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  • Tradición: por qué se toma caña con ruda cada 1° de agosto y cuáles son sus beneficios

    Parana » El Once Digital

    Fecha: 31/07/2025 00:30

    Cada primero de agosto, miles de personas en distintas regiones de América Latina participan de una ceremonia ancestral que sobrevive al paso del tiempo: beber caña con ruda para honrar a la Pachamama, la Madre Tierra. El ritual, heredado de los pueblos originarios del continente, tiene raíces profundas en la cosmovisión indígena y forma parte de una jornada dedicada a agradecer, proteger y fortalecer el lazo con la naturaleza. Al iniciar el día En diferentes provincias, la tradición conserva una fuerza particular. A primeras horas del día, en ayunas, quienes participan del rito toman la infusión elaborada con hojas de ruda macho maceradas durante semanas —o incluso meses— en caña o ginebra. El sabor amargo y penetrante de la bebida está cargado de simbolismo: busca ahuyentar los males, atraer la buena salud, alejar la envidia y abrir el camino a la prosperidad. Según la costumbre, cuanto más tiempo lleva el preparado en reposo, mayor es su potencia espiritual. Se recomienda conservarlo en un lugar oscuro, fresco, y permitir que madure durante al menos 30 días antes de utilizarlo en el ritual. En algunos hogares, incluso se reserva una botella de un año para otro, como gesto de continuidad y fe en los ciclos de la naturaleza. Por qué el 1º de agosto La elección del 1° de agosto no es arbitraria. En los tiempos precolombinos, ese período marcaba la llegada del frío más riguroso y el comienzo de las lluvias. Con el cambio de estación se intensificaban las enfermedades y las muertes, tanto entre las personas como en el ganado. Frente a este escenario, los pueblos guaraníes y andinos desarrollaron prácticas de protección y agradecimiento a la Tierra, que con el tiempo se fueron enriqueciendo con elementos espirituales, como la idea de limpiar el cuerpo y el alma para recibir un nuevo ciclo con energías renovadas. El ritual, más allá del consumo, incluye una pequeña ofrenda: verter un chorrito de la bebida en el suelo. Con ese gesto se comparte con la Pachamama lo que se tiene, como señal de respeto y reciprocidad. En muchos casos, quienes participan pronuncian la expresión “kusiya, kusiya”, que en lengua aymara significa “ayudame, ayudame”. Variaciones Aunque se transmite de generación en generación, la ceremonia no es uniforme. Algunas personas prefieren tomar la infusión en tres sorbos; otras, en siete; y hay quienes lo hacen de un solo trago. Lo esencial no es la forma, sino la intención: que el acto sea consciente, realizado en ayunas y con un espíritu agradecido. Además del valor ritual, la caña con ruda tiene propiedades medicinales reconocidas desde hace siglos. Se le atribuyen efectos antiparasitarios, digestivos y calmantes, especialmente útiles para quienes habitan zonas rurales donde el acceso a tratamientos convencionales puede ser más limitado.

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