaban estas convivencias para encontrar a jóvenes que pasan por un mal momento o tienen algún tipo de vulnerabilidad emocional para ofrecerles una salida: unirse a ellas A continuación, afirman los denunciantes, llega la segunda fase de captación, la cual consiste en “aislarles” poco a poco de su familia, de sus estudios o trabajos, con el argumento de que estos ámbitos pertenecen al mundo terrenal, o están asociados al demonio, mientras que la comunidad HAM viven en un mundo sobrenatural. Además de los retiros, las religiosas intervenidas también han oficiado celebraciones alejadas del catolicismo: con desmayos en grupo que buscan hacer descansar “el espirítu” e idiomas extraños. Intensa emotividad En los Effetá, son claves la experiencia en primera persona y una intensa emotividad que se presenta con un lenguaje atractivo para la juventud: de hecho, sus ceremonias son similares a las de las iglesias evangélicas en Estados Unidos. Es indudable que el modelo ha dado resultados, dado que se organizan retiros Effetá en decenas de parroquias españolas y también en otras partes del mundo, especialmente en Latinoamérica. En los encuentros, para jóvenes de 18 a 30 años, se celebran rituales impactantes y se explican intensas experiencias traumáticas llamadas a superarse con el “encuentro con Dios” Los Effetá están dirigidos a jóvenes entre 18 y 30 años y existe una versión para adolescentes, ‘La llamada de Samuel’, así como ‘Bartimeo’ para chicos y chicas entre 16 y 18 años y, para mayores de 30, llamados Emaús. Cualquier persona, insisten sus organizadores, pueden participar en ellos, incluso los ateos o fieles de otras religiones, según se especifica en la web ‘Retiroeffeta.org’, donde se explica que no cierran las puertas a nadie. Acceder a ellos cuesta entre 90 y 140 euros, importe que cubre la estancia de un fin de semana entero en el lugar donde se celebre el retiro, así como la comida y los materiales utilizados. Organizadores Los organizadores, que se autodefinen como “agrupación de parroquias y personas que organizan Effetá y los financian con sus propios medios”, justifican que se pida a los participantes no revelar nada con el argumento de que los retiros son un “regalo y desvelar la sorpresa antes de abrirla”, con la difusión de lo que se hace dentro, sería “quitarle ese algo especial”. Asimismo, justifican la retirada de los móviles con el objetivo de dar “a los nuevos caminantes la oportunidad de desconectar y retirarse completamente del ajetreo y de vivir cada momento sin estar pendientes de lo que viene después”. Los Effetá no son eventos aislados, sino que los organizadores invitan a los participantes a sumarse después a reuniones semanales repartidas en decenas de parroquias. La web Effetá.org está llena de testimonios como el de Sara, quien afirma que los retiros le sirvieron para “descubrir a Dios”; o Carmen, que habla de “volver a amar de verdad y sentir amor sin límite”. “Te hacen ver cómo estás tú realmente y encontrarte con Dios en cada etapa de la vida”, resume Sol. Sin embargo, la percepción del testigo consultado por EL PERIÓDICO es muy distinta. En su opinión, no son más que encuentros destinados “a lavar el cerebro” de los asistentes. Suscríbete para seguir leyendo
Ver noticia original