02/08/2025 01:00
02/08/2025 00:59
02/08/2025 00:58
02/08/2025 00:57
02/08/2025 00:57
02/08/2025 00:57
02/08/2025 00:56
02/08/2025 00:55
02/08/2025 00:55
02/08/2025 00:55
» on24
Fecha: 01/08/2025 10:01
El precio de la tonelada de soja en el mercado doméstico alcanzó los $390.000, impulsado por la devaluación y el cambio en las retenciones. A contramano de Chicago, los productores argentinos vuelven a acercarse al punto de equilibrio y podrían reactivar las ventas en las próximas semanas. Mientras en los mercados internacionales la soja retrocede, en Argentina el panorama es muy distinto. La tonelada de la oleaginosa llegó a $390.000, lo que representa una suba del 20% en apenas una semana y ubica el valor local en torno al 80% del precio internacional. Es un nivel que no se veía desde hace años y que podría reactivar las ventas del campo en el corto plazo. Este fenómeno se explica, principalmente, por el efecto combinado de la devaluación del peso y la rebaja en las retenciones, que pasaron del 33% al 26% de manera definitiva. Ese cambio no solo mejoró el precio de referencia para el productor, sino que también alteró las decisiones comerciales de quienes venían postergando sus ventas a la espera de un mejor escenario. En efecto, buena parte de la cosecha aún sigue almacenada: más del 45% del grano de soja y maíz permanece sin vender, lo que representa un potencial de ingreso de divisas estimado en u$s13.000 millones, si se suman también los remanentes de trigo. Aunque entre mayo y julio se registraron exportaciones por unos u$s11.000 millones, el grueso del grano sigue en silobolsas. Uno de los factores clave que explica esta espera es la distorsión entre los precios internacionales y los márgenes locales. Según un estudio de CREA, con retenciones del 33%, solo el 20% del área sembrada era rentable. Pero con la alícuota reducida al 26%, ese porcentaje sube al 61%. Aun así, para muchas zonas alejadas de los puertos, el punto de equilibrio se alcanzaba recién con precios superiores a los $380.000 por tonelada, algo que empezó a verse recién ahora. La expectativa del Gobierno es que este nuevo escenario dé lugar a una mayor liquidación de divisas por parte del agro, especialmente antes de septiembre. El ministro de Economía, Luis Caputo, apuesta a que los llamados “sojadólares” ayuden a estabilizar la economía en un momento de alta tensión cambiaria. Se calcula que, aún con precios deprimidos en Chicago, hay un potencial exportador de u$s8.200 millones en juego. En paralelo, se reavivaron las discusiones entre productores y asesores financieros. Muchos recuerdan las recomendaciones oficiales de comienzos de año, cuando se sugería vender rápido para aprovechar tasas altas en pesos. Otros, en cambio, defienden la estrategia de retener grano como cobertura ante la incertidumbre macroeconómica. Desde el mercado también señalan que el desacople entre el precio local y el internacional no podrá sostenerse indefinidamente. En Chicago, la soja cayó en las últimas semanas desde u$s390 a u$s353 la tonelada, presionada por una sobreoferta global y el llamado “efecto Trump”. Por eso, los analistas creen que habrá una convergencia de precios más temprano que tarde. Por lo pronto, el productor argentino sigue evaluando si este nuevo nivel de precios justifica salir a vender. Con un dólar en alza y retenciones más bajas, muchos ya consideran que se alcanzó una zona de rentabilidad aceptable, al menos en las regiones núcleo.
Ver noticia original