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  • Cómo lavarse los pies con bicarbonato y sal y para qué sirve

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 31/07/2025 14:32

    La combinación de ingredientes naturales en agua templada ofrece relajación y mejora del bienestar corporal, según especialistas en salud integrativa (Tododisca) En la búsqueda constante por mantener la piel de los pies sana y prevenir molestias, los baños con bicarbonato de sodio y sal se han convertido en una práctica recomendada tanto por especialistas en podología como por promotores de la salud integrativa. Cuáles son los beneficios de lavarse los pies con bicarbonato de sodio y sal La inmersión de los pies en agua tibia con adición de bicarbonato y sal gruesa es una práctica respaldada tanto por la experiencia clínica como por estudios dermatológicos. Según expertos citados Medical News Today, el bicarbonato de sodio cumple varias funciones: actúa como exfoliante físico suave, ayuda a neutralizar el mal olor y colabora en la eliminación de células muertas, lo cual favorece la renovación celular y mejora la textura de la piel. Un ritual sencillo con elementos cotidianos permite suavizar la superficie dérmica y ayuda a eliminar impurezas acumuladas tras jornadas extensas (Freepik) Esta propiedad es reconocida por su capacidad para modificar el pH de la superficie cutánea, dificultando así la proliferación de bacterias que causan el mal olor. Por su parte, la sal marina contiene minerales como el magnesio y el potasio, que contribuyen a reforzar la barrera cutánea, mejorar la hidratación y reducir la inflamación, según demuestran revisiones científicas sobre afecciones como dermatitis atópica o psoriasis vulgaris. Passion Marine destaca que los baños con sal son efectivos para aliviar dolor, fatiga muscular y sensación de pies hinchados, al tiempo que estimulan la circulación sanguínea. La mezcla de bicarbonato de sodio y sal en agua templada se reconoce como opción casera para relajar y mejorar el confort corporal (Semana) Adicionalmente, tanto la sal como el bicarbonato poseen efectos desodorizantes y limpian en profundidad, ayudando a prevenir infecciones micóticas y bacterianas, aunque no sustituyen los tratamientos médicos requeridos en casos avanzados de infección. Qué efecto tiene en la piel de los pies el lavado con bicarbonato de sodio y sal El impacto de esta práctica sobre la piel de los pies es múltiple y específico, según lo recabado en publicaciones especializadas y revisiones clínicas. Cuando el bicarbonato de sodio se utiliza como exfoliante, elimina eficazmente las capas superficiales de células muertas, sin dañar la epidermis y regula el pH, lo que contribuye a mantener la piel suave y menos propensa a presentar grietas o callosidades, según informan fuentes como Europa Press. Además, Medical News Today subraya que esta técnica puede emplearse en distintas afecciones dermatológicas, incluyendo eccema o irritación causada por hongos, proporcionando alivio del prurito y mejorando la barrera cutánea. Combinaciones sencillas como bicarbonato de sodio y sal, avaladas por la literatura clínica, ayudan a reducir molestias, controlar olores y facilitar la renovación cutánea (Imagen Ilustrativa Infobae) Ambos componentes presentan una acción desodorante, neutralizando los ácidos del sudor y dificultando el crecimiento de microorganismos responsables del mal olor. Cómo lavarse los pies con bicarbonato de sodio y sal El procedimiento para llevar a cabo esta rutina de autocuidado es sencillo y no requiere materiales sofisticados. Con base en las recomendaciones extraídas de fuentes como Passion Marine, los pasos a seguir son los siguientes: Preparar el recipiente adecuado: Utilizar un barreño o recipiente suficientemente grande para que ambos pies queden completamente sumergidos y cómodos. Agregar agua tibia: Verificar que la temperatura esté entre 36 y 40 ºC, evitando el agua demasiado caliente para prevenir quemaduras o resequedad extrema. Añadir los ingredientes: Incorporar dos cucharadas de sal gruesa —puede ser marina o del Himalaya— y dos cucharadas de bicarbonato de sodio al agua, mezclando hasta su completa disolución. Remojar los pies: Sumergir los pies durante entre 15 y 20 minutos. Este tiempo es suficiente para que ambos ingredientes actúen sinérgicamente limpiando, suavizando y desodorizando la piel. Potenciar el efecto (opcional): Según los especialistas, es recomendable frotar suavemente los pies con una piedra pómez o cepillo tras el remojo para remover las células muertas más resistentes. Secar cuidadosamente: Tras finalizar, secar minuciosamente los pies, poniendo especial atención entre los dedos para evitar la humedad residual que podría favorecer la aparición de hongos. Aplicar crema hidratante: Culminar el proceso aplicando una crema hidratante para sellar la suavidad lograda y mantener la barrera cutánea reforzada.

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